UCRANIA Y UN MUNDO DE RODILLAS

04.05.2023 18:40
 
Dejemos de lado la propaganda y las cuestiones políticas con las que tanto se juega estos días y analicemos la verdadera situación en los campos de batalla de Ucrania. La tan anunciada contraofensiva ucraniana no llega. Algunos intentos de contragolpes locales quedan rápidamente neutralizados por las artillería y la aviación rusas, que muy a menudo actúan preventivamente, bombardeando depósitos de combustible y armas; concentraciones de tropas y centros de mando. La verdad es que ni Ucrania ni la Unión Europea ni siquiera los EEUU tiene munición suficiente como para lanzar un ataque que tenga alguna verdadera posibilidad de éxito. Algunos intentos puntuales chocan contra las defensas rusas y el terreno aún inundado y cenagoso. Entre tanto los rusos bombardean con su aviación; su marina de guerra y su poderosa artillería todo objetivo de valor militar desde Kharkiv en el noreste hasta Lviv en el oeste, desde los últimos focos de resistencia de Bakhmut hasta Odessa, en el extremo sudoccidental. Cuando el terreno se seque lo suficiente, la poderosa maquinaria rusa rodará nuevamente hacia el oeste, hacia el Dniepr. Las líneas de defensa anteriores al inicio de la Operación Militar Especial ya fueron perforadas con golpes brutales, Kramatorsk y Slaviansk no podrán ofrecer la misma resistencia que ofrecieron las ciudades orientales. Ucrania ya no tiene hombres bien entrenados ni hombres en edad militar pero Occidente incita a Kiev a combatir hasta el último adolescente; hasta el último anciano; hasta la última mujer. Una parte importante de las armas enviadas cruzaron Polonia en condiciones deplorables. Cañones autopropulsados alemanes e italianos y aviones de combate eslovacos y polacos son un claro ejemplo de ello. Mucho material fue desviado, los propios líderes norteafricanos lo aseguran así. Parte del dinero enviado a uno de los gobiernos más corrupto de Europa siguió un destino similar. Europa está dividida, no faltan siquiera las divisiones internas - Alemania es un claro ejemplo. Lo que dice un funcionario hoy, al día siguiente es desmentido por el Canciller Scholz, un hombre con la personalidad de una ameba.
 
 
La pregunta no es tanto cómo terminará la situación generada en Ucrania sino qué pasará después. ¿Los polacos seguirán provocando a Putin? ¿Habrá un conflicto armado entre China, Taiwán y su socio norteamericano? ¿Cuánto durará el senil Joe Biden en el poder en medio de la renovada crisis de algunos bancos? ¿Cuánto tiempo más se permitirá el ingreso a los EEUU de inmigrantes ilegales, decenas de miles de ellos niños no acompañados que terminan siendo mano de obra casi esclava o esclava? En el caso de las niñas esa esclavitud muchas veces significa la prostitución. ¿Cuánto tiempo más creeremos que a los demócratas les interesa realmente el "cambio climático"? (el clima es cambiante por definición). ¿Cuánto tiempo más creeremos que los republicanos son muy diferentes a los demócratas? Ambos partidos están muy asociados a la industria bélica.
 
Guste o no, las acciones bélicas en Ucrania están llegando a su fin. Con ellas el mundo cambió. Europa se encuentra desunida; empobrecida y carente de identidad cultural. Los EEUU están corriendo un rumbo parecido. Cuando un presidente hace de la "libertad reproductiva" el tema principal de su campaña y de la castración forzada de niños y niñas un "derecho" que pone por encima de la propia voluntad de los padres de esas criaturas, algo está mal. Está mal que haga del presunto racismo ajeno un cuento interminable cuando la mayoría de los niños asesinados en el vientre de su madre son precisamente afroamericanos. La lista de cosas que están mal en el que fue el país más poderoso de Occidente es muy larga y eso es preocupante. Mientras dormíamos el mundo fue cambiando y no nos dimos cuenta o no nos importó lo mucho que se degradó la sociedad occidental. Despertamos a una realidad incierta. Ya poco de lo que dábamos por sentado es como era. Hemos olvidado nuestros valores morales, políticos y religiosos. Ahora nos aterra lo que pueda venir. Debemos admitir que hemos perdido el control. Tal vez esa sea la única parte buena. Debemos ponernos de rodillas, admitir nuestra debilidad y pedirle a Dios que nos de fuerzas para comenzar de nuevo. El trabajo que nos espera es muchísimo. ¡No perdamos el tiempo, la otra parte no duerme!