BREXIT: A DIEZ DÍAS DE LA FECHA LÍMITE LA UNIÓN EUROPEA ENDURECE SU POSTURA

19.03.2019 13:09
 
El día 13 de este mes escribíamos: "los líderes europeos que empiezan a ver a los británicos en general y a los ingleses en particular como a niños soberbios y caprichosos que exigen de Europa lo que no logran resolver ellos. El tiempo se acaba y la paciencia europea está casi totalmente agotada". 
 
En principio la fecha límite para la salida del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte de la Unión Europea es el 29 de marzo. Hace apenas un par de días la Cámara de los Comunes del Parlamento Británico votó una moción que encomienda a Theresa May que solicite a la Unión Europea una prórroga en la fecha de salida de la misma. El Ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Michael Roth, acaba de ser extremadamente claro: "el reloj sigue andando y el tiempo se acaba. Estamos extenuados por estas negociaciones. ... No es un simple juego, es una situación extremadamente seria". Recordemos que hasta ahora desde Alemania había un guiño cómplice a May en cuanto a la posibilidad de una prórroga. La paciencia se agotó y es culpa de los británicos. Piden una extensión del plazo pero ni ellos saben para qué. No hay propuestas y menos propuestas consensuadas, estas últimas son la que espera Europa. May está en guerra con el Parlamento y hasta con algunos de sus propios ministros. La respuesta europea a tanta irresponsabilidad es clara: "No es un simple juego".
 
Theresa May parece no entender los mensajes proveniente de la orilla opuesta del Canal de la Mancha. Intentará forzar una tercera votación en favor del acuerdo al que ella arribó con los negociadores de la UE a pesar de que el Portavoz (Presidente) de la Cámara de los Comunes y miembro del Partido Conservador, John Bercow, la había descartado invocando la convención de 1604 para evitar una moción que sea "la misma o sustancialmente la misma" que los diputados ya han rechazado. Ya pocos se privan de usar la palabra extorsión cuando hablan de la actitud de May para con el Parlamento británico.
 
Falta diez días para la fecha límite. Se podrá encontrar alguna argucia legal para extender el plazo unas semanas pero el reloj sigue andando inexorablemente. Su sonido se parece demasiado al del mecanismo de tiempo de una bomba que amenaza con destruir al Reino Unido como nación creíble.