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INCERTIDUMBRE RESPECTO AL FUTURO DE LA ALERTA AEROTRANSPORTADA TEMPRANA (AEW) DE LA ROYAL NAVY

10.04.2012 19:13

Un sistema de alerta temprana y control aerotransportado, también denominado AEW&C o, por su antigua denominación simplemente AEW, es un sistema de radar aerotransportado diseñado para detectar aeronaves. Usados a gran altura, los radares permiten detectar aeronaves y distinguir entre amigas u hostiles a cientos de kilómetros de distancia.

 

El sistema aerotransportado de alerta temprana (AEW) de la Royal Navy se había perdido cuando en 1978 fue dado de baja el portaaviones HMS Ark Royal, obligando al retiro del avión Fairey Gannet. Fue un error, una falta de capacidad que los británicos pagaron caro durante la Guerra de Malvinas, durante la cual sufrieron la pérdida de varios buques debido a la carencia de una plataforma AEW.

 

En 1982, ya terminada la guerra, dos Sea King HAS2s fueron modificados con la adición del radar ARI Thorn-EMI 5930/3 Searchwater, que fue sujeto al fuselaje de los helicópteros mediante un brazo giratorio y protegido por una cúpula inflable. Esto permitía que durante el vuelo el radar fuera desplegado por debajo del fuselaje.

 

Estos prototipos, designados Sea King HAS2 (AEW), sirvieron en Malvinas tras el cese de las hostilidades. Más tarde fueron modificados otros siete HAS2s, conocidos como Sea King AEW2. Estos entraron en servicio operacional en 1985, siendo utilizados por el 849 Naval Air Squadron. Más tarde fueron convertidos al rol AEW cuatro Sea King HAS5s, denominados AEW5s, totalizando trece Sea Kings AEW.
 
Un programa de actualización, el Proyecto de Cerberus, dio lugar a la flota de Sea King AEW modernizados con el radar Searchwater 2000AEW, asignándoseles una nueva misión a partir de 2002. Tal variante fue conocida inicialmente como el Sea King AEW7, pero pronto fue renombrada como ASaC7 (vigilancia y control aerotransportados Mk 7).

 

El rol principal de los Sea King ASaC7 es la detección de los aviones de ataque volando al ras de las olas. También ofrece el control de intercepción y ataque y guiado transhorizonte para los sistemas de armas lanzados desde la superficie. En comparación con versiones anteriores, el nuevo radar permite a los ASaC7 seguir simultáneamente hasta 400 blancos, en lugar del  límite anterior de 250.

 

La eficacia de los AEW7 se incrementó en gran medida a través de la adición de un enlace de datos Link 16.

 

En teoría los ASaC7s permanecerían en servicio hasta que fueran sustituidos en el futuro por el sistema aerotransportado de alerta temprana orgánica (FOAEW), el cual operaría desde los portaaviones clase Queen Elizabeth. La realidad parece ser diferente.

 

Según información que llegó a nuestras manos, en el año 2016 los Sea King serían retirados. Eso incluiría a los que están dotados de radar AEW. Serían reemplazados recién en el 2022 por helicópteros Merlin, con un radar a confirmar, pero ya se habla de la cancelación de este último proyecto. Aun sin esa cancelación la Royal Navy quedaría sin sistemas AEW durante seis años.

 

Para empeorar las cosas, sigue la incertidumbre en torno a los portaaviones clase Queen Elizabeth y su diseño final. Si se opta por la versión con capacidad de operar sólo aeronaves STOVL (despegue corto y aterrizaje vertical), quedarían descartadas opciones como el avión E-2 Hawkeye. Una alternativa sería utilizar como plataforma el Bell-Boeing V-22 Osprey de rotor basculante. Incluso se habla de compartir alguna unidad de algún sistema AEW con los franceses o los estadounidenses.

 

Para el gusto de muchos británicos las incertidumbres son demasiadas, en especial en un contexto en el que la Royal Navy está atravesando uno de los peores momentos de su historia.

TEMBLOR POLÍTICO EN CANADÁ EN TORNO A LA COMPRA DE LOS F-35

08.04.2012 20:22

El compromiso para la adquisición de los F-35 era, hasta un contrato de construcción naval del año pasado, la compra más grande en la historia de Canadá. Sin embargo, se llevó a cabo, como surge ahora, sin la documentación adecuada, sin datos precisos, y sin que se haya seguido ninguna de las reglas normales de adquisición. Los funcionarios del área de defensa simplemente decidieron de antemano cuáles eran las aeronaves que querían y eso fue todo. Se evadieron directrices, se mintió al Parlamento y al final el contribuyente canadiense fue manipulado para comprar aviones que llegarían años después de su supuesta fecha de entrega y al doble del costo prometido.

