LOS CHINOS RESPONDEN CON DUREZA A LAS INTENCIONES BRITÁNICAS DE ENVIAR SU PORTAAVIONES AL SUDESTE ASIÁTICO

17.02.2019 19:10
 
Como lo informamos oportunamente, el Ministro de Defensa británico Gavin Williamson anunció que el primer despliegue del portaaviones de la Marina Real de su país sería al sudeste asiático, probablemente al Mar del Sur de China, con una dotación combinada de aviones F-35B británicos y estadounidenses. El día 11 de este mes comentábamos: "Es cada vez más claro que el Reino Unido tiene cada vez menos aliados y que los estadounidenses plantean exigencias para preservar la sociedad. Los EE. UU. saben que una Gran Bretaña posbrexit necesitará de los mercados del sudeste asiático y exige de los británicos colaboración en el difícil control del Mar del Sur de China. Hasta ahí el planteo sería razonable. El ministro Williamson quiere aprovechar el Brexit para sus aspiraciones personales y plantea una recuperación del poder militar del Reino Unido, el problema es que parece desconocer la realidad". Los hechos lo confirman.
 
Los chinos no mirarán alegremente a un portaaviones británico navegando por aguas que reclaman casi enteramente como propias, aún cuando la Corte Internacional de Justicia de La Haya ha puesto límites a sus pretensiones. El Mar del Sur de China es rico en recursos naturales y eso probablemente incluya el petróleo. Además aparentemente los chinos lo necesitan para esconder sus submarinos de disuasión nuclear por lo que la presencia militar adicional del Reino Unido sería una seria molestia, especialmente porque según Gavin Williamson los británicos también pretenden instalar una base militar en la región. El gigante asiático ya reaccionó.
 
Por estos días el Ministro de Economía del Reino Unido tenía previsto visitar Pekín para reunirse con el Vice Primer Ministro chino, Hu Chunhua, con el fin de negociar con los chinos la prohibición de la importación de algunos productos británicos. Según el periódico inglés The Sun, el funcionario de Pekín canceló la reunión horas después del anuncio de Williamson sobre el envío del HMS Queen Elizabeth a la región. Las relaciones comerciales entre el RU y China corren serio peligro y la suma que perderían los británicos es muy sustanciosa. Según el medio especializado forces.net, Willimson confirmó esta semana el despliegue del portaaviones al Pacífico.
 
Más allá de las cuestiones diplomáticas y económicas en torno al despliegue británico-estadounidense está la cuestión militar. China cuenta con misiles balísticos antibuque con capacidad de hundir a un portaaviones y dice estar dispuesta a utilizarlos. Si a eso se suma que los asiáticos también están desarrollando radares capaces de detectar a los "furtivos" F-35, el problema se vuelve mayúsculo. Las aspiraciones del Ministro de Defensa británico y de sus fanáticos admiradores de restaurar el poder imperial británico podrían poner al mundo al borde de una escalada de tensión de final impredecible.