¿OTROS MIL MILLONES DE DÓLARES DEL PRESUPUESTO DE DEFENSA BRITÁNICO TIRADOS A LA BASURA?
El arma más poderosa del arsenal de la Marina Real británica, el submarino nuclear portador de misiles balísticos HMS Vigilant, navegó la semana pasada por primera vez en más de tres años. El submarino nuclear partió de Devonport el 28 de marzo para comenzar con las pruebas de mar, después de trabajos de renovación que insumieron 300 millones de libras (unos 481 millones de dólares).
Los trabajos en el Vigilant duraron más de cuarenta meses y se transformaron en una de las mayores labores de ingeniería que involucró a una nave de la Royal Navy en los últimos tiempos, a excepción de la propia construcción de estos gigantescos submarinos de 16.000 toneladas de la clase Vanguard.
El submarino se convirtió así, en palabras del órgano oficial de la Royal Navy, en “un buque nuevo en su interior”. Oficialmente los trabajos de este tipo se llaman Long Overhaul Period (Refuel) o Período de Reacondicionamiento Prolongado (Renovación de combustible nuclear).
Recordamos, tal como lo publicamos en una nota del 28 del mes pasado, que Gran Bretaña anunció la firma de un contrato por 350 millones de libras (unos US $ 560 millones) para el “reacondicionamiento complejo” del submarino portador de misiles nucleares (SSBN) HMS Vengeance, uno de los tres buques gemelos del HMS Vigilant. Los trabajos que se le harán al Vengeance serán parecidos (no iguales) a los que se hicieron sobre el Vigilant.
El Primer Lord del Almirantazgo, Almirante Sir Mark Stanhope, dijo a los reunidos en una ceremonia en la plaza de armas de Devonport: "Éste es un buen momento para reconocer el alto grado de pensamiento innovador, de habilidad tecnológica y de esfuerzo por lograr la buena colaboración, que existe entre la industria y el Ministerio de Defensa."
El almirante Stanhope no mencionó que ese esfuerzo y el dinero insumido podrían haber sido casi literalmente tirados a la basura. El riesgo de que eso suceda existe y preocupa no sólo a los británicos sino también a funcionarios estadounidenses ligados a la defensa.
La cuestión es simple: si Escocia decide independizarse, Gran Bretaña podría tener que deshacerse de sus SSBN. Toda la fuerza nuclear del Reino Unido, compuesta por misiles Trident alojados en submarinos de la clase Vanguard, es operada desde dos bases en Escocia. Al parecer no existe una opción adecuada para que estos submarinos operen desde bases inglesas o galesas.
Tal es así que un veteranos analista de defensa de EEUU, que asesoraba al Congreso norteamericano, sugirió recientemente que una Escocia independiente "podría ser algo no muy bueno" para la defensa estadounidense.
Robert L. Goldich, quien se desempeñó por más de 33 años como analista de defensa para el Servicio de Investigación del Congreso, en la Biblioteca del Congreso de EEUU, se preguntó si "un Reino Unido desintegrado" seguiría siendo un socio de confiable en lo concerniente a la defensa de los EEUU y a su política en la materia.
Sin dudas el lector de este artículo pensará que las presiones sobre una eventual Escocia independiente serían enormes en el sentido de permitir que el resto de Gran Bretaña conserve sus bases de submarinos en territorio escocés.
La cuestión es que los nacionalistas escoceses ya dijeron, que uno de los mayores atractivos de la independencia era precisamente el hecho de que la misma permitiría la eliminación de los Trident que se encuentran en Escocia.
Seiscientos cincuenta millones de libras, es decir, más de mil millones de dólares invertidos en el reacondicionamiento de los dos submarinos clase Vanguard que mencionamos, podrían convertirse en dinero tirado a la basura. ¿No lo es acaso todo dinero “invertido” en armas de destrucción masiva? Los escoceses podrían terminar haciéndonos a todos un gran favor.