LA ESTRATEGIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - VIGESIMOTERCERA PARTE: EL SITIO DE LENINGRADO

28.11.2019 11:03
 
En Leningrado la estrategia dejó de ser un "arte" para convertirse en crimen, un genocidio liso y llano perpetrado por la ambición y el racismo de Hitler y la incompetencia, la desidia, la falta de interés y el egocentrismo de Stalin y otros mandatarios soviéticos. 
 
Durante la Operación Barbarroja el Grupo de Ejércitos Norte, al mando del Mariscal Wilhelm von Leeb, tenía la misión de dirigirse a Leningrado a través de la costa báltica. Las unidades comandadas por Leeb no encontraron mucha resistencia y avanzaron con rapidez. El 14 de julio se ya estaban a solo 200 kilómetros de Leningrado. Un millón de civiles de la ciudad fueron movilizados para preparar fortificaciones alrededor de la misma a toda prisa. El 20 de julio los soviéticos contraatacaron durante unas 48 horas en la zona de Nóvgorod, a menos de doscientos kilómetros al sur de Leningrado. Los alemanes resistieron en sus posiciones para luego seguir avanzando. El 30 de julio estaban a solo 120 kilómetros de su objetivo.
 
El sitio de Leningrado, la antigua capital del Imperio Ruso, duró 872 días, comenzando el 8 de septiembre de 1941. Según algunas fuentes, durante el mismo murieron 1.500.000 personas, un millón de ellas civiles, la mayoría de éstos por hambre. Según otras fuentes y si se incluye a los sitiadores, el número de muertos se acerca a los dos millones. El plan no era tomar la ciudad sino sitiarla, bombardearla y someterla al hambre. Aceptar una rendición estaba fuera de los planes, al menos de los planes hechos cuando los alemanes vieron que no podrían entrar a la ciudad (si es que alguna vez tuvieron esa intención). El principal motivo para obstinarse con la ciudad fue político, ideológico, simbólico. Leningrado había sido la cuna de la revolución de 1917. Era también la base la Flota del Báltico y también tenía cierta importancia industrial.
 
Del sitio de Leningrado no tomaron parte sólo los alemanes. Los finlandeses, la mayoría de los cuales a esa altura de los acontecimientos luchaba del lado de los germanos, sitiaron la ciudad por el norte. Lo hicieron más lejos de la misma de lo que querían los alemanes; no participaron de los ataques a Leningrado. Detuvieron su avance hacia el sur en la antigua frontera de 1939. Cuando los generales alemanes les ordenaron atacar desde el norte, no lo hicieron, siempre encontraban una excusa para no hacerlo. Si bien sitiaron la ciudad, de algún modo la distancia que tomaron permitió - o al manos contribuyó - a salvar a parte de su población. (Continuará)