 

Los militares también son cuestionados. Para convencer al gobierno conservador de ampliar la participación de Canadá en el programa en un momento crítico del año 2006, hablaron de 12 mil millones de dólares (la cifra es casi igual si se habla de dólares canadienses o americanos) en contratos que podría asegurase la industria de ese país, si el mismo seguía participando en el proyecto. Al parecer mencionaron la cifra potencialmente más alta que se podría alcanzar, no un número objetivo.

 

El Auditor General de Canadá criticó el programa F-35 pero no señaló un responsable y/o culpable. La cadena de errores, omisiones y/o complicidades parece ser bastante larga. Tal vez algunos hechos nunca hubieran salido a la luz si los costos de esto aparatos no hubieran trepado tanto y su desarrollo no se hubiera demorado. Pero eso sucedió y se desencadenó una severa tormenta política. La tempestad recién comienza y nadie se atreve a predecir sus dimensiones. El vendaval levantará el polvo que cubría errores, negligencias o malas intenciones dejando eso al descubierto.

 

Los hechos son confusos y se prefiere hablar de negligencia y desidia, antes que de delito. Para el contribuyente canadiense cualquiera de las dos posibilidades hubiera sido igualmente onerosa. Pero ahora el gobierno congeló la suma a gastar en los F-35. No se gastará más que el dinero estipulado, sea cual fuere el número de aparatos que el mismo pueda pagar.

 

Los canadienses se preguntan si deben deplorar la manipulación de las necesidades operacionales por parte de funcionarios de defensa para justificar una decisión que ya se había tomado o si deben apuntar más arriba, a la cúpula del gobierno que aprobó la compra sin preguntar mucho. Se preguntan si los funcionarios de defensa subestimaron deliberadamente el costo de los aviones en las presentaciones ante el Parlamento y el público, o si ellos mismo creyeron que esos costos, muy inferiores a los reales, serían los verdaderos costos del programa.

 
Se habla de una combinación de faltas de ética profesional, de responsabilidad ministerial y de la mala rendición de cuentas.

 

A esta altura de los acontecimientos, cabe preguntarse, teniendo en cuenta nuestro artículo anterior sobre este tema, si estos hechos  no significarán otra vuelta ascendente en la larga espiral de costos de los F-35.

 

El F-35 puede terminar siendo un buen avión, al menos en alguna de sus versiones, si no en más de una de ellas. Sin embargo no dejamos de preguntarnos si un arma merece tal dilapidación de dinero. El monto del mismo es obsceno.   

¿OTROS MIL MILLONES DE DÓLARES DEL PRESUPUESTO DE DEFENSA BRITÁNICO TIRADOS A LA BASURA?

02.04.2012 22:06

El arma más poderosa del arsenal de la Marina Real británica, el submarino nuclear portador de misiles balísticos HMS Vigilant, navegó la semana pasada por primera vez en más de tres años. El submarino nuclear partió de Devonport el 28 de marzo para comenzar con las pruebas de mar, después de trabajos de renovación que insumieron 300 millones de libras (unos 481 millones de dólares).

Los trabajos en el Vigilant duraron más de cuarenta meses y se transformaron en una de las mayores labores de ingeniería que involucró a una nave de la Royal Navy en los últimos tiempos, a excepción de la propia construcción de estos gigantescos submarinos de 16.000 toneladas de la clase Vanguard.


El submarino se convirtió así, en palabras del órgano oficial de la Royal Navy, en “un buque nuevo en su interior”. Oficialmente los trabajos de este tipo se llaman Long Overhaul Period (Refuel) o Período de Reacondicionamiento Prolongado (Renovación de combustible nuclear).

 

Recordamos, tal como lo publicamos en una nota del 28 del mes pasado, que Gran Bretaña anunció la firma de un contrato por 350 millones de libras (unos US $ 560 millones) para el “reacondicionamiento complejo” del submarino portador de misiles nucleares (SSBN) HMS Vengeance, uno de los tres buques gemelos del HMS Vigilant. Los trabajos que se le harán al Vengeance serán parecidos (no iguales) a los que se hicieron sobre el Vigilant.

 

El Primer Lord del Almirantazgo, Almirante Sir Mark Stanhope, dijo a los reunidos en una ceremonia en la plaza de armas de Devonport: "Éste es un buen momento para reconocer el alto grado de pensamiento innovador, de habilidad tecnológica y de esfuerzo por lograr la buena colaboración, que existe entre la industria y el Ministerio de Defensa."

