DURÍSIMA ADVERTENCIA DE PARLAMENTRIOS BRITÁNICOS SOBRE LAS CONSECUENCIAS QUE TENDRÍA LA INDEPENDIZACIÓN DE ESCOCIA

El House of Commons Scottish Affairs Committee (SAC o Comité de Asuntos Escoceses de la Cámara de los Comunes del Parlamento del Reino Unido) emitió un informe en el que afirma que miles de empleos de la industria de defensa escocesa podrían perderse si Escocia vota a favor de su separación del resto del Reino Unido.

La mayoría de los 15.000 puestos de trabajo del sector e ingresos anuales por 2 mil millones de libras “podrían verse amenazados” por un voto afirmativo en el referéndum fijado para 2014.

El SAC está formado mayoritariamente por escoceses, aunque solo uno de sus once miembros pertenece al Partido Nacionalista Escocés. El comité  advirtió que las empresas o filiales que dependen de pedidos del Ejército Británico, de la RAF o de la Royal Navy perderían todo el trabajo exclusivo del Reino Unido. El SAC agregó que el mercado que habría para los proveedores de defensa en una Escocia independiente sería insignificante. También aseveró que el acceso de Escocia a la tecnología secreta sería más restringido y aseguró que la OTAN no vería a Escocia como un aliado o socio confiable para colaborar con los grandes proyectos internacionales.

En el 2014 los escoceses decidirán en un referéndum si desean independizarse de Gran Bretaña. Si los escoceses deciden escindirse, los misiles Trident y los submarinos nucleares “de disuasión” que los portan, los Vanguard, podrían tener que ser retirados de Escocia en un plazo muy breve.

En su conferencia anual del 19 de octubre del año pasado, el gobernante Partido Nacionalista Escocés (Scottish National Party o SNP, por sus siglas en inglés) votó a favor de una resolución que vería a una Escocia independiente tratando de unirse a la OTAN, después de obligar a los británicos a retirar sus armas nucleares del suelo escocés. El SNP votó a favor de aprobar la "más rápida relocalización segura de la flota nuclear de Faslane" en el caso de que Escocia abandone el Reino Unido.

Los ingleses, obviamente, no quieren ni pueden asumir el costo de tal relocalización ni de otros “problemas” que generaría la independencia escocesa y probablemente reaccionarían como suelen hacerlo: con prepotencia.