FUERTE RESPALDO BRASILEÑO AL RECLAMO ARGENTINO POR MALVINAS
El pasado viernes 5 el gobierno argentino repudió los nuevos ejercicios militares que fuerza británicas desarrollarán en el archipiélago de Malvinas. El adiestramiento comenzó ayer y se prolongará hasta el 19 de octubre e incluirá el lanzamiento de misiles desde las islas de soberanía argentina, que se encuentran en poder de la corona británica.
En el documento oficial de la Cancillería argentina su titular, Héctor Timerman, rechazó los ejercicios anunciados afirmando que éstos constituyen una flagrante contradicción por parte del Reino Unido "al llamamiento de la comunidad internacional para solucionar pacíficamente la controversia de la Cuestión Malvinas".
Según el Palacio San Martín (Cancillería), hubo ejercicios militares similares en julio de este año. Desde el Ministerio se afirmó que el desarrollo de las maniobras "aporta un elemento de provocación militar que no es bienvenido por los países de la región, que trabajan para hacer del Atlántico Sur una zona de paz libre de tensiones militares y de absurdas exhibiciones de poder militar".
Las declaraciones emanadas desde Cancillería podrían sonar como reiterativas, estériles y hasta como una cortina de humo del gobierno para distraer la atención pública de las dificultades domésticas, tal como se manifestó desde Gran Bretaña. No nos interesa discutir la última aseveración, aun cuando podría tener una cierta cuota de fundamento. Hay otra cuestión, más importante, que no podemos dejar de señalar.
El Ministro de Defensa de Brasil, Celso Amorim, reclamó hoy en su discurso de la primera jornada de la X Conferencia de Ministros de Defensa de América que ese foro deje constancia del reclamo de Argentina sobre las Islas Malvinas, que es analizado en una comisión al margen de los temas centrales de la conferencia. La mencionada comisión fue creada para tratar los asuntos que no fueron consensuados en la última reunión preparatoria de la cumbre.
Es llamativo y gratificante ver que Brasil - a pesar de sus buenas relaciones con Gran Bretaña - adopta una postura favorable a la Argentina. No es la primera vez que lo hace y ya lo ha hecho en circunstancias mucho más delicadas. Brasil - además de solidarizarse con su socio del Mercosur y de esa forma hacer causa común con toda Sudamérica, cuando no con toda Latinoamérica - mantiene firme su postura de mantener a la región libre de la presencia de fuerzas militares extranjeras.
No es una mera declaración de principios. Brasil se está armando para defender sus recursos naturales. En ese sentido está adoptando una actitud de liderazgo en América del Sur.
El gobierno argentino haría bien en seguir el ejemplo de Brasil. No en imitarlo al pie de la letra, sí en tomarlo como modelo de determinación en materia de defensa. Es cierto que en la actual coyuntura económica y social argentina no es fácil destinar fondos a un necesario rearme. Hay otras prioridades impostergables.
De todos modos con una administración planificada y prolija de los recursos del país seguramente se podrían alcanzar algunos objetivos básicos. De ese modo el gran esfuerzo diplomático que está haciendo el gobierno en forma persistente - y por momentos muy inteligente - por recuperar las Malvinas, podría rendir los frutos deseados. Y si no lo hiciera, al menos dejaría abiertas otras opciones.