UCRANIA Y MALVINAS

07.06.2022 07:47
 
El riesgo de que las tropas ucranianas que combaten en Severodonetsk queden cercadas crece día a día. A sus espaldas los rusos avanzan lenta pero constantemente. El propio presidente Zelenski admitió la abrumadora superioridad numérica en tropas y material; la relación en efectivos sería de hasta de 7 a 1 a favor de los rusos. Mientras esto ocurre, en el Reino Unido Boris Johnson superó un voto de confianza interno de su partido. Salió debilitado. No sólo se le están poniendo en contra muchos representantes conservadores, ayer fue abucheado al ingreso de un importante servicio religioso en acción de gracias por los 70 años de reinado de Isabel II. Si a eso se le suma una inflación galopante en el reino, se comprenderá que el Primer Ministro está en problemas.
 
Por otra parte, el Reino Unido amenaza con cambiar las reglas del juego del comercio con la Unión Europea, el problema pasa por Irlanda del Norte. Al momento de las negociaciones por el brexit quedó con un estatus bastante indefinido y arbitrario, convirtiéndose casi en una frontera abierta. La verdadera frontera comercial se estableció entre Irlanda del Norte y el resto del reino. Eso puso en riesgo incluso los acuerdos de paz de 1998 o Acuerdos de Viernes Santo entre los irlandeses del norte y la República de Irlanda (sur), lo que podría generar un resurgimiento del conflicto entre católicos y protestantes. La canciller británica, Liz Truss, dijo que el Protocolo firmado con la Unión Europea había causado problemas que el gobierno no había previsto cuando firmó el acuerdo. El trato fue firmado no hace mucho y el tambaleante gobierno de Boris Johnson ya quiere modificarlo. Se está generando un serio conflicto con los europeos.
 
Los británicos están muy involucrados en la guerra de Ucrania. Enviaron a Kiev abundante material militar - el cual no les sobra - y prometieron mandar más. Por otra parte sus fuerzas están comprometidas en diversos despliegues y ejercicios, relacionados con la seguridad de los países de la OTAN más próximos a Rusia.
 
Mientras tanto en el sur argentino tuvieron lugar algunos ejercicios militares menores pero sumamente interesantes. Aeronaves A-4AR y Pampa III se desplegaron en la zona meridional del país e incluso llevaron a cabo ejercicios conjuntos con una de las dos unidades de Infantería de Marina que están estacionadas en Tierra del Fuego y que están efectuando tareas de adiestramiento. Casi simultáneamente arribó al país el último de cuatro patrulleros oceánicos adquiridos por la Armada Argentina. Son naves ligeramente armadas pero su valor militar se puede acrecentar. Argentina está en proceso de compra de modernos misiles antiaéreos de corto alcance y la ARA está queriendo hacerse de un dron de alas rotativas. Eso podría dar cierto valor militar a los mencionados patrulleros. Nada de lo mencionado es mucho, de hecho es muy poco. Argentina carece de submarinos en condiciones operativas. Eso debe resolverse cuanto antes. Los Pampa son excelentes aviones de entrenamiento avanzado con cierta capacidad de ataque e interdicción, no más que eso.
 
El Reino Unido tiene sus propios problemas de Defensa. Recientemente retiró del servicio sus últimos dos submarinos de la Clase Trafalgar, quedando con un puñado de submarinos de la Clase Astute. Sus destructores Tipo 45 siguen con muy serios problemas de propulsión. Su ejército quedó reducido a su mínima expresión y sus arsenales sienten el esfuerzo hecho por "ayudar" a los ucranianos. El momento es propicio para que Argentina haga sentir su presencia en el Atlántico Sur. No estamos sugiriendo alguna descabellada aventura militar, sólo un incremento del esfuerzo diplomático por dejar claro de quién son los archipiélagos del Atlántico Sur y un incremento de las actividades militares en la zona mientra se emprende un trabajo serio por reconstruir la capacidad de las Fuerzas Armadas. ¿El Acuerdo de Madrid complica algunas de las propuestas que hacemos? Es hora de denunciarlo. Si no se lo quiere hacer de manera formal, que se lo haga al estilo inglés, de hecho. Argentina tiene una oportunidad única de "marcar territorio", podría no volver a repetirse en mucho tiempo. Si se la desaprovechamos, parecerá que estamos resignando nuestra soberanía en una zona de extremo valor estratégico.
 
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