EL GRAN ATAQUE

19.11.2022 16:08
 
Los rusos destruyen el material occidental a un ritmo sostenido y toda la OTAN se está quedando sin armas y municiones. Eslovenia está entregando el 40% de sus tanques a Ucrania; Estonia ya gastó el equivalente a un tercio de su presupuesto de Defensa en ayuda a ese país y Noruega cedió a Kiev el 45% de sus obuses.
 
Los EEUU obviamente son materialmente poderosos pero ahí se levantan voces sobre el deterioro de unidades navales por falta de un mantenimiento adecuado. El año pasado los norteamericanos perdieron un submarino de ataque de 3.000 millones de dólares en el Mar del Sur de China. Chocó contra algún tipo de obstáculo submarino. A principios de este año perdieron una aeronave de combate el mismo mar, aparentemente por un error humano: un aparato F-35C se vio involucrado en un serio incidente mientras aterrizaba a bordo del portaaviones USS Carl Vinson. El piloto se eyectó de la aeronave mientras que otros siete marineros a bordo del barco resultaron heridos como consecuencia del accidente. A fines de marzo informábamos que en dos semanas habíamos registrado al menos seis aterrizajes de emergencia y accidentes de aeronaves militares estadounidenses con un saldo total de cinco muertos. Los accidentes continuaron. Los norteamericanos, que hace poco debieron dejar en tierra sus F-35, después debieron hacer lo propio con los helicópteros Chinook del Ejército. Hace una semana informábamos que de 49 tipos de aeronaves militares estadounidenses, solo 4 cumplieron con sus objetivos anuales de preparación para la misión desde el año fiscal 2011 hasta el año fiscal 2021. Así los informó el organismo de control de gastos del Congreso norteamericano GAO (U.S. Government Accountability Office). Los funcionarios del programa esgrimen razones como el envejecimiento aeronaves, desafíos de mantenimiento y problemas para obtener piezas y suministros. Así el F-35B del Cuerpo de Infantería de Marina y aviones F-16, F-22 y las aeronaves cisterna KC-130J de la Fuerza Aérea, no cumplieron con los requisitos de capacidad de misión ni siquiera en uno de los 10 años. 
 
Los británicos no están mejor. Hoy por hoy el Reino Unido tiene seis destructores antiaéreos con los que no puede contar por sus constantes problemas de propulsión. Su fuerza de submarinos disminuyó fuertemente en número. El portaaviones británico HMS Prince of Wales deberá entrar a dique seco para reparaciones mayores después de la falla catastrófica que sufrió ni bien partió hacia los Estados Unidos, a fines de agosto. El Ejército Británico fue reducido a niveles dramáticos. Los problemas de personal no pasan sólo por una cuestión de cantidades. El consumo de drogas en las fuerzas armadas británicas es alarmante y su entrenamiento y motivación son más que cuestionables. Hace algunos meses la RAF perdió un aparato F-35B por una insólita cadena de errores humanos.
 
Durante mucho tiempo la gran mayoría de los miembros europeos de la OTAN han incumplido los compromisos financieros exigidos por el tratado. Aún cuando haya sido más cumplidores, los británicos siempre se preocuparon más por las ganancias de sus fabricantes de armas que por el producto final entregado por estos. No hay demasiadas razones para creer que eso cambiará y aunque cambie, en algunos aspectos, ya será tarde. La Alanza Atlántica avanzó en los papeles pero no en su capacidad bélica. El socio con mayor capacidad en materia de equipamiento atraviesa una crisis interna grave. La frontera sur de los EEUU está abierta prácticamente de par en par y por allí entran ilegales (incluyendo terroristas); armas y drogas en cantidades sin precedentes. La criminalidad en las calles crece debido a un desfinanciamiento sistemático de las fuerzas policiales. La demencial agenda verde de Joe Biden esá disparando el precio del combustible y éste acelera la mayor inflación en cuatro décadas. Salvo algunas honrosas excepciones, la clase política norteamericana es patética. No es raro, es un reflejo de la sociedad que la vota: ignorante; libertina y apática. 
 
Los últimos ataques contra Ucrania están siendo llevados a cabo con cohetes convencionales; cohetes termobáricos; misiles; proyectiles de artillería y drones. Uno de los objetivos es la infaestructura eléctrica de ese país. Otro podría ser agotar la capacidad de la artillería antiaérea de las fuerzas de Kiev que debe responder a amenazas diversas y masivas. Cuando esa capacidad quede agotada la aviación rusa tendrá un control casi total del espacio aéreo ucraniano. Ese sería el momento ideal para atacar, una vez que el suelo de ese país se congele. La sincronización es muy buena y el ataque ruso podría estar muy próximo. Con el incidente del o de los misiles ucranianos que cayeron en Polonia, la OTAN mostró que, al menos de momento, no tiene deseos de verse directamente involucrada en el conflicto bélico. Putin quiere llevar las acciones lo más lejos posible de sus fronteras. Lo azuzan algunos golpes ocasionales contra su propio territorio, un ejemplo es el del puente de Kerch. De acuerdo a versiones provenientes de fuentes habitualmente confiables, soldados polacos en uniforme ucraniano combaten del lado de Zelenski. No tenemos prueba de ello. También se comenta que muchos "voluntarios" polacos han muerto combatiendo para el bando de Zelenski. También sería difícil probarlo. Sea como fuere las autoridades polacas tienen un discurso altamente belicista. Bastaría otro incidente como el de los misiles caídos en Polonia para disparar una reacción en cadena.
 
Se dice que los norteamericanos están hartos de Zelenski. El hombre no quiere escuchar las palabras "negociaciones", "paz" ni ninguna otra que se le parezca. Algunos comenzaron a darse cuenta que todo esto fue demasiado lejos pero la guerra está en marcha y no será fácil desactivarla. Los ánimos están caldeados y las conversaciones truncas. Cuando la temperatura baje un par de grados más, todo estará listo para que Ucrania arda. Entonces la OTAN podría descubrir que está parcialmente inerme, que su constante avance hacia el este sí fue una provocación estúpida. Entonces los tanques Armata; los aviones MiG-31; Su-34; Su-35; los Su-57 y toda la aviación estratégica rusa podrían enfilar hacia el oeste. Encabezarán la embestida cientos de miles de soldados. La gran pregunta es si la OTAN podrá hacer algo al respecto o si las líneas fortificadas de Ucrania comenzarán a caer como fichas de dominó. 
 
"El cielo tomó un color azul morboso que aterrorizaba a todos los que lo miraban. Un viento oscuro soplaba por todas partes. Un aullido apasionado y lúgubre llenó el aire, como el terrible rugido de un león feroz, y resonó por toda la tierra con ecos que helaban la sangre." - Beata Isabel Canori Mora