LOS ESFUERZOS POR DISIMULAR LOS ERRORES DEL PROGRAMA F-35 (segunda y última parte)

04.06.2013 16:10

 

Anteriormente la USAF quería la versión 3F del software para declarar la capacidad operativa inicial. Como ya dijimos esa versión estaría lista (no es seguro) en el 2017. Ahora la USAF parece dispuesta a conformarse con la versión 2B o la 3i. Hasta donde se sabe la 3i no es diferente a la 2B, sólo cambiarían algunos aspectos relacionados a un nuevo hardware que la hospeda. Es decir que el F-35A también tendrá limitaciones cuando se declare la IOC.

 

Otro punto importante se refiere a los costos de operación de la variante de despegue y aterrizaje convencionales del JSF. La cifra que se maneja varía según la autoridad del Pentágono que la suministró, al momento en que la suministró y hasta de acuerdo a quién se la suministró. Eso basta para generar incertidumbre al respecto al costo de operación por hora de vuelo. En cualquiera de los casos la cifra es elevada, en especial si se toman en cuenta las escasas capacidades de las aeronaves en cuestión. La demora en la entrada en servicio de los F-35 también podría obligar a modernizar otras aeronaves. Ese costo debería sumarse al costo total del programa Joint Strike Fighter, que ya insumió una suma obscenamente disparatada.

 

Pero eso no es todo. Está quedando cada vez más claro que el F-35A no satisface las necesidades estratégicas de los EEUU. El F-35 fue diseñado para imponerse en un campo de batalla donde predominan los misiles de corto y medio alcance. Ese tipo de escenario bélico está desapareciendo. Los misiles de largo alcance trabajando en conjunto con radares potentes y poco lábiles a las contramedidas cambiaron las reglas del juego. Los aviones de alerta temprana hacen el resto. Las armas de defensa aérea incluyen sistemas capaces de destruir en el aire bombas y misiles crucero. Además los ejércitos ya no se aglutinan en un espacio reducido. La dispersión de fuerzas, su ocultamiento y enmascaramiento y otras tácticas parecidas, hacen que cobren importancia aeronaves con capacidad de cargar mayor cantidad de armas y combustible. Hoy por hoy, en guerras de alta intensidad el F-35 sobreviviría poco tiempo. Para las de baja intensidad es caro. En realidad es caro para todas ellas. Y si hablamos del F-35B todo eso empeora. Su reducida capacidad de cargar armas y combustible lo hacen obsoleto.

 

Los EEUU y sus socios en este proyecto dilapidarán cerca de 400.000 millones de dólares para aeronaves que no podrán cumplir su cometido. Eso sin contar los costos operativos de las aeronaves durante su vida útil. Es una cifra sideral, máxime cuando hablamos de máquinas que servirán para matar. Y precisamente por tratarse de aparatos diseñados para sembrar la muerte y la destrucción, el hecho de que no estén a la altura de lo que se esperaba de ellos podría ser una buena noticia.