LA BATALLA DEL ATLÁNTICO - TERCERA PARTE: LAS ARMAS DE LOS SUBMARINOS ALEMANES
Los torpedos
Los U-Boote contaban con torpedos, armas de superficie y capacidad de sembrar minas desde los tubos lanzatorpedos. Básicamente existieron sólo dos tipos de torpedos, con varias versiones que se diferenciaban por sus detonadores y su control de dirección.
El modelo estándar era el G7a, de 53,3 cm de diámetro, un peso de 1.528 kg y una carga explosiva de 300 kg (280, según otros historiadores militares). Era propulsado por aire comprimido y podía recorrer unos 6 km a 44 nudos, 8 km a 40 nudos o hasta 14 km a 30 nudos. Disponía de espoletas magnéticas (que inicialmente fueron muy poco fiables) que detonaban debajo del casco de la nave atacada con efectos devastadores. También podían tener espoletas de contacto, que durante los primeros años fueron las más utilizadas.
De estos torpedos se construyó una variante (tipo) de propulsión eléctrica, el G7e, cuya ventaja era no dejar el típico rastro de burbujas, haciéndolo casi indetectable. Tenía la desventaja de una velocidad y alcance muy inferiores. Podía recorrer un máximo de 5 km a 30 nudos. El tipo G7e tuvo varias versiones. El G7e(TIIIa), por ejemplo, era una versión del G7e(TII) - la versión básica del tipo - con una mayor capacidad en la batería de alimentación del motor, que incrementaba su alcance a 7,5 km.
Tal como ya lo mencionamos, además de los dos modelos básicos se desarrollaron otros más especializados.
La mayoría de las naciones beligerantes sufrió problemas con sus torpedos en el período inicial de la guerra. Algunos eran evitables. Un ejemplo de ello eran los ajustes de la profundidad hechos en base a torpedos de práctica, cuyas cabezas de combate no pesaban lo mismo que las de práctica, por lo que corrían a una profundidad mayor a la esperada. Eso podía hacer que el torpedo pasara por debajo de la nave atacada sin detonar.