 

El almirante Stanhope no mencionó que ese esfuerzo y el dinero insumido podrían haber sido casi literalmente tirados a la basura. El riesgo de que eso suceda existe y preocupa no sólo a los británicos sino también a funcionarios estadounidenses ligados a la defensa.

 

La cuestión es simple: si Escocia decide independizarse, Gran Bretaña podría tener que deshacerse de sus SSBN. Toda la fuerza nuclear del Reino Unido, compuesta por misiles Trident alojados en submarinos de la clase Vanguard, es operada desde dos bases en Escocia. Al parecer no existe una opción adecuada para que estos submarinos operen desde bases inglesas o galesas.

 

Tal es así que un veteranos analista de defensa de EEUU, que asesoraba al Congreso norteamericano, sugirió recientemente que una Escocia independiente "podría ser algo no muy bueno" para la defensa estadounidense.


Robert L. Goldich, quien se desempeñó por más de 33 años como analista de defensa para el Servicio de Investigación del Congreso, en la Biblioteca del Congreso de EEUU, se preguntó si "un Reino Unido desintegrado" seguiría siendo un socio de confiable en lo concerniente a la defensa de los EEUU y a su política en la materia.
 

Sin dudas el lector de este artículo pensará que las presiones sobre una eventual Escocia independiente serían enormes en el sentido de permitir que el resto de Gran Bretaña conserve sus bases de submarinos en territorio escocés.

 

La cuestión es que los nacionalistas escoceses ya dijeron, que uno de los mayores atractivos de la independencia era precisamente el hecho de que la misma permitiría la eliminación de los Trident que se encuentran en Escocia.

 

Seiscientos cincuenta millones de libras, es decir, más de mil millones de dólares invertidos en el reacondicionamiento de los dos submarinos clase Vanguard que mencionamos, podrían convertirse en dinero tirado a la basura. ¿No lo es acaso todo dinero “invertido” en armas de destrucción masiva? Los escoceses podrían terminar haciéndonos a todos un gran favor.    

GRAN BRETAÑA CONFIRMÓ EL ENVÍO A MALVINAS DEL HMS DAUNTLESS

02.04.2012 15:19

Hoy, a horas del mediodía, tuvo lugar en Ushuaia, capital de la provincia argentina a la cual pertenecen los archipiélagos australes, el acto central por el 30º aniversario de la Guerra de Malvinas. Allí la Presidente Cristina Fernández de Kirchner le habló al gobierno británico. Reclamó que Londres dialogue con Argentina.

 

Por su parte el Primer Ministro británico, David Cameron, insistió en que Gran Bretaña “permanece comprometida con la protección de los isleños”.

 

Reafirmando esa inflexible postura inglesa, ayer se confirmó que será enviado a la zona el destructor del tipo 45 HMS Dauntless, “uno de los buques de guerra más modernos del Reino Unido”, según la propaganda británica. Lo lamentable es que los medios argentinos (no hemos hallado, hasta el momento de la publicación de la presente nota, ninguna excepción), se hacen eco de esa afirmación - por demás inexacta - sobre las supuestas capacidades extraordinarias del buque.

 

Tanto la propaganda británica como muchísimos medios argentinos ensalzan la presunta soberbia capacidad antiaérea de este destructor que reemplazará en la zona de Malvinas a la fragata HMS Montrose. Hasta ahora el único logro del HMS Dauntless fue el de derribar un avión no tripulado viajando a velocidad subsónica en condiciones de prueba. Hasta el gobierno argentino tiende a ponderar equivocadamente la capacidad de los buques de este tipo.

 

El HMS Dauntless, zarpará al Atlántico Sur este miércoles, para realizar "tareas rutinarias de patrulla", según un portavoz del Ministerio de Defensa británico. Según fuentes oficiales el "HMS Dauntless" pasará primero por África del Sur y, una vez en el Atlántico Sur, sustituirá a la "Montrose".

 

El primer anuncio del envío de este buque de guerra fue el desencadenante de la denuncia que posteriormente lanzó la presidenta Cristina Kirchner, acusando a Gran Bretaña ante la ONU, de militarizar las Islas Malvinas. Otras de las razones para tal denuncia fueron el anuncio por parte de al menos un medio de prensa británico del envío al Atlántico Sur de un submarino de ataque y la presencia en Malvinas del príncipe Guillermo, en su condición de piloto de la Real Fuerza Aérea británica.

 

En tanto en Inglaterra la Asociación de Defensa Nacional del Reino Unido (UKNDA, por sus siglas en inglés) dio a conocer un informe que afirma que, debido a los recortes en el presupuesto de defensa británico, las Islas Malvinas están hoy en día “en un riesgo mayor” que aquél que existía en 1982.

