EN UCRANIA EL RIESGO NUCLEAR ES DOBLE

03.03.2022 09:42
 
Las tropas rusas avanzan con mayor velocidad que la que sostienen algunos medios no especializados. Durante la invasión de Irak, a los estadounidenses les llevó dos semanas en cubrir 550 kilómetros en su avance hacia Bagdad; los rusos llegaron de Crimea a Mariupol (cubrieron 300 kilómetros) en 5 días. En general el progreso en el todo el sur de Ucrania fue importante. Lógicamente las fuerzas rusas encuentran mayores dificultades cerca de la capital, Kiev. Probablemente haya habido errores de cálculo; como en muchas guerras hay dificultades logísticas y la resistencia ucraniana es feroz pero por ahora el Kremlin lleva las de ganar. Putin tiene alguna resistencia interna, muchos manifestantes son arrestados. El exagente de la KGB no procede con mano blanda.
 
La OTAN y los países europeos que no forman parte de la Alianza siguen enviando armas a las fuerzas de Kiev. Tal vez esa sea la razón por la que Putin decidió redoblar la presión. Debe cercar la capital para impedir que esas armas lleguen a los ucranianos que se hicieron fuertes en la misma. La larga columna rusa que desciende hacia ella desde el norte tiene problemas logísticos y todo parece indicar que su frente comenzó a ser hostigado. En términos generales la aviación ucraniana quedó muy golpeada pero los drones también pueden representar un problema.
 
Los seis reactores nucleares de la central Zaporiyia - Foto: Ralf1969 creativecommons.org/licenses/by-sa/2.5/deed.en (la imagen origina ha sido redimensionada)
 
A medida que los rusos incrementan la presión, los ataques son más indiscriminados y las bajas civiles aumentan. Hay, sin embargo, un riesgo del que no todos hablan. Rusia tiene 4 plantas de energía nuclear activas con un total de 15 reactores. En términos generales esas instalaciones pueden soportar bastante bien el impacto de proyectiles e incluso misiles y el atacante no tiene ningún interés en combatir en medio de una nube radiactiva. El problema radica en que, para su refrigeración, los reactores dependen de la red eléctrica general de Ucrania. En caso de daños significativos a la misma, debería recurrirse a generadores diésel cuyo estado y reserva de combustible se desconoce. Por ahora los trabajadores de las plantas están mostrando mucho profesionalismo y hasta abnegación. Seguramente las autoridades militares rusas también están al tanto de esos peligros pero en una guerra las cosas se salen de control con cierta facilidad. Ya no se trata sólo de la amenaza de Putin de un ataque nuclear. En abril de 1986 y después, los ucranianos en particular y Europa en general, tuvieron que lidiar con el desastre de Chernóbil. Tal vez eso les ha ayudado a prepararse para una eventualidad similar en la actualidad. 
 
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