LA BATALLA DEL ATLÁNTICO - SEGUNDA PARTE: LOS SUBMARINOS ALEMANES (continuación II)

04.01.2013 06:03

 

Los tipo XXI

 

En momentos que la guerra submarina alemana pasaba por un mal momento, en un intento por inclinar la balanza de nuevo a favor de sus submarinos, Hitler decidió seguir adelante con la construcción de submarinos impulsados por peróxido de hidrógeno. Con éstos se había hecho alguna demostración un tiempo antes, pero en ese momento parecía que las naves convencionales eran más que suficientemente aptas.

 

El nuevo submarino, denominado tipo XVIII, obviamente no iba a estar listo a tiempo para hacer la diferencia, así que basado en su diseño se construyó un submarino más convencional, diesel-eléctrico. Éste se convirtió en el tipo XXI. Se utilizó el gran espacio que serviría para el almacenamiento de peróxido de hidrógeno para albergar baterías adicionales, dando un mayor alcance y rendimiento bajo el agua.

 

El tipo XXI fue una de las armas que cambiaron la guerra submarina. Antes de los tipo XXI los submarinos eran, en realidad, sumergibles, porque se pasaban más tiempo en la superficie que debajo del agua. Sólo podían estar sumergidos por breves periodos de tiempo y en inmersión eran más lentos. Los tipo XXI eran sumamente más rápidos en inmersión que en  superficie.

 

Los tipo XXI, que en inmersión desplazaban 1.819 toneladas, tenían una eslora de 76,7 m y podían sumergirse a 270 m. Poseían 6 tubos lanzatorpedos de 53,3 cm y  podían cargar 23 torpedos o 17 torpedos y 23 minas. Estaban provistos de 4 cañones dobles de 20 mm (otros historiadores dicen que cuatro dobles, pero de 30 mm).

 

Como ya dijimos, debido a sus poderosos motores eléctricos y a su casco hidrodinámico, los submarinos de este tipo - muy avanzados para su época - eran más rápidos sumergidos que navegando en la superficie. Su llegada tardía no pudo subsanar todo lo que no se habían podido hacer antes.

 

De haber entrado en servicio antes, los tipo XXI podrían haber causado graves problemas a los aliados. Poseían la suficiente velocidad para seguir a un convoy navegando bajo el agua, sin tener demasiados problemas para evadir las aeronaves y buques antisubmarinos aliados y luego atacar a los barcos enemigos.

 

Con su capacidad de disparar 18 torpedos en sólo 20 minutos, podrían haber atacado a varios objetivos en muy poco tiempo, para luego escapar a gran velocidad o sumergirse a gran profundidad, lo último debido a su casco robusto. Su mayor capacidad de carga de combustible y de torpedos también les habría permitido cruzar el Atlántico sin necesidad de reaprovisionarse tan frecuentemente como las clases que los precedieron. Sólo dos unidades de este tipo realizaron operaciones bélicas.