EL BREXIT SIGUE DIVIDIENDO A LOS BRITÁNICOS - PONEN PLAZO A LA RENUNCIA DE MAY

23.04.2019 12:09
 
El dolor de cabeza del brexit está lejos de haber terminado para los europeos y mucho menos para los británicos. Mientras Theresa May está retomando las negociaciones con la oposición, un grupo de diputados del Partido Conservador (Tories) pide la renuncia de la Primer Ministro. Los Tories quieren que la dimisión de la premier se produzca en cuestión de días. Las reglas del partido estipulan que transcurra un año entre una moción de confianza y otra y todavía no podrían exigir su renuncia de modo formal. De todos modos la oposición interna de su partido no tiene intenciones de esperar, están decididos a cambiar las normas o a presionar a May hasta que dé un paso al costado. Muchos Conservadores no perdonan a la líder de su partido que haya pospuesto dos veces la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Algo de razón tienen, May había prometido cumplir el plazo del 29 de marzo y no lo hizo. El RU y la UE viven una incertidumbre de tres años y la misma cedió solo temporalmente. A medida que el tiempo corra y la situación siga sin tomar un rumbo claro se corre el riesgo de nuevas crisis políticas, económicas y sociales.
 
Por el lado europeo queda claro que no hay intenciones de renegociar el acuerdo de salida pactado con May, es más, es poco probable que llegado el caso se conceda a los británicos una nueva prórroga. Algunos recelos surgen del hecho de que parlamentarios británicos euroescépticos llamaron a boicotear diferentes proyectos europeos en el caso de que el Reino Unido debe permanecer en la Unión Europea hasta las elecciones europeas. Por otro lado los federalistas europeos duros mostraron más paciencia de la esperada. Dudamos que lo hayan hecho por convicción, consideramos que lo hicieron principalmente para evitar las consecuecias económicas de una salida abrupta y por lo que el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte significa o significaba para Europa. El problema es que una situación no resuelta siempre implica un desgaste y la clase política británica está mostrando una inmadurez mayúscula. 
 
El tiempo corre y en Londres la neblina persiste bien densa. Pocos parecen estar buscando una solución. Las reperesalias, el ventajismo y el fanatismo están a la orden del día. La credibilidad de los políticos británicos sigue en picada y ese es un capital que, con brexit o si él, no se recupera con facilidad. Las islas que otrora fueron el centro de un imperio parecen comenzar a hundirse en las gélidas aguas del Mar del Norte y eso no será fácil de revertir.
 
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