LA ESTRATEGIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - VIGÉSIMA PARTE: LA DEFENSA MÓVIL DE VON MANSTEIN

11.11.2019 13:49
 
A medida que los alemanes retrocedían ante la embestida de los soviéticos y éstos recuperaban terreno, en el frente germano fue abierta una nueva brecha, de hecho todo el frente su corría riesgo de sucumbir con consecuencias impredecibles. Parte de las unidades de ese frente se hacían fuertes frente a la ciudad de Járkov, la segunda más grande de Ucrania. Otras, más al sur, trataban de hacerse fuertes detrás del río Miús. Entre ambos sectores se formó una brecha de 100 kilómetros por la cual avanzaron unidades del Ejército Rojo tratando de acorralar a las tropas del Miús contra el Mar Negro y - más hacia el norte - de llegar hasta el Río Dniéper. Fue en el extremo noroccidental de las tropas del Miús donde se libraron las luchas más intensas pero los alemanes lograron resistir las embestidas. Mientras la infantería sostenía el frente los blindados avanzaron por detrás de la misma, se dirigieron hacia el norte y cortaron la logística y las comunicaciones del frente soviético con su retaguardia. Al norte de la brecha Von Manstein cedió la ciudad de Jarkov lo que le permitió enviar blindados a cortar la logística de las tropas que avanzaban hacia el Dniéper. Ahora fueron los atacantes los que quedaron cercados. Parte de ellos se retiró hacia el este por entre las líneas alemanas, muchos no lo consiguieron.
 
Cabe destacar que la retirada y los contragolpes alemanes no habían sido planificados con anterioridad, que Manstein improvisaba, aunque lograba prever algunos movimientos rusos y obrar en consecuencia. Los teutones, como durante casi toda la guerra, tenían un mando flexible, basado en directivas, no en órdenes específicas. Las mencionadas directivas daban un importante margen para diferentes maniobras e iniciativas a casi todos los niveles. Los soviéticos tenían un sistema de comando y control rígido, con planes detalladamente preestablecidos. La flexibilidad en los niveles bajos de mando era casi nula. Eso les jugó en contra. La libertad que se tomó Manstein para ceder terreno (en contra de los deseos y órdenes de Hitler) indujo a los rusos a extender en exceso sus líneas logísticas en pleno invierno y permitió al Mariscal de campo germano acortar las propias. Eso, sumado al desgaste de los combates del Ejército Rojo, permitió a los alemanes frenar su ofensiva y propinarles una serie de duros contragolpes. Otro factor que jugó en contra de los soviéticos fue la falta de cooperación entre armas. Cada una de ellas se había desarrollado por separado, sin integración con las otras. Los alemanes por su parte tenían tanques, infantería mecanizada y blindada, ingenieros blindados y artillería blindada. Supieron aprovechar esa gran movilidad (y relativamente baja vulnerabilidad) para asestar duros contragolpes. En el próximo capítulo describiremos los acontecimientos en torno a Járkov.    
 
 
 
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