Después de hacer un resumen del armamento y equipamiento con que cuentan los británicos en Malvinas hoy en día, el informe afirma que las fuerzas existentes en las islas no podrían resistir un ataque argentino hasta la llegada de refuerzos ingleses.

 

Eso es otra prueba más de lo que afirmamos en nuestra nota anterior. Un coherente rearme argentino dejaría a los británicos muy pocas opciones. Probablemente deberían sentarse a negociar.

A TREINTA AÑOS DE LA GESTA DE MALVINAS

02.04.2012 11:09

Treinta años transcurrieron desde aquel 2 de abril en que fuerzas argentinas lograron la rendición de la guarnición inglesa de Puerto Argentino, recuperando temporalmente las Islas Malvinas para la República Argentina.

 

Muchos oficiales, suboficiales y soldados ofrendaron sus vidas en combate contra el invasor inglés que navegó miles de kilómetros para reconquistar los archipiélagos australes. Hasta el enemigo tuvo que reconocer el heroico valor con el que defendieron el irredento suelo malvinense. Todo argentino de bien debe honrar a esos nobles guerreros que despojados de todo egoísmo ofrendaron su vida por dos de lo más altos ideales que puede tener un ser humano: Dios y Patria.

 

Tres décadas más tarde se inicia otra ofensiva, esta vez por la vía diplomática. Con el apoyo de una buena parte de la comunidad internacional y el de América Latina en particular se presiona al colonialismo inglés para que, en cumplimiento del pedido de los más altos organismos internacionales, se siente a la mesa de negociaciones.

 

Los británicos no ceden y se aferran a su enclave en el Atlántico Sur. Los mueven intereses poderosos: petróleo, riqueza pesquera y mineral y una ubicación de extrema importancia estratégica. Las Malvinas están cerca del paso transoceánico más importante del planeta y del continente antártico.

 

El gobierno argentino debe mostrar si su reclamo es una bandera que hace flamear por mera conveniencia política o si realmente tiene interés en recuperar los territorios usurpados por intereses imperialistas.

 

Hoy las Fuerzas Armadas argentinas no cuentan con capacidad de proyección estratégica. Los británicos lo saben y lo dijeron hace apenas unos días: Argentina no compra aviones de combate desde hace más de treinta años. Cuatro aviones Typhoon son suficientes para la tranquilidad de las fuerzas desplegadas en las islas.

 

La Armada Argentina perdió su portaaviones en la nefasta década de los ’90 en aras del liberalismo salvaje. No cuenta con un buque de asalto anfibio ni con suficiente cantidad de submarinos. Ni siquiera tiene destructores de defensa aérea de área.

 

La Fuerza Aérea Argentina está en un estado lamentable, tanto en lo que hace a sus aviones de combate como en lo concerniente a la aviación de transporte. La desidia política y cierto grado de corrupción interna hicieron lo suyo.

 

El Ejército Argentino a duras penas podría defender el territorio continental en caso de un ataque externo.

 

Para el gobierno argentino no hay hipótesis de conflicto. ¿Cómo puede no haber hipótesis de conflicto cuando hay un conflicto abierto?

 

El gobierno argentino perdió una gran oportunidad de reconstruir sus Fuerzas Armadas en una época de bonanza económica. Ahora parece ser tarde para un rearme contundente. Todavía se puede ir recuperando lentamente algunas de las capacidades perdidas.

 

La reapertura de astilleros, la recuperación de la capacidad reparar y de producir algunas aeronaves en la Fábrica Argentina de Aviones, la modernización del Tanque Argentino Mediano (TAM) y el desarrollo de cohetes son algunas de las iniciativas positivas que el actual gobierno inició y que debe llevar adelante dándoles nuevo empuje.

 

Nadie está promoviendo una guerra. El actual camino diplomático es bueno pero insuficiente. Hay que construir un país más justo, sin persecuciones revanchistas, sin permisivismo ni libertinaje ideológico, con un profundo respeto a la vida, con trabajo y seguridad, sin narcotráfico. Hay que hacer de las Fuerzas Armadas el factor determinante que obligue a los británicos a sentarse a negociar.

 

El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner tiene la posibilidad de trabajar en ese sentido. El gobierno cuenta entre sus filas con gente muy capaz. El propio ministro de Defensa, Arturo Puricelli, lo es.

 

Hacemos votos por que la señora Presidente dé un nuevo impulso a la reconstrucción del país. Es sin dudas una mujer capaz. Dios quiera que muestre la necesaria voluntad política.

