LA SITUACIÓN DE LA ROYAL NAVY SEGUIRÁ EMPEORANDO (cuarta y última parte)
Y hablando de Argentina, muy lenta y modestamente, el país se está armando. No se trata en realidad de un rearme, sino del reemplazo de equipos obsoletos o inoperativos. Pero Argentina continental está a apenas algunos centenares de kilómetros del archipiélago de las Islas Malvinas y Gran Bretaña está a una docena de miles de kilómetros. Cualquier material que reciben las Fuerzas Armadas argentinas, crispa los nervios británicos. Es cierto que la capacidad militar argentina, al menos en lo que al equipamiento se refiere, está muy por debajo de aquella con la que contaba en 1982, cuando estalló la Guerra de Malvinas, pero lo mismo sucede con la Royal Navy. Sin embargo hay otros factores importantes a tener en cuenta. América Latina en general y Sudamérica en particular, hicieron progresos muy importantes en lo concerniente a la integración regional. Argentinos y chilenos ya no nos miramos como enemigos, es más, a menudo se hace ejercicios militares combinados entre ambas naciones. Lo mismo hace Argentina con Brasil, país militarmente bastante fortalecido. Tanto Chile como Brasil firmaron con Argentina diferentes acuerdos en el área de la Defensa. En ellos se habla, entre otros, del tema de la defensa cibernética.
Otro factor importante diferencia a las Fuerzas Armadas argentinas de aquellas que fueron a la guerra en 1982. Durante la Guerra de Malvinas cada fuerza peleó sus propias batallas, con muy escasa coordinación con las otras dos fuerzas. Hoy por hoy los ejercicios conjuntos están a la orden del día, incluso se está tendiendo a desarrollar una logística común. Por otra parte, si bien la Armada Argentina puede parecer modesta en comparación con la Royal Navy, la Prefectura Naval Argentina (una especie de guardia costera) cuenta con algunos medios que permitirían controlar mejor el Mar Argentino. Es cierto que la Prefectura es una fuerza policial y que la Armada Argentina necesita de más y mejores medios, pero todo suma.
Hay más conflictos y regiones que requieren de la presencia de la Marina Real británica, pero el lector de este artículo probablemente no necesita que enumeremos todos los problemas geopolíticos y geoestratégicos británicos. Con nombrar la región de Asia-Pacífico alcanza y sobra. ¿Qué hacen los británicos allí? Tal vez habría que preguntárselo a los estadounidenses o a los que manejan algunos intereses supranacionales. Y no nos explayaremos respecto al Medio Oriente.
Como fuere, la Royal Navy está desbordada y lo estará por mucho tiempo. Posiblemente su poder se siga deteriorando. Nada ni nadie puede ser exigido tanto sin pagar un precio. El desgaste físico, siquico y material son difíciles de medir, pero sus consecuencias suelen ser muy notables. La otrora poderosa Marina Real británica quedó reducida a la sombra de lo que era. En realidad los británicos no deberían tomar eso como una mala noticia. Es hora de que se transformen en un país de paz.