LA ROYAL NAVY ES UNA MARINA DE GUERRA OBSOLETA

09.12.2021 10:16
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El portaaviones británicos HMS Queen Elizabeth está por arribar de regreso al Reino Unido después de su primer despliegue operacional. En la fantasía de algunos británicos, la Royal Navy está recuperando su antiguo esplendor. Cualquier analista serio reconocerá que no es así, por mucho que algunos medios especializados ingleses afirmen lo contrario y por mucho que algunos sitios en español se esmeren en repetir como loros esas afirmaciones. Antes del arribo del QE, llegaron a puerto los dos destructores antiaéreos Type 45 que formaron parte de la escolta. Uno de ellos, el HMS Diamond sufrió dos inconveniente serios durante la travesía. El primero lo obligó a separarse del Grupo de Batalla y a permanecer en un puerto del Mediterráneo mientras era reparado. El buque había experimentado un problema de propulsión. Después el destructor sufrió un nuevo inconveniente cuya naturaleza no trascendió. Entendemos que el buque se había separado del grupo principal y que estaba participando del ejercicio Bersama Gold. El portaaviones también perdió un avión polivalente F-35B de 130 millones de dólares; al parecer fue debido a una llamativa cadena de errores humanos. Según el Ministerio de Defensa británico el aparato fue recuperado aunque, obviamente, no volverá a volar.
 
Los buques de escolta de la Royal Navy son escasos y algunos muy problemáticos. Los incidentes del Defender no son una excepción, son parte de los problemas de propulsión todavía no resueltos de la Clase Daring. Las fragatas Type 23 en condiciones operativas son escasas; una de ellas fue dada de baja y al menos cuatro están siendo sometidas a diferentes tareas de modernización y mantenimiento. Otra más, la HMS Montrose, será retirada del servicio el año próximo. La Marina Real cuenta con un máximo de diez o doce buques de escolta para dos portaaviones y una larga lista de compromisos de todo tipo a lo largo y a lo ancho del planeta. Los submarinos clase Trafalgar están siendo dados de baja y los clase Astute son problemáticos, escasos y están muy retrasados en su cronograma de construcción y puesta en servicio. En momentos en que Rusia presiona sobre Ucrania y China sobre Taiwán todo eso es poco, en especial teniendo en cuenta el poder submarino ruso y chino y la errática actitud de la administración Biden. Por otra parte estamos en una época en que los misiles hipersónicos dejaron de ser meros proyectos y los portaaviones comenzaron a ser muy difíciles de defender, máxime si portan la variante de despegue corto y aterrizaje vertical del F-35. Eso les quita autonomía y/o capacidad de portar armas.
 
Los británicos tienen un programa de construcciones navales extremadamente ambicioso y están desarrollando un avión de sexta generación, el Tempest. Las dificultades financieras serán inevitables en un mundo golpeado por cierto grado de recesión, con una Europa sumergida en una crisis energética y obstinada en imponer nuevas restricciones con el argumento del covid-19. Ahora el dinero sale del bolsillo de los contribuyentes, no de las antiguas colonias explotadas hasta lo indecible. La Royal Navy no recuperará su esplendor naval ni en el corto ni en el mediano plazo; tal vez nunca lo haga. Quienes afirman lo contrario se equivocan o mienten. 
 
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