CRECE EL RIESGO DE UNA NUEVA ESCALADA DEL CONFLICTO EN UCRANIA

10.07.2023 21:40
 
Putin enfrenta presiones internas para asumir una actitud más dura en la guerra contra Ucrania. El amotinamiento de Yevgueni Prigozhin dio más argumentos a los halcones políticos y militares de Moscú. No sólo eso, en principio en septiembre el parlamento turco aprobará la membresía de Suecia como parte de la OTAN, organización cuya cumbre se llevará a cabo los próximos días muy cerca de la frontera entre Lituania y Rusia. Los americanos enviarán munición de racimo a Kiev y estarían movilizando dos brigadas de reserva que en unos meses podrían ser transportadas a Europa. Probablemente nada de eso alcance para dar un vuelco en el conflicto pero sí removerá el avispero del Kremlin. Putin está modernizando y probando bombarderos de largo alcance que fácilmente golpearían Polonia que pasó de ser una suerte de Cenicienta europea a ser la niña mimada de la Unión. Es una relación por conveniencia, claro, pero los polacos tienen más corazón que cabeza y Andrzej Duda se convirtió en un hombre de dudosa reputación. Francia, Holanda y Alemania tienen sus propios problemas. Los alemanes están hartos de la guerra pero Macron podría usarla para distraer a parte de la opinión pública francesa. Después de todo puso los intereses de la UE por encima de los de su patria y los de los EEUU y Gran Bretaña por encima de los de la UE.
 
 
Los próximos días podríamos ver un recrudecimiento del conflicto en Ucrania. Ambas partes se ven tentadas a redoblar la apuesta. Por ahora es poco probable que se recurra a armas nucleares tácticas pero en lo convencional al menos los rusos todavía tiene algunos ases en la manga. La OTAN, por su parte, podría recurrir a misiles de mayor alcance o a la entrega de algunos tanques adicionales y de algunos aviones de combate de dudoso valor pero que alimentarían la esperanza ucraniana y mejorarían (tal vez) el humor de la opinión pública estadounidense. No necesariamente nos acercamos a la paz, todavía podría esperarnos una repentina escalada del conflicto. Rusia no puede echarse atrás, la Alianza Atlántica no quiere. El precio lo pagarán primero los ucranianos, después los europeos y en última instancia los contribuyentes norteamericanos. El diálogo aún parece algo muy lejano. Rogamos una oración por la paz.  
 
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