DRAMÁTICO GIRO EN EL CASO DEL PRESUNTO ESPIONAJE CHINO SOBRE EL F-35

31.03.2012 11:57

En una nota publicada por Geoestrategia el 8 de febrero de este año,  dábamos cuenta de versiones sobre la supuesta influencia del espionaje chino en las demoras del desarrollo del F-35. No pudimos en ese momento aportar pruebas de que el espionaje realmente haya existido, de modo que seguimos investigando. Seguimos sin encontrar sustento real alguno a las versiones que corrieron (o se hicieron correr) sobre el tema, pero de todos modos lo que descubrimos es apasionante.

 

En ese momento informamos que supuestamente espías chinos habrían hackeado conferencias telefónicas y habrían escuchado reuniones en las que se discutieron asuntos tecnológicos secretos acerca de los aviones. Se dice que China podría haber robado información sobre comunicaciones seguras y sistemas de antenas del 35-F, hecho que obligaría a efectuar costosas reescrituras de software y rediseños de otras partes comprometidas del avión. Ahora las versiones tomaron un giro inesperado y potencialmente mucho más grave. Trataremos de ser lo más objetivos posible al relatar las apasionantes novedades.

 

En las últimas semanas trascendió información de que se encontraron componentes electrónicos falsificados en equipo militar fabricado por Boeing, L-3, y Raytheon. Los mencionados componentes están actualmente en uso en aeronaves que cumplen tareas en zonas de combate afganas.

 

Los componentes electrónicos falsificados son a menudo partes obtenidas de computadoras de las décadas del ’80 y del ’90. Sus marcas son eliminadas mediante lijado y se les pone sellos nuevos de China.

 

El Armed Services Committee del Senado estadounidense anunció que las partes, en uso en el C-130J, el Boeing P-8A, y los 27J 3 L son, generalmente (no siempre), provenientes de China.
 

El portavoz del Ministerio Exterior de chino, Hong Lei, dijo "El gobierno de China está promoviendo activamente la cooperación en la lucha contra las mercancías falsificadas, con autoridades importantes de otros países y tales esfuerzos son bienvenidos."

 

Como parte de la investigación del comité del Senado norteamericano, los legisladores pidieron a la Government Accountability Office (Oficina de rendición de Cuentas del Gobierno) que comprara partes de armas de las empresas chinas (partes que las empresas estadounidenses de armas a veces compran) para ver si el gobierno chino estaba haciendo algo para acabar con el enorme problema. Así la GAO creó una compañía ficticia para comprar piezas (se especificó que debían ser nuevas) para el F-15 Eagles, el MV-22 Ospreys y dos submarinos nucleares. Lo que obtuvieron fueron partes falsificadas.

 

El problema es potencialmente gravísimo. Desde el 2009, más de un millón componentes de armas falsos han sido identificados como provenientes de  empresas chinas. Esos componentes forman parte de sistemas muy complejos, tales como submarinos y aviones de combate.

 

El tema no deja de tener un costado irrisorio. Si lo dicho es verdad, las empresas de armas estadounidenses compran componentes electrónicos para sus armas a China sin demasiados controles. En tanto el Senado americano espera que el problema lo solucione Pekín…

 

Pero la cuestión no termina allí, de hecho podría tener giros mucho más dramáticos.

 

Richard Clarke es el ex zar de la lucha contra el terrorismo de Estados Unidos. Se retiró después de largos años de servicio y actualmente dirige su propia empresa de seguridad informática, para ponerle un nombre modesto. Clarke afirma que todos los productos electrónicos fabricados en China bien podrían tener trampillas, “puertas” ocultas que permitirían al malware chino infectar los sistemas estadounidenses que contienen esos componentes. El malware podría hacer todo, desde controlar un dispositivo para hacerse cargo de determinado sistema para desactivarlo hasta robar secretos del mismo.

 

Si esto resultara ser cierto los portaaviones y aviones estadounidenses podrían ser paralizados totalmente justo en el momento en que estuvieran estacionados en el Estrecho de Taiwán y una salva de misiles contra buque chinos estuviera volando hacia ellos. Y esa es sólo una de las posibilidades.  China podría estar robando información tecnológica, financiera y militar estadounidense en cantidades inimaginables. Potencialmente hasta podría provocar un desastre financiero, por dar un ejemplo, manipulando algunos datos.

 

Pintar este panorama apocalíptico podría ser una estrategia de Clarke para promover los servicios de su empresa. Pero hay quienes recuerdan que fue este hombre quien predijo una acción dramática de Al Qaeda en Estados Unidos de Norteamérica, poco antes de que tuviera lugar el atentado del 11 de septiembre del 2001.

