EL GOBIERNO DE BORIS JOHNSON Y LOS RIESGOS DE LA ARGENTINA INERME

08.08.2019 22:38
 
Con Boris Johnson en el cargo de Primer Ministro del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte las posibilidades de un brexit duro se acrecentaron enormemente. Él está dispuesto a salir de la Unión Europea a como dé lugar y los europeos no muestran voluntad de negociar nada. La oposición quiere desplazar al premier de su puesto cuanto antes. Algunos laboristas y los nacionalistas escoceses son de la partida pero se rumorea que Johnson está dispuesto a dar una batalla dura. No está solo. El ala dura del conservadurismo británico lo apoya al igual que lo apoyan otros euroescépticos.
 
Johnson es uno de los partidarios de la Gran Bretaña Global. En su gabinete hay ministros como Gavin Williamson, quien como Ministro de Defensa propuso diversas medidas para que el nuevo Imperio Británico tenga un brazo militar fuerte. Esos propósitos chocan con una realidad dura, la Royal Navy ni siquiera puede proteger eficazmente los buques mercantes de bandera británica. Así lo demostró Irán capturando el petrolero Stema Imperio. Alguien podría pensar que Londres permitió que eso ocurriera para tener otro motivo para acrecentar el gasto militar. De todos modos es un hecho que la Marina Real británica está fuertemente debilitada o al menos fuertemente desequilibrada: carece de buques de escolta suficientes. Eso no es todo. El 11 de julio informábamos que el portaaviones HMS Queen Elizabeth debió abandonar las pruebas de mar que estaba llevando a cabo. Se vio obligado a hacerlo por la rotura de una cañería que provocó la inundación de varios sectores del buque. Después trascendió que no habría sido la primera vez que ocurría un hecho de esa naturaleza. Además se supo que durante las mencionadas pruebas la nave tuvo un problema de propulsión. Los incidentes se van sumando y si a eso se le agregan las limitaciones de los F-35B todo se vuelve más complejo. Eso conlleva algunos riesgos.
 
Los globalistas británicos podrían no renunciar a sus aspiraciones militares. A falta de portaaviones de mayor confiabilidad y capacidad podrían empezar a establecer bases, intención que expresó el propio Williamson. También podrían optar por fortalecer las que ya tienen. La de Malvinas es una de ellas y su importancia estratégica es indiscutible. Los globalistas británicos no ignoran eso, de hecho lo expresan abiertamente. La dirigencia política argentina falló estrepitosamente en dotar al país de un aparato militar con una capacidad de disuasión creíble. Si falló por desidia, por ideología, por incapacidad, por ignorancia o por otra razón ya parece tener poca importancia. Parte del territorio argentino está ocupado por una potencia extranjera. Uno de nuestro países vecinos le prestó ayuda durante la Guerra de Malvinas de 1982. Todos nuestros vecinos poderosos se están armando, sólo nosotros seguimos desarticulando nuestras Fuerzas Armadas. No es cuestión de dinero, es cuestión de voluntad. Hay dinero para las Fuerzas de Seguridad y no es malo que así sea pero no se destinan fondos ni remotamente suficientes a las Fuerzas Armadas. La Armada Argentina se quedó sin submarinos y no hay indicios serios de que eso vaya a cambiar. La Flota de Superficie necesita una modernización urgente y la misma no llega. El estado de la Fuerza Aérea es bien conocido y las promesas y buenas intenciones no alcanzan o llegan tarde. La artillería de defensa aérea de las tres Fuerzas es simbólica. No estamos haciendo política partidaria, la responsabilidad no es solo del gobierno actual. Ya lo hemos dicho con anterioridad: nuestra integridad territorial está en juego y nadie hace mucho al respecto. Eso puede costarnos caro, muy caro.  
 

 

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