LA ESTRATEGIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - DECIMOSEXTA PARTE: LA CONTRAOFENSIVA ALIADA EN EL PACÍFICO

18.07.2013 16:44

 

Para poder atacar Australia y Nueva Guinea, los japoneses necesitaban bases desde las cuales hacerlo. Para ello tomaron las islas de Nueva Irlanda y Nueva Bretaña, ambas ubicadas a noroeste de Nueva Guinea. La captura de Nueva Bretaña les proporcionó un puerto y una excelente base aeronaval, Rabaul. Desde allí lanzarían después ataques aéreos y navales contra Nueva Guinea y las Islas Salomón. La Batalla de Rabaul tuvo lugar el 23 de enero de 1942.

 

Más tarde los nipones atacaron la parte noroccidental de Nueva Guinea y la tomaron sin dificultad. De ese modo se generó el peligro de que los japoneses se lanzaran contra Port Moresby, en el sur de la isla. Los australianos habían arribado a esa localidad a principios de 1941 y la convirtieron en el único lugar de Papúa (la mitad oriental de la isla de Nueva Guinea) capaz de apoyar operaciones anfibias. Si los nipones se lanzaban sobre Port Moresby, tendrían un excelente punto de apoyo para eventuales ataques contra Australia, de la cual se encontraba a 500 kilómetros. Sin esa base, la amenaza a Australia era poco creíble.

 

Para evitar el peligro de su captura, Douglas MacArthur, el jefe de las fuerzas aliadas en la región, reforzó el sur de Nueva Guinea. Así se aseguró una base desde la que podía lanzar ataques contra la costa norte de la isla y contra Nueva Bretaña y Nueva Irlanda. Eventualmente también podría servir como lugar de inicio para la reconquista de Filipinas.

 

Por su ubicación geográfica y por la orografía de la zona, Port Moresby solo podía ser tomado mediante un asalto anfibio. Para intentar llevar a cabo dicho ataque, los japoneses se internarían en el Mar del Coral.