 

No hay pruebas de que las afirmaciones de Clarke tengan otro sustento que no sea el hipotético. De hecho cuando publicamos la nota sobre el F-35 y el espionaje chino recibimos comentarios en el sentido de que bien podría tratarse de una historia inventada para justificar las demoras en el programa. Algunas afirmaciones de los americanos podrían tener la intención de perjudicar a la industria china. Es muy ingenuo por parte de las empresas militares estadounidenses no hacer controles sobre los componentes chinos, si es que eso es cierto.

 

Todo queda en el plano especulativo y solamente la investigación del Senado habría aportado datos concretos. Por lo dicho, no nos apresuraremos a sacar conclusiones. El tema es apasionante y seguiremos investigando. Pero algo es cierto, en el mundo globalizado las fronteras se volvieron difusas. El enemigo, chino u occidental, podría estar escondido en cualquier parte, en cualquier computadora. En cualquiera.

SE PERMUTAN 72 HARRIER POR MEDIO GLOBEMASTER C-17

29.03.2012 17:10

La Real Fuerza Aérea británica (RAF, por sus siglas en inglés) está comprando el octavo avión de transporte estratégico Boeing C-17, según anunció ayer la empresa fabricante.


Actualmente el Escuadrón 99 de la RAF cuenta con siete de estos aparatos. Los aviones se utilizan principalmente para apoyar la operación Herrick, nombre dado por el Reino Unido al conflicto de Afganistán.

 

La octava aeronave le habría costado a Gran Bretaña unos 200 millones de libras (más de 317 millones de dólares). Si bien no pudimos confirmar este dato, de ser exacto, el precio es algo elevado. El Departamento de Defensa de los EEUU paga unos 260 a 270 millones de dólares por cada unidad lista para el combate. Esa cifra incluye algunos adicionales, posiblemente en concepto de mantenimiento y/o logística.

 

Boeing entregó hasta la fecha 241 aviones C-17, siendo su principal cliente la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, que opera 216 unidades.

 

El Boeing C-17 Globemaster III es una aeronave de transporte militar pesado de largo alcance usado como avión de transporte estratégico de tropas y suministros. También puede ser utilizado para cumplir misiones de transporte táctico, evacuación médica y lanzamiento de paracaidistas.

 

Por otra parte hoy trascendió que, a fines de octubre del año pasado, el Ministerio de Defensa británico (MoD) habría ordenado a sus funcionarios un “apagón informativo” en lo referente a la venta de los aviones Harrier a EEUU. Si bien este dato tampoco pudo ser confirmado, las motivaciones de la presunta “censura” del MoD serían claras. Recordamos que el año pasado Gran Bretaña vendió a los norteamericanos 72 aviones Harrier por 110 millones de libras. El silencio habría sido impuesto por temor a las fuertes críticas que generó la operación, las cuales lejos de aquietarse siguen circulando, renovadas por la incertidumbre en torno a los portaaviones de la Royal Navy.

 
Los Harrier fueron vendidos al Cuerpo de Marines de los EEUU (USMC) mediante un acuerdo que se confirmó oficialmente el 24 de noviembre de 2011.


Por increíble que suene uno de los motivos que se habría aducido en un documento que se filtró a la prensa es que la operación serviría para fomentar las buenas relaciones con los Estados Unidos. Quien haya leído nuestro artículo de ayer comprenderá que ese objetivo no fue alcanzado.


El documento decía  "Es probable que surjan críticas alegando que el Reino Unido está vendiendo los Harrier por mucho menos de lo que valen y que todavía tienen un importante remanente de capacidad operativa. ... Las aeronaves fueron objeto de mejoras y modernizaciones en los últimos diez años a un costo de 500 millones de libras y uno de sus sistemas de armas fue modernizado en los últimos cinco años a un costo de 100 millones de libras."

 

En resumen, 72 Harrier británicos fueron vendidos por la suma de 110 millones de libras, después de haberse invertido en ellos, sólo en concepto de mejoras, 600 millones de libras en una década. Un C-17 Globemaster fue comprado por 200 millones de libras. Extraña forma de hacer negocios.

EL OSCURO PANORAMA DE LA DEFENSA BRITÁNICA Y EL PORQUÉ DE LA CONSERVACIÓN DE SUS SUBMARINOS NUCLEARES

28.03.2012 19:14

Tal como lo adelantáramos en una nota del 1 de marzo, Gran Bretaña anunció la firma de un contrato de 350 millones de libras (unos US $ 560 millones) para el “reacondicionamiento complejo” del submarino portador de misiles nucleares (SSBN) HMS Vengeance. Los trabajos insumirán unos 42 meses y unos 2,5 millones de horas-hombre. La renovación incluirá la instalación de un nuevo núcleo del reactor nuclear, el Mk2.

 

Entre ayer y hoy se conocieron más datos sobre cuáles serán los trabajos concretos que se realizaran en el submarino.

