LA PROBLEMÁTICA ESCOLTA ANTIAÉREA DE LOS NUEVOS PORTAAVIONES BRITÁNICOS

08.11.2018 10:40
 
Lentamente se acerca el momento en que el portaaviones HMS Queen Elizabeth de la Marina Real británica deberá entrar en servicio. Cuando participe de un grupo de tareas exclusivamente británico su defensa antiaérea dependerá principalmente de los extremadamente problemáticos destructores Type 45.
 
En nuestro sitio hemos dado detallada cuenta de los graves problemas de propulsión de estos buques: en noviembre de 2009 el HMS Daring quedó a la deriva en pleno Atlántico luego de haber perdido el poder después de una visita a Nueva York; en abril del 2012 el mismo buque fue sometido a reparaciones urgentes y secretas en Bahrein; en mayo del mismo año el HMS Dauntless quedó a la deriva en el Atlántico Sur; en octubre de ese año el Ministerio de Defensa británico comunicaba al parlamento que el HMS Dragon estaba siendo sometido a reparaciones; en marzo del 2013 el HMS Duncan vio demorada su partida desde los astilleros de BAE en cuatro días por problemas técnicos; en noviembre del 2016 debió ser remolcado a puerto tras sufrir un desperfecto durante un ejercicio efectuado con otros tres buques de la OTAN; en noviembre del 2017 el HMS Diamond debió abandonar una misión en el Golfo Pérsico por problemas de propulsión; este año el HMS Dragon vio demorada siete horas y media su partida hacia el Golfo Pérsico por un incendio que se había registrado a bordo. En febrero del 2016 ya había registro de más de 5.000 fallas y defectos de diversa índole en esta clase de seis destructores antiaéreos que últimamente navegan muy poco.
 
Se sabe que los destructores Tipo 45 son tan ruidosos que los submarinos rusos pueden detectarlos a 100 millas de distancia. Al parecer terminada la Guerra Fría, a nadie le pareció importante que estos destructores "furtivos" tuvieran una baja firma sonora. Se gastaron miles de millones en desarrollar y construir destructores con baja firma térmica y baja firma radar pero se ignoró totalmente el tema del ruido. Un experto de la Armada Argentina nos hizo saber que eso no tiene solución. Para el colmo los Tipo 45 llevan torpedos antisubmarinos Stingray lanzables desde helicópteros ya que estos destructores no cuentan ni contarán con tubos para el lanzamiento de los mismos. La respuesta de los buques al eventual ataque por parte de un submarino implicará preparar y hacer despegar un helicóptero armado con un torpedo, lo que puede tomar más tiempo del aquél con el que la nave pueda disponer en ese tipo de situación.
 
Podríamos seguir enumerando defectos pero con los arriba mencionados alcanza para sostener lo que afirmamos recientemente: la Royal Navy es un gigante (ya no tan gigante) de pies de barro. El desastre de Malvinas de 1982 podría repetirse en cualquier parte del mundo en cualquier momento.