MÁS DINERO PARA LOS SUCESORES DE LA CLASE VANGUARD
La decisión definitiva sobre el reemplazo del sistema de armas Trident, portado por los submarinos británicos clase Vanguard, deberá ser tomada recién en el año 2016.
El Ministerio de Defensa británico parece no haberse dado por enterado de las críticas que genera su decisión de invertir dinero en un proyecto que todavía no fue aprobado y que es resistido por diversos sectores de la sociedad británica, simplemente se volvió un poco más discreto. Ahora firmó un nuevo acuerdo de diez años por valor de 800 millones de libras (unos 1.240 millones de dólares) con Rolls-Royce para suministrar y mantener la capacidad de propulsión nuclear del Reino Unido.
El acuerdo cubrirá la propulsión para los submarinos de la clase Astute de la Royal Navy y para los submarinos que transportarán los misiles de “disuasión nuclear” del Reino Unido, es decir la clase Successor. Todo fue disimulado en un paquete de “propulsión de submarinos”, que enmascara la política del hecho consumado que está adoptando la actual gestión de Defensa británica.
Es cierto, no todo el monto será destinado a los Successor. El resto ayuda a disimular que parte del dinero sí irá a la nueva clase de submarinos. Se espera también que pronto se firmen nuevos contratos con BAE Systems Maritime Submarines y Babcock Marine.
Si el proyecto sí es aprobado en el 2016, el monto total que los contribuyentes británicos deberán pagar por el diseño de los nuevos SSBN, será de 3.000 millones de libras, y el costo total de diseñar, construir y operar las naves a lo largo de toda su vida útil ascendería a 100 mil millones de libras, es decir a unos 155.040.000.000 de dólares.