EL JUSTO RECLAMO POR MALVINAS Y LAS FUERZA ARMADAS ARGENTINAS

24.01.2013 12:59

 

En marzo, los habitantes de Malvinas votarán en un referéndum para decidir si quieren “conservar” lo que ellos denominan su condición de Territorio de Ultramar del Reino Unido de Gran Bretaña. Se espera gane el sí. Eso no tendrá ninguna consecuencia jurídica real, ya que los escasos británicos que viven en las islas son en su mayoría descendientes de quienes arrebataron por la fuerza el archipiélago malvinense y otros archipiélagos del Atlántico Sur a Argentina. Es claro que un puñado de descendientes de usurpadores no tiene derecho alguno a la autodeterminación. El resto de la población de Malvinas está formada por soldados británicos, algunos chilenos y no mucho más. El efecto de la votación será principalmente propagandístico.

 

Argentina viene reclamando la soberanía sobre las Islas y el actual gobierno intensificó los reclamos el año pasado, en ocasión de cumplirse el trigésimo aniversario de la guerra por la recuperación de los archipiélagos australes, que tuvo lugar en 1982. Eso generó tensión entre Argentina y Gran Bretaña. La tensión se acrecienta nuevamente con la cercanía del referéndum.

 

El gobierno de Londres estudia reforzar la guarnición de Malvinas e incluso se habla de la realización de un ejercicio militar en el Atlántico Sur. Los británicos hacen ejercicios en la zona con regularidad, de modo que se estaría hablando de un ejercicio importante, más grande que los regulares.

 

Lamentablemente la embestida diplomática argentina no fue acompañada de un necesario rearme de sus Fuerzas Armadas. Por el contrario, la ya de por sí delicada situación de la Armada Argentina se está deteriorando y la Fuerza Aérea Argentina tampoco logra revertir la crítica situación en la que se encuentra. Sólo el Ejército Argentino mantiene una capacidad operativa moderadamente satisfactoria. Pero el Ejército Argentino no tiene capacidad de proyección estratégica propia, depende para ello de la Armada Argentina y de la Fuerza Aérea Argentina.

 

Es llamativo el descuido por parte del Estado Argentino de la necesaria proyección estratégica de sus FFAA, máxime cuando está reclamando que los británicos se sienten a la mesa de negociaciones. Es ingenuo pensar que los británicos se sentarán a negociar si Argentina no puede ejercer una adecuada presión militar. Afirmar otra cosa es desconocer la historia y la idiosincrasia inglesa.

 

El gobierno argentino hará bien en tomar nota del estado de las Fuerzas Armadas y en esforzarse por revertirlo. Muchas veces hemos afirmado que no estamos de acuerdo con aquellos que dicen que el actual gobierno no hizo nada por las FFAA. Existe un resentimiento hacia ellas, es difícil saber si es real (en tal caso no siempre justificado) o si es una mera postura de conveniencia.

 

Sea como fuere no hay evidencias para lo que algunos llaman “plan sistemático para la destrucción de las Fuerzas Armadas argentinas”. En todo caso hubo algún gobierno anterior al actual que optó por las “relaciones carnales” con los EEUU y sus aliados y por una política de seducción de los kelpers (nombre con que se conoce en Argentina a los británicos nacidos en Malvinas). Ese gobierno desarticuló sistemáticamente el aparato militar argentino. Pero hablar de soberanía y no reforzar la crecientemente deteriorada capacidad militar argentina y su necesaria capacidad de proyectar su poder, muestra un grado de ingenuidad o de obstinación muy elevado.

 

Argentina está enfrentando una situación económica precaria y no es buen momento para grandes gastos en materia de defensa. Pero algunos se deben hacer. Habrá que apelar a la austeridad en algunas áreas donde hay gastos superfluos y destinar al menos parte de la suma ahorrada al refuerzo de la defensa. En caso contrario se estará jugando con fuego e invitando a los británicos que se queden no solo con los archipiélagos australes sino también con el Sector Antártico Argentino y se estará poniendo en serio riesgo toda la Patagonia.