UNA VERDADERA CARNICERÍA HUMANA

05.05.2022 08:19
 
Los rusos continúan avanzando hoy en el frente del Dombás; en el sur y en el sudoeste de Ucrania, aunque su avance es relativamente lento. Ayer comunicábamos brevemente que las fuerzas del Kremlin volvieron a atacar la red ferroviaria ucraniana para detener el flujo de armas procedentes de Occidente. Por su parte las fuerzas de Kiev habrían logrado golpear seriamente uno o dos convoyes logísticos rusos, inferimos que en la zona de Kharkiv, donde los ucranianos lograron hacer retroceder un poco a sus enemigos. En esa zona - por la retaguardia del frente ruso - pasa una importante línea logística. La ciudad de Kharkiv o Járkov sigue, sin embargo, bajo un intenso fuego de la artillería rusa de largo alcance.
 
La Inteligencia militar británica publicó, a través de la cuenta de Twitter del Ministerio de Defensa del Reino Unido, un breve informe con fecha de ayer, donde señala que las ciudades de Odesa, Jersón (Kherson) y Mariúpol, siguen bajo continuo fuego enemigo. La nota afirma que eso es señal de que los rusos quieren hacerse del control completo del Mar Negro. De hecho el asalto de tanques e infantería a Mariúpol del que informamos, habría sido detenido por el propio Putin. En lugar de las fuerzas terrestres se hizo cargo del ataque la aviación estratégica que estaría bombardeando el último reducto del Batallón Azov - la laminadora de acero Azovstal - con algún tipo de bombas termobáricas. Inferimos que la intención es privar de oxígeno a los sobrevivientes y/o quemarlos vivos. Por debajo de la gigantesca laminadora hay una verdadera ciudad subterránea y conquistarla con un asalto de infantería sería muy costoso para las fuerzas rusas. Se informó que Kiev perdió contacto con sus efectivos en la fábrica.
 
Demostración de una pequeña explosión termobárica - Foto: Hans-Peter Scholz creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/deed.en (la imagen original ha sido redimensionada)
 
Esa es la fría enumeración de los hechos. La crueldad de la guerra es imposible de describir. No defendemos a Putin pero tampoco entendemos la obstinación de los ucranianos que mueren viendo la destrucción de vastas zonas de su país. Aún más incomprensible es la actitud de Occidente que continúa enviando armas que potencian una verdadera carnicería humana. Hasta el mero hecho de escribir diariamente sobre esta guerra se está volviendo un trabajo de dudosa salubridad. Pedimos insistentemente una oración por la paz.