BIDEN, KAMALA, MACRON, ZELENSKI Y PUTIN

01.01.2022 14:18
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Recientemente el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, solicitó un diálogo telefónico con su par estadounidense, Joe Biden. La conversación tuvo lugar el pasado jueves en medio de las tensiones en torno a Ucrania. La entrevista telefónica duró unos 50 minutos. Si se considera que fue asistida por intérpretes, se comprenderá que el tiempo fue escaso. Se trató más de un intercambio de amenazas que de un intento por descomprimir la situación. El Presidente Biden perdió la oportunidad de tratar de reducir las tensiones. Putin no es nuestro ideal de líder, sus relaciones con Irán y Venezuela y su trato con la oposición interna son deplorables, por mencionar sólo algunos hechos. No obstante eso debemos afirmar que en el caso de Ucrania tiene algo de razón. La OTAN, de la cual los ucranianos quieren pasar a formar parte, fue creada para hacer frente a eventuales amenazas de la Unión Soviética. Cuando la misma se desintegró, algunos de sus ex miembros se unieron a la Alianza Atlántica. Que el ex cómico devenido en presidente, Volodímir Zelenski, aspire a lo mismo, bien puede ser interpretado como una amenaza a una Rusia que de la invasión napoleónica y de la Segunda Guerra Mundial aprendió sobre la necesidad de la defensa en profundidad. Lo aprendió, principalmente, por obra de los franceses y los alemanes. Es cierto que Putin avanzó sobre Crimea, pero la península históricamente fue rusa. Pasó a manos de Ucrania en 1954 en una transferencia controvertida. La lectura histórica dependerá, en última instancia, de la perspectivas y/o simpatías del lector.
 
Con Bielorrusia convertida en Estado títere, Putin tiene una situación estratégica ventajosa. Si bien los ucranianos reciben asistencia militar de los Estados Unidos y de algunos países europeos, el potencia bélico ruso es abrumadoramente superior al de su oponente. Los costosos misiles antitanque adquiridos a los estadounidenses por Kiev no podrán hacer nada contra los bombarderos estratégicos rusos si el Kremlin decide invadir. El terreno ucraniano juega a favor de los rusos y algunos observadores militares aseguran que las tropas de Putin podrían llegar a las puertas de Kiev en cuestión de horas. Algunos creen que el combate urbano jugaría a favor de los ucranianos. No necesariamente - los rusos podrían cercar las ciudades ucranianas y reducirlas a cenizas con bombarderos, artillería convencional y su variado arsenal de modernos misiles. El Río Dniéper sería fácilmente sorteado por las numerosas fuerzas aerotransportadas rusas. Cualquier intromisión directa de los EEUU o Europa podría llevar a una guerra nuclear. No lo decimos nosotros, así lo expresó el propio Vladimir Putin. El autócrata ruso necesita consolidar su posición interna y un conflicto verbal o bélico reducido podría jugarle a favor. Uno más prolongado podría generar resistencia interna, pero en caso de guerra es fácil acusar a los disidentes de traidores y deshacerse de ellos sin demasiadas explicaciones. El senil Joe Biden podría no estar comprendiendo eso como parece no comprender la amenaza de Irán, la china ni la norcoreana. Kabul es una prueba de su ineptitud en la materia.
 
Cuenca del Río Dniéper - Imagen: Francis McLloyd creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/deed.en (la imagen original ha sido redimensionada)
 
Putin ya cubrió sus espaldas con un amplio acuerdo con Xi Jinping. También desplegó misiles de  defensa costera en las Islas Kuriles y lanzó un misil Kalibr desde un submarino ubicado en el Mar de Japón. Si bien bien se dispuso que el grupo de ataque del portaaviones estadounidense USS Harry S. Truman - que debía proseguir su travesía al Medio Oriente - permaneciera en el Mediterráneo brindando seguridad a sus aliados regionales, recordemos que Rusia tiene una base naval en el puerto de Tartus, en Siria. La situación es compleja y no será fácil serenar los ánimos. El interlocutor de Putin es Joe Biden, quien a veces lucha y tartamudea para terminar una oración sencilla; a veces no lo logra. No es sólo su culpa, pero se convirtió en problema de todos. Europa tampoco puede hacer mucho, si los rusos cierran los grifos de sus gasoductos, congelarán medio continente. Los alemanes acaba de cerrar definitivamente la mitad de sus centrales nucleares. Roguemos que China e Irán no coordinen acciones con los rusos. Occidente está al borde del precipicio y algunos de sus líderes parecen dispuestos a dar un paso al frente. 
 
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