LA ESTRATEGIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - VIGESIMOPRIMERA PARTE: JARKOV Y EL GRAN ERROR DEL MARISCAL ZHÚKOV
13.11.2019 11:35
A medida que los soviéticos avanzaban los alemanes procuraban retroceder ordenadamente aplicando la táctica de tierra arrasada, destruyendo todo a su paso. Contra los deseos y órdenes de Hitler, Von Manstein abandonó la importante ciudad de Járkov, la segunda más importante de Ucrania y la cuarta de la Unión Soviética. El Mariscal de campo germano expresó lacónicamente que el Ejército alemán no estaba dispuesto a sacrificar ninguna unidad por defender Járkov. Eso le permitió salvar muchas fuerzas de élite y contragolpear hacia el sur, tal como lo hemos explicado en el capítulo anterior. Las tropas de élite rusas que iban al frente quedaron separadas de las tropas bisoñas y de la logística y buena parte de ellas perecieron o cayeron prisioneras. Hoy no es fácil entender por qué el Mariscal Zhúkov dejó que sus líneas avanzaran tanto, al punto de quedarse - al menos en algunos casos - sin combustible.
Así como Hitler presionaba a Von Manstein para que no retrocediera, así Stalin incitaba a Zhukov a castigar a los alemanes por la aplastante victoria (al menos inicial) que éstos obtuvieron durante la Operación Barbarroja, la invasión de la Unión Soviética. Por su parte Zhúkov quería restaura la imagen del humillado Ejército Rojo. Además el mariscal soviético era implacable con sus subalternos más inmediatos y hasta fue responsable de la ejecución de jefes de división que no acataban las órdenes de ataque. Sabía que estaba avanzando muy rápido y muy lejos pero a la vez se preguntaba si detenerse no significaría perder la oportunidad de aniquilar todo el frente sur alemán y con ello la ocasión de comprometer todas las operaciones germanas en la Unión Soviética. Apostó y perdió. Cuando Von Manstein volvió a contragolpear - esta vez hacia el norte - recapturó Jarkov. Esa acción formó una saliente soviética que penetraba en las líneas teutonas conocida como la saliente de Kursk. Von Manstein quiso avanzar sobre Kursk de inmediato pero Hitler le ordenó esperar los nuevos tanques, entre ellos los Panther y los Ferdinand. Fue un error que dio tiempo a Zhúkov de prepararse para repeler el ataque. Sería recién en el verano de 1943 que tendría lugar allí otra de las batallas más conocidas de la Segunda Guerra Mundial. Antes, con la llegada de la primavera y con el derretimiento de los hielos, el suelo de la estepa se cubrió de barro obligando a ambos bandos a hacer una pausa.
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