ADVIERTEN SOBRE EL DETERIORO DE LA COOPERACIÓN MILITAR ANGLO FRANCESA

27.03.2013 16:03

 

Quien creyó que los recortes en el área de defensa de Gran Bretaña habían finalizado se equivocó. Todo indica que el gobierno británico obligará al Ministerio de Defensa (MoD) a ser parte de un nuevo programa de recortes presupuestarios en diversas áreas del Estado. Si bien el actual jefe del MoD, Philip Hammond, advirtió que eso dañaría la capacidad militar británica, ya fue advertido que sus palabras no cambiarán la decisión. Los militares deberán volver a ajustarse el cinturón y contribuir a un ahorro de 11.500 millones de libras (más de 17.000 millones de dólares) que deberán realizar los británicos.

 

Por su parte en Francia, el presidente François Hollande quiere reducir a cero el crecimiento del gasto militar desde el 2014 al 2019 inclusive. Ello supondría un recorte efectivo de 30.000 millones de euros al presupuesto de defensa y un ahorro de casi el 50% respecto al gasto de este año, que alcanzará el 1,56% del PBI francés, una cifra de por sí extremadamente baja en la historia francesa y muy alejada del 2% que recomienda la OTAN. De concretarse el plan, el número de aviones de combate se reduciría a la mitad. Lo mismo sucedería con las brigadas terrestres, entre otras medidas a tomar. Si Francia decidiera lanzar una operación militar en el exterior, el número máximo de efectivos que se podría desplegar sería de unos 7.000.

 

Quedan descriptos los planes y presentadas las cifras. Medir las consecuencias del impacto de los recortes de los presupuestos de defensa de ambos países no es tan sencillo, como no es sencillo analizar el impacto de los hechos en la relación a la alianza militar anglo francesa. Lo curioso es que las preocupaciones por el modo en que los recortes puedan afectar esa relación parecen expresarse más del lado francés que del británico.

 

El 2 de noviembre del 2010 franceses y británicos firmaron el Tratado de Lancaster House, que estableció los términos de la cooperación militar entre ambos países. Los primeros en olvidarse de la cooperación fueron los británicos cuando optaron por el F-35B, haciendo así imposible que los aviones franceses puedan utilizar el portaaviones británico Queen Elizabeth, cuando éste sea terminado y esté operativo.

 

Llamativamente la presidente del comité de defensa de la Asamblea Nacional de Francia, advirtió que los recortes presupuestarios pueden dejar la alianza militar entre Gran Bretaña y Francia fatalmente debilitada. ¿Acaso los británicos no valoran la cooperación militar con Francia? Eso es difícil de creer cuando hace poco pedían la ayuda francesa en un eventual conflicto armado por Malvinas. ¿Cómo hay que interpretar la actitud británica?

 

El pedido de ayuda francesa ante un eventual conflicto por Malvinas bien pudo ser parte del discurso belicista que mantiene el gobierno David Cameron, que sabe que de momento Argentina no tiene medios militares suficientes para recuperar los archipiélagos del Atlántico Sur por medio del uso de la fuerza. De hecho el actual gobierno argentino en ningún momento hizo ningún tipo de amenaza en ese sentido.

 

Los británicos valoran la cooperación militar con Francia pero saben que la misma sería relativa. Los británicos tampoco son fanáticos de la Unión Europea. Miran a los Estados Unidos de Norteamérica. El domingo pasado arribaron a Washington todos los altos mandos de la defensa británica para reunirse con sus colegas estadounidenses. Es con ellos con quienes trazan los planes estratégicos y es con ellos con quienes debaten sobre cómo aprovechar los recursos relativamente magros que vuelcan al sector de la defensa.

 

A nuestro juicio eso no deja de ser un error. Los estadounidenses tienen sus propios problemas y saben que lo que pueden aportar los británicos es poco. Lo aprovecharán si lo llegaran a necesitar, sí. Pero es cuestionable que los británicos vayan a recibir mucho a cambio. Los EEUU conocen la decadencia europea, que va más allá de una crisis económico financiera que, Dios mediante, tarde o temprano terminará. La decadencia europea es mucho más grave y el final de la misma - si es que habrá un final - es mucho más difícil de predecir.