BIDEN QUEMARÁ LA RESERVA ESTRATÉGICA DE PETRÓLEO
24.11.2021 09:18
Cuando el 20 de enero de este año Joe Biden asumió el poder, los EEUU de Norteamérica eran un país energéticamente independiente. Inmediatamente el nuevo presidente decretó la cancelación del oleoducto Keystone XL, que llevaba petróleo de las arenas petrolíferas de Canadá a las refinerías de Illinois y Texas. Biden también prohibió nuevas exploraciones petrolíferas en diversos Estados y planea subir impuestos a los combustibles fósiles. En nombre de la lucha por la energía verde, Biden está disparando una incipiente crisis energética internacional y agravando una preocupante escalada inflacionaria interna. Terminados algunos encierros dispuestos con el argumento de la pandemia del covid-19, la actividad económica comenzó a ponerse en marcha sin que la Casa Blanca previera el incremento en el consumo de combustibles.
El precio del gas natural se triplicó desde el comienzo del corriente año y la nafta (o gasolina) subió 1,09 dólares por galón en los últimos doce meses alcanzando un promedio nacional de $ 3,27 por galón con cifras récord en algunos Estados. California llegó a los $ 4,65 el galón. Los precios no paraban de subir y por esa y otras razones la imagen de Biden cayó estrepitosamente. Los demócratas decidieron tomar una medida que resulta pan para hoy (casi estrictamente hoy) y hambre para mañana. Decidieron volcar al mercado 50 millones de barriles de petróleo de su reserva estratégica. Tal vez al lector la cifra le parezca alta pero representa el consumo estadounidense de menos de tres días. Para el colmo se liberan reservas estratégicas en un momento en que los rusos presionan sobre Ucrania y China sobre Taiwán. Teóricamente las reservas serán repuestas, la pregunta es con qué. La OPEC y los rusos no quieren bombear más petróleo y las empresas estadounidenses se ven obstaculizadas por su propio gobierno.
Según Biden todo volverá a la normalidad cuando el país comience a utilizar energía verde: autos eléctricos; paneles solares; energía eólica, nuclear y similares. El problema es que para fabricar eso hay que usar petróleo, por ende la transición debería ser gradual. Seguramente Biden apelará a la solución de siempre: comprará paneles solares fabricados en China por esclavos uigures y los transportará en buques altamente contaminantes a través de todo el Pacífico. Los chinos producen electricidad quemando carbón. Para llevar a cabo los planes de Biden se necesitará dinero, claro. Ya tiene previsto otro altísimo presupuesto de gastos que generarán más impuestos y más inflación.