INFORME ESPECIAL DEL BIMESTRE MARZO-ABRIL (PARTE II)
La Armada Argentina es más hermética en lo que refiere a sus proyectos de modo que informaremos solamente que como primer vehículo aéreo no tripulado la fuerza utilizó al Chimango. Este aparato fue diseñado para el entrenamiento de tiro antiaéreo con cañones y misiles.
El siguiente desarrollo fue el Guardián. Se trata de una aeronave de reconocimiento para identificación de blancos en tiempo real, con capacidad de operar desde buques de superficie y prestar apoyo anfibio a la Infantería de Marina.
La construcción se efectuó en el Taller de Mantenimiento Buenos Aires. Hasta donde sabemos se obtuvo un prototipo hecho con fibra de carbono ya que se necesitaba que fuera un aparato con alta resistencia tanto a las condiciones que se dan durante el despegue, como al impacto que se produce durante la recuperación con red a bordo de las unidades navales.
En este desarrollo participaron varios destinos de la institución. El primer vuelo de prueba se habría tenido lugar en diciembre de 2005.
En cuanto a la Fuerza Aérea Argentina, podemos decir que había adquirido un determinado número de aeronaves a una empresa privada. Las mismas se destinarían a una escuela de pilotos de vehículos aéreos no tripulados que tiene previsto dirigir la FAA. Sabemos que hubo problemas con el sistema de armas adquirido aunque no estamos en condiciones de decir en qué consistieron y si fueron resueltos o no. Al parecer los problemas no fueron técnicos.
De todos modos la FAA no carece de proyectos en la materia. Se sabe que cadetes de 3º y 4º año de la Escuela de Aviación Militar trabajan en un proyecto denominado precisamente V.A.N.T (Vehículo Aéreo No Tripulado).
Después de haber diseñado y construido dos prototipos, el equipo del proyecto V.A.N.T. se encuentra investigando y desarrollando una tercera aeronave, mucho más avanzada, para emprender el diseño de un avión no tripulado con fines militares de largo alcance (LOS) y gran autonomía de vuelo. Este avión estará dotado con modernos sistemas de vuelo y telemetría y brindaría al proyecto mayores capacidades, estimándose que operará con un alcance de 100 kilómetros y un techo operativo entre 5000 y 7000 pies (unos 1.500 a 2.100 m).
Para finalizar sabemos que la Subsecretaría de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico (SsICyDT) y la empresa INVAP, junto a las Fuerzas Armadas y el Estado Mayor Conjunto, se encuentra elaborando un proyecto para el desarrollo y producción de una familia de aviones no tripulados con sus respectivos sistemas de sensores, guiado, comunicaciones y propulsión. La iniciativa se denomina SARA (por Sistema Aéreo Robótico Argentino), teniendo como objetivo lograr la autonomía tecnológica en UAV Clase II (medianos) y Clase III, es decir, grandes.
Según el Ministerio de Defensa, además de tener múltiples aplicaciones tanto en el ámbito civil como en el de las Fuerzas Armadas (y de Seguridad) la Argentina contaría con un nuevo producto de exportación en un mercado internacional en rápida expansión en lo que se refiere a este tipo de aparatos.
En Argentina hay también empresas civiles que desarrollan este tipo de aeronaves para uso civil, pero no es objetivo de este informe hacer referencia a ellas.