 

Entre las reformas a realizar se mencionan la mejora del sistema de lanzamiento de misiles y la actualización de los sistemas informáticos.También se efectuarán estudios y ensayos no destructivos del estado del casco y de la estructura y la revisión de todos los componentes principales del submarino.

 

El lugar que deja en el servicio activo este SSBN lo tomará uno de sus tres buques gemelos, el HMS Vigilant, después de haber sido sometido a reacondicionamiento. El costo del reacondicionamiento del Vigilant superó los 300 millones de libras. El Vengeance es el cuarto y último de los submarinos de la clase Vanguard construidos para la Royal Navy.
 

A esta altura de las circunstancias cabe preguntarse por qué Gran Bretaña, en medio de lo que posiblemente sea la mayor crisis económica europea de la historia, sigue dilapidando dinero que no tiene, para mantener activos sus submarinos de misiles balísticos.

 

Se afirmó que después de los recortes impuestos por la Revisión Estratégica de la Defensa y de la Seguridad del 2010, Gran Bretaña incrementaría su presupuesto de defensa el 1% anual en términos reales a partir del año 2015. En las circunstancias económicas mencionadas eso es un hecho dudoso. Pero aún si se cumpliera con el aumento, el dinero adicional no significaría una mejora en las capacidades operativas de las fuerzas armadas británicas. Los incrementos de los costos de los proyectos en marcha crece muy por arriba de esa cifra y lo que se avecina son recortes de capacidades, no incremento de las mismas. Debería ocurrir algo extraordinario para que no fuera así.

 

¿Por qué no prescindir de los SSBN y preservar otras capacidades? La respuesta a la pregunta es compleja, pero podemos esbozar algunos intentos por responderla.

 

En primer lugar hay que destacar que, en el plano militar, Gran Bretaña es muy dependiente de los Estados Unidos de Norteamérica. El problema es que a Estados Unidos Gran Bretaña ya no le sirve. Fueron claros cuando hace semanas un portaaviones norteamericano y su escolta cruzaron el Estrecho de Ormuz. Gran Bretaña tuvo que “suplicar” que se la dejara participar con un buque. El argumento de los militares americanos para la negativa inicial fue que el Reino Unido no tenía nada que aportar al poder estadounidense.

 

En segundo lugar, a los EEUU Europa dejó de interesarles. Terminada la guerra fría, el centro de atención se fue desplazando hacia Asia y el Pacífico. No es necesario explicar por qué. “Europa debe invertir en su propia defensa” fue la sentencia americana. ¿Es por eso que Gran Bretaña y Francia firmaron un acuerdo de cooperación militar? Es probable.

 

La política sobre el arsenal nuclear occidental la siguen fijando de facto los norteamericanos. Y Gran Bretaña se siente indefensa. Su principal hipótesis de conflicto convencional, Malvinas, se resuelva casi por si sola. Hace décadas que los sucesivos gobiernos argentinos no hacen inversiones significativas en defensa.

 

“Conservemos los submarinos nucleares, el poder de disuasión”, parecen decir los políticos británicos. Los contribuyentes tendrán que pagarlos. La industria militar anglo-americana está de parabienes. El mantenimiento de los arsenales nucleares absorbe dinero como esponja. El problema no es nuevo, data de los siniestros días de la conferencia de Potsdam, cuando Harry S. Truman ordenó devastar Hiroshima, asegurándose, para deleite de unos pocos, de que el mundo no alcanzara la paz tan ansiada. 

CRECE LA INCERTIDUMBRE EN TORNO A LOS PORTAAVIONES BRITÁNICOS

26.03.2012 17:19

Quien intenta seguir la trama de noticias concernientes a los portaaviones británicos clase Queen Elizabeth, no puede dejar de tener la sensación de estar experimentando un desorden de memoria. Repentinamente empieza a leer afirmaciones supuestamente hechas en el pasado de las que nunca tuvo noticias (o al menos ya no las recuerda) y proyectos a futuro que se habían desechado en el pasado. Si el lector se toma la molestia de leer el artículo comprenderá por qué.

 

Hace apenas días se supo que el gobierno británico gastó 40 millones de libras en uno de los informes que se habían encargado para evaluar los costos adicionales que significaría modificar uno de los dos portaaviones británicos en construcción.

 

El portaaviones debería ser convertido de la versión capaz de operar aviones STOVL (de despegue corto y aterrizaje vertical) a la versión CATOBAR (Catapult Assisted Take-Off But Arrested Recovery, es decir, despegue asistido por catapulta y recuperación mediante detención por cable de frenado). La primera versión sería apta para operar la versión F-35B del Joint Strike Fighter en tanto la segunda sería capaz de proporcionar las condiciones de aterrizaje y despegue inherentes al F-35C.

