NO NOS HEMOS RENDIDO

14.06.2012 17:46

 

El 14 de junio de 1982, después de una feroz resistencia por parte de las tropas argentinas situadas en torno a Puerto Argentino,  los Generales Jeremy Moore y Mario Benjamín Menéndez pactaron el alto al fuego que dio final formal a la Primera Batalla por Malvinas. No se mencionaba la palabra “rendición”, sólo cese de fuego.

 

Recién en 1989, bajo el gobierno de Carlos Saúl Menem se firmó un tratado inconstitucional - no se consultó al Congreso Nacional - por el cual Argentina se rindió. Fue más bien la rendición de un gobierno que en aras de una suicida e irrestricta libertad de mercado, hizo concesiones impúdicas a un enemigo igualmente impúdico.

 

Las Malvinas fueron, son y serán argentinas y no hay paz sin justicia. Es bueno que los británicos que viven en Gran Bretaña y aquellos que viven en Malvinas lo vayan sabiendo.

 

La presidente Cristina Fernández de Kirchner llegó a los Estados Unidos para participar de la sesión del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, oportunidad que aprovechará para reiterar el pedido de negociación con Gran Bretaña por la soberanía en las Islas Malvinas.

 

Nadie alberga muchas expectativas respecto a ello. Lo dijo el propio ministro de Defensa argentino, Arturo Puricelli: “el Reino Unido se obstina en mantener la usurpación ilegítima de un territorio incuestionablemente argentino y suramericano” y agregó que "vamos a seguir con esta política" (de recuperación de las islas por medio de la diplomacia) "porque queremos garantizar que en nuestra América no haya ninguna escalada armamentista".

 

Lamentablemente la diplomacia por si sola no alcanza. El Ministerio de Defensa deberá trabajar aún más arduamente para cumplir el mandato constitucional de proveer a la defensa común. Deberá hacerlo sin descuidar las demás obligaciones del gobierno nacional.

 

No somos de los que afirman que el actual gobierno no hizo nada por la recuperación material de las Fuerzas Armadas argentinas. Hizo, pero no lo suficiente. Acá no hay margen para cuestiones ideológicas. Todavía está a tiempo de acelerar el proceso de devolución a las FFAA de una capacidad operativa acorde a las necesidades del país.

 

La Fuerza Aérea Argentina es la más problemática de las tres fuerzas. Ahí hay mucho por hacer y la propia fuerza tendrá que poner orden y abnegación en sus filas para generar el terreno propicio para su recuperación.

 

El Ejército y la Armada Argentina están un poco mejor, pero distan mucho de estar en condiciones óptimas. Hay urgente necesidad de medios antiaéreos, de helicópteros pesados y antisubmarinos. La Infantería de Marina necesita al menos un buque de asalto anfibio, la recuperación y construcción de submarinos necesita ser acelerada, los destructores y corbetas necesitan ser modernizados.

 

No estamos fomentando una aventura bélica, estamos concientes de la validez del dicho “si quieres la paz, prepárate para la guerra”.

 

Las Malvinas son, efectivamente, una causa nacional. Debemos multiplicar nuestros esfuerzos por recuperarlas. Se lo debemos a los héroes que ofrendaron su vida defendiéndolas. Nos lo debemos a nosotros mismos, por esa vocación de grandeza que nos dio Dios y que proclamamos cada vez que cantamos nuestra Canción Patria:

 

“... coronados de gloria vivamos
o juremos con gloria morir.”