UCRANIA - UN CONFLICTO DEMASIADO "ÚTIL"

11.12.2018 11:23
 
Hemos escrito que el conflicto ruso-ucraniano no es apto para ingenuos pero hay quienes quieren distraer la atención de su verdadera naturaleza con explicaciones excesivamente complejas o se quedan con los detalles sin ver la característica global del mismo.
 
Según algunos la imagen de Vladimir Putin se vio algo deteriorada por algunos aspectos de la coyuntura económica rusa pero el líder de la Federación de Rusia es un hombre que cuenta con el apoyo de las élites rusas y en buena medida de la población en general. Sus aspiraciones parecen ser más de poder y de expansión territorrial. La reconstrucción del imperio ruso sigue siendo un anhelo de muchos.
 
El presidente de Ucrania Petró Poroshenko también se beneficia con el conflicto. En un momento de debilidad política el conflicto le vino como anillo al dedo para declarar el estado de sitio y fortalecer su postura con esa medida extrema.
 
En 1994 los Estados Unidos de Norteamérica, el Reino Unido de Gran Bretaña y la Federación de Rusia firmaron un acuerdo con Ucrania por el cual los tres países garantizan la unidad territorial ucraniana a cambio de la renuncia por parte de Kiev a las armas nucleares. El Reino Unido tiene un tremendo rojo fiscal en su presupuesto de defensa y no quiere dar un paso atrás en sus descabellados planes de rearme. La amenaza de un conflicto en el este de Europa ayuda a "justificar" un gasto que hace temblar a algunos de los encargados de custodiar las arcas británicas.
 
El panorama en los Estados Unidos es aún más retorcido. A pesar de la imagen que transmite o que otros quieren crearle, Donald Trump es un político hábil. No es que no tenga defectos y si bien su pasado personal no es ejemplar se ganó el apoyo de muchísimos católicos y algunos grupos protestantes como gran contrapeso frente a la siniestra figura de Hillary Clinton. Como precandidata demócrata ella promovía al aborto y al asesinato de bebés. Hay que complicarle la existencia a Trump y ésta podría ser una buena oportunidad. La industria bélica estadounidense también necesita conflictos para justificar sus proyectos demenciales y ya no queda mucho por bombardear en Irak, Afganistán y otros países. China queda un tanto lejos y tiene misiles capaces de destruir portaaviones desde tierra. El conflicto ruso-ucraniano está servido en bandeja.