INUSUAL NERVIOSISMO DE LA DIPOLMACIA BRITÁNICA POR LA CUESTIÓN MALVINAS

25.02.2013 18:30

 

En la III Cumbre de los Jefes de Estado y de Gobierno de África y de Sudamérica que se llevó a cabo entre los días 20 y 23 del presente mes, los 54 países de África se unieron a Sudamérica para “reconocer los legítimos derechos de soberanía de la Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, y los espacios marítimos circundantes”.

La declaración de la Cumbre también “urge al Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte a que reanude las negociaciones con la República Argentina para encontrar tan pronto como sea posible una solución justa, pacífica y definitiva a la disputa, de conformidad con las resoluciones relevantes de las Naciones Unidas y de otras organizaciones regionales e internacionales”.

 

La Cancillería argentina consideró que “el documento constituye una victoria diplomática” para Argentina “pues es la primera vez que toda África se suma a nuestro continente en declarar los legítimos derechos de la República Argentina en la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas”.

 

La Cancillería ponderó correctamente la “Declaración de Malabo” al expresar que fue un gran logro. Que todo un continente se haya sumado a la postura de los países sudamericanos en apoyo de los derechos soberanos de Argentina sobre los archipiélagos del Atlántico Sur, no es un hecho fácil de ser ignorado.

 

El apoyo de los países africanos y sudamericanos opaca el intento británico por dar legitimidad a la conservación de sus enclaves coloniales en el Atlántico Meridional mediante un referéndum que los kelpers (nombre con que se conoce en Argentina a los descendientes de los usurpadores británicos que habitan las Islas Malvinas) harán para votar si quieren continuar bajo la administración inglesa.

 

El referéndum no tiene ningún valor ya que los kelpers no tienen derecho alguno a la autodeterminación. Pero una cosa es que los británicos sepan eso y otra cosa es que toda África se sume a Sudamérica y otros muchos países, para apoyar el legítimo reclamo argentino. La noticia parece haber caído como un balde de agua fría sobre los líderes de la diplomacia británica.

 

El Secretario de Estado de los Estados Unidos, John Kerry, está viajando al Reino Unido. Es su primera visita a Londres desde que asumió como tal. Al parecer la misma no será muy plácida. Todo indica que el gobierno británico le elevará una queja e intentará torcer la decisión estadounidense de no tomar postura ante el referéndum al que hicimos referencia y que tendrá lugar entre el 10 y 11 de marzo. Es una petición extraña a un país que en 1982 no dudó en quebrantar el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) para apoyar abiertamente a Gran Bretaña. El TIAR establecía que los EEUU debían apoyar a la Argentina. La postura oficial estadounidense poco tiene que ver con su postura extraoficial. O al menos hasta ahora era así.

 

Podríamos interpretar la actitud británica como un gesto de nerviosismo. La diplomacia argentina hizo algunas cosas bien. Pero hay que entender que con sólo la diplomacia no alcanza. Como lo comunicamos en una nota del día 20 de este mes, la fragata de la Royal Navy HMS Argyll zarpó con rumbo a África occidental y el Atlántico Sur. Los británicos parecen dispuestos a retener sus enclaves coloniales a como dé lugar. Argentina debería incrementar el poder disuasivo de sus Fuerzas Armadas. Con ellas, con los esfuerzos diplomáticos y con la aversión de Brasil hacia la presencia militar extranjera en el Atlántico Sur, la recuperación de los archipiélagos argentinos en poder de los británicos es una meta alcanzable.

 

No promovemos ni un rearme desmedido que quede fuera de las verdaderas posibilidades económico-financieras argentinas, ni una recuperación militar de Malvinas y demás archipiélagos mientras existan otras opciones. Pero muchas veces para lograr la paz hay que tener un poder disuasivo creíble. Esa es una tarea en la que el actual gobierno argentino aún no tiene muchos resultados que mostrar y haría bien en acometerla con más determinación.