A QUIEN ALGÚN DÍA RELATE LA HISTORIA

04.02.2023 13:12
 
Además de un puñado de tanques Leopard 2, Olaf Scholz enviará a Ucrania 88 Leopard 1 aunque con muy escasa munición ya que los últimos tiene un cañón de calibre inferior que su sucesor. Berlín podría enviar unos 5.000 proyectiles. Brasil los tiene abundancia pero ya dijo que no los cederá, la propia Argentina habría sido consultada pero el país necesita esa munición para uso propio. La suma de todos los frentes de guerra en Ucrania es de unos 1.500 kilómetros. Si bien Canadá se adhirió a los pocos países que enviarán tanques, sólo mandará cuatro, es casi una burla. Zelensky ya expresó su decepción en un reportaje con la cadena Fox News. Dijo claramente que con quince tanques no puede hacer nada. Rusia acumula unos 1.800 y sigue fabricándolos y modernizándolos a un ritmo acelerado. Es cierto, los ucranianos recibirán más de 15 tanques pero no todos serán modernos; serán difíciles de mantener y operar y la munición no será abundante. Zelensky lo dejó claro e insistió en que necesita más tanques y también aviones de combate. No hay que engañarse, no llegarán a tiempo ni en cantidad suficiente. Europa no tiene con qué luchar y los EEUU ya saben que Ucrania es una causa perdida. Calcularon mal; el que no lo ve así es porque no quiere. En las contraofensivas de Kherson y de Kharkiv los efectivos de Zelensky hicieron su último esfuerzo más o menos exitoso. En Bakhmut la resistencia se extendió hasta que la artillería rusa la silenció. Aún queda ahí un puñado de efectivos condenados a rendirse o morir.
 
Algo que los ucranianos sí recibirán serán cohetes dirigidos para los sistemas HIMARS de mayor alcance que los que tienen ahora. Los mismos genios militares y políticos que perpetraron la vergonzosa y trágica salida estadounidense de Kabul, ahora quieren que Kiev bombardee la mismísima Península de Crimea y que avance sobre sus poderosas fortificaciones, algunas de las cuales están ahí desde la Segunda Guerra Mundial. Los efectivos de Zelensky no logran ni cruzar el río Dniepr que los situaría del lado correcto de la barrera hidrográfica para iniciar el ataque. Para Putin la solución a esas amenazas es simple, extenderá la zona de seguridad alrededor de los territorios recientemente anexados. Ya lo dejó claro, sus fuerzas armadas tienen que estar en posición de impedir el accionar de esos misiles. De hecho hace menos de 48 horas informábamos que los rusos comenzaron a avanzar hacia Sloviansk. Hoy trascendió que los ucranianos ya recomendaron a los civiles abandonar esa ciudad. Es más, hacia el norte, en la región de Kharkiv, los rusos avanzan sobre la localidad de Dvurechny. El oso ruso se está desperezando en pleno invierno. 
 
Los únicos que todavía están dispuestos a ayudar seriamente a Ucrania son algunos polacos. En su inconsciente colectivo aún creen que está luchando contra la comunista Unión Soviética. Tal vez quieran revancha porque los rusos los dejaron librados a sus suerte durante el levantamiento de Varsovia. Si no cambian de opinión, correrán el riesgo de repetir la historia. Putin se está viendo casi obligado a crear una zona de amortiguamiento, un buffer entre su territorio y la OTAN aunque eso signifique neutralizar a Polonia. Cuanto más tengan que avanzar los rusos para establecer ese colchón de seguridad, más cerca estarán de Varsovia. Los políticos de esa ciudad quieren volver a la vida normal pero no quieren hablar de paz. También para ellos la moneda de cambio es la sangre ucraniana que está tiñendo de rojo las fértiles praderas que alguna vez supieron dorar el sol y el trigo. La historia los juzgará con dureza - en caso de que quede alguien para escribirla, claro.
 
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