 

Hace apenas días (el 19 de marzo) informamos que el titular del Ministerio de Defensa (MoD) británico, Philip Hammond, recomendó - en un nuevo cambio de planes - que el Reino Unido adopte la variante STOVL del Joint Strike Fighter, tal como era el proyecto original. Bien, parece que podría haber un “nuevo” cambio de opinión.

 

Un periódico británico - habitualmente crítico de la gestión de la actual política de defensa británica - informó hoy que el costo de conversión estimado en el informe de 40 millones de libras, dista mucho de ser tan alto. De hecho sería de apenas la mitad de los 1.800 millones de libras previstos por el mencionado informe.

 

El costo de los equipos necesarios para el lanzamiento y frenado de los aviones en una eventual versión de catapulta y cable de frenado sería de 458 millones de libras y el costo de instalar los equipos de unos 400 millones de libras, es decir menos de la mitad de lo informado con anterioridad. La fuente de esa estimación es un alto oficial de la US Navy interiorizado en el proyecto de la modernísima catapulta electromagnética EMALS.

 

Es más, si el plan de desarrollo de la EMALS fallara, la cuenta la pagarían los EEUU.

 

Todo este caos se ve agravado por el hecho de que el ministro Hammond dilata la respuesta a los parlamentarios británicos sobre cuándo tendrá lugar la Ronda de Planificación 2012 (PR12) en la que se debería tratar el tema.

 

Como si la incertidumbre no fuera suficiente, el submarino portador de misiles balísticos de cabezas nucleares (SSBN) HMS Vengeance estuvo amarrado durante tres semanas en la base británica de Plymouth, a la espera de ser recibido para iniciar un reequipamiento que demorará tres años y medio. El MoD dio el visto bueno final recién hoy. Esto generó descontento, ya que se perdieron tres semanas valiosas. Pero eso no es lo peor. La demora en la autorización levanto sospechas sobre posibles nuevos recortes.

 

En el onírico mundo de la actual política de defensa británica, últimamente toda pesadilla parece posible.

AVANZA EL DESARROLLO DE LOS F-35 PERO CANADÁ AMENAZA CON BAJARSE DEL PROGRAMA

22.03.2012 11:13

Tres elementos de sujeción o fijación (tornillos) habrían sido la causa de la fuga de combustible que acortó el vuelo inaugural de entrenamiento del F-35 que tuvo lugar en la Base Aérea Eglin de la USAF (Fuerza Aérea de EE.UU.) y del que dimos cuenta en alguna nota anterior.

 

El personal de mantenimiento de la 33ª Ala de Caza de Eglin realizó una inspección del aparato y descubrió que tres tornillos ligeramente sueltos fueron la causa de una pequeña fuga de combustible del avión.

Aclarado el origen del problema, el 13 de marzo de tuvo lugar el segundo vuelo local del F-35A. El aparato completó el vuelo de 93 minutos exitosamente, según se informa en el portal oficial del F-35 Lightning II.

 

Entre tanto el ministro de Defensa adjunto de Canadá, dijo ese mismo día que su país, uno de los más ardientes defensores del programa F-35, podría desistir de la compra programada de estos aviones de combate. Canadá es un socio de tercer orden del proyecto y tenía previsto gastar miles de millones de dólares en la adquisición de estos aparatos.
 

"Nosotros aún no hemos descartado la posibilidad de dar marcha atrás en el programa", habría dicho el ministro Julian Fantino, responsable de las adquisiciones militares, al Comité de Defensa de la Cámara de los de los Comunes.
 

Según los medios canadienses, dijo que el gobierno mantiene su compromiso de comprar el avión, pero señaló que no se había firmado ningún contrato.

 

El Joint Strike Fighter debería ser la columna vertebral de la futura flota aérea de EE.UU. Otros 11 países aliados se unieron al programa. Sin embargo, funcionarios de defensa tuvieron muchas dificultades para mantener los costos bajo control. El precio de cada aparato se duplicó en términos reales durante la última década.
 

El mes pasado, el Primer Ministro canadiense, Stephen Harper, dijo que su gobierno no gastaría más que la suma ya presupuestada de 8.500 millones de dólares. De ese modo dejó abierta la posibilidad de reducir el número de aviones que iba a comprar Canadá. Ahora queda en duda si va a comprar alguno.

 

Según diversos analistas no son los retrasos en el desarrollo del programa lo que hace que diversos países reduzcan el número de aparatos a comprar sino precisamente el gran aumento en los precios. Se genera así un círculo vicioso. A medida que se van reduciendo las órdenes de compra vuelven a crecer los costos.

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