LA BATALLA DEL ATLÁNTICO - NOVENA PARTE: LOS ALIADOS LOGRAN CONTRAGOLPEAR
En 1941 el panorama se complicó para los U-Boote. En marzo de ese año Winston Churchill emitió una directiva que instruía dar prioridad a lo que denominó la “Batalla del Atlántico”. Fueron entrando en servicio las corbetas clase Flower y surgieron adelantos tecnológicos que comenzaron a ser aprovechados. A principios de 1940 se había desarrollado el radar centimétrico y unos meses más tarde el Huff-Duff. A su vez se crearon grupos permanentes de escolta.
El 7 de marzo el U-47 de Prien fue hundido. Una semana más tarde el U-100 fue embestido por el HMS Vanoc. Esa misma noche el U-99 fue hundido por el HMS Walker. El 9 de mayo el U-110 fue capturado con graves averías. Antes de que se hundiera los británicos lograron sacar de su interior una máquina Enigma, dispositivo utilizado por los alemanes para codificar sus mensajes y se habría rescatado del submarino en cuestión un libro de códigos navales.
Pronto, nueve naves de abastecimiento de submarinos fueron destruidas por los aliados, gracias a la decodificación de mensajes cifrados. De todos modos es difícil ser contundente en cuestiones de inteligencia y afirmar que la captura de la máquina Enigma y del libro de códigos haya sido la única fuente de información británica. En Europa operaban todo tipo de espías. Por su parte también la inteligencia alemana hacía su trabajo y localizaba convoyes.
Mientras tanto los aviones aliados comenzaron a operar desde bases que fueron establecidas en Islandia y Terranova, cubriendo de esta forma una buena parte del Atlántico Norte, aunque aún no su parte central, que recién sería cerrada con la aparición de los Liberator antisubmarinos.