LA BATALLA DEL ATLÁNTICO - SÉPTIMA PARTE: LAS PLATAFORMAS DE LUCHA ANTISUBMARINA (continuación II)
Los buques Q
Si bien estos párrafos sobre los Buques Q podrían ser vistos como una simple nota de color, como una cuestión meramente anecdótica, no dejan de ser un reflejo de la falta de medios antisubmarinos adecuados que padeció la Royal Navy al principio de la guerra y de cierto grado de desesperación con el que los británicos reaccionaron a la campaña de los U-Boote.
Hacia finales de la IGM los propios británicos habían considerados a los buques Q como obsoletos, pero aun así los volvieron a emplear en la IIGM. De algún modo estos hechos señalan la visión estratégica de Karl Dönitz, que lo hizo llevar la guerra al terreno donde el enemigo se mostraba más débil. Con ello no pretendemos hacer una apología de las acciones alemanas, sino señalar la correcta aplicación de algunas de las máximas de la guerra: estudiar y conocer al enemigo es una de ellas. Aprender a aprovechar sus debilidades es otra.
Los Buques Q, también conocidos como Q-boats, Navíos Señuelo (Decoy), Buques de Servicios Especiales o Buques misteriosos (Mistery Ships), intervinieron en la IIGM porque su uso había tenido algún éxito en la Primera Guerra Mundial. Si bien durante la IGM no hundieron ningún submarino, sí averiaron a algunos (este dato se contradice con el de otros historiadores que afirman que sí lograron varios hundimientos). Estos hechos obligaban a las tripulaciones de los sumergibles de la primera guerra a tomar precauciones, hecho que - según algunos historiadores - habría librado a muchos mercantes de ser atacados.
Los buques Q eran mercantes o pesqueros pesadamente armados con las armas ocultas, pergeñados con la intención de atraer a los submarinos, para que éstos realizaran ataques en superficie al creerlos indefensos. Esto daba la posibilidad a los buques Q de abrir fuego contra ellos. Durante el transcurso de la IGM las técnicas de los buques Q se fueron haciendo muy refinadas. Se llegaron a organizar cuidadosas puestas en escena de pánico a bordo, abandono del buque y escenificaciones similares con el fin de que los U-Boote se confiaran. La intención era que - una vez que estuvieran al alcance y en la mira - fueran fácilmente atacados. Las tácticas se hicieron cada vez más complejas, ya que los U-Boote se arriesgaban cada vez menos. En agosto de 1917, cuando se perdieron algunos barcos Q, el esquema terminó por ser considerado como obsoleto.
Estos buques fueron usados por la Marina Real británica durante la IGM y nuevamente por la Royal Navy y la armada estadounidense durante la IIGM como contramedidas contra los submarinos alemanes y japoneses. Durante la segunda conflagración mundial la Marina Real británica puso en servicio nueve buques Q entre septiembre y octubre de 1939 para operar en el Atlántico Norte. Los buques que no fueron torpedeados dejaron de estar en servicio en marzo de 1941 sin que hubieran tenido el menor éxito. El décimo y último buque Q de la RN, fue convertido en septiembre de 1940 en buque portador de redes de defensa antitorpedos, equipado con cuatro cañones de 101 mm, tubos lanzatorpedos, dos hidroaviones y una lancha torpedera. Fue hundido por un submarino alemán. Los restantes buques sobrevivientes fueron transferidos al Ministerio de Defensa británico como transportes.
Los estadounidenses adquirieron cinco buques que fueron convertidos en secreto. Los norteamericanos emplearon los buques Q con la misma falta de éxito que los británicos. Uno de ellos fue hundido en su primera patrulla y de otro, el Anacapa, se cree que averió a dos submarinos aliados que - por error - operaban en su zona, aunque esto último ocurrió en el Océano Pacífico.