LA ROYAL NAVY DESPLEGARÁ BUQUES DE FORMA PERMANENTE EN LA REGIÓN INDO-PACÍFICO

20.07.2021 12:46
 
 Ayer, 19 de julio, el Ministro de Defensa británico, Ben Wallace, anunció que "tras el despliegue inaugural del grupo de ataque [del portaaviones HMS Queen Elizabeth], el Reino Unido asignará permanentemente dos patrulleros oceánicos a la región a partir de fines de este año, además de contribuir con un Grupo de Respuesta Litoral (LRG) en los próximos años".
 
Los dos buques serán el HMS Spey y el HMS Tamar, que se desplegarán en el Indo-Pacífico a fines de agosto de 2021. En principio no tendrían una base fija y contarían con el apoyo de socios regionales durante sus operaciones. Entre esos socios estarían Australia, Japón y Singapur. Después del brexit, el Reino Unido quiere reforzar su presencia en la región con la que tendrá que tejer lazos comerciales después de su complicada salida de la Unión Europea. La razón oficial, claro, es "defender los valores democráticos, abordar las amenazas compartidas y mantener a nuestras naciones seguras".
 
 
La flotilla británica tendrá así también una razón muy loable para permanecer en la región y es la de poner límites al expansionismo chino. La pregunta es si dos patrulleros modestamente armados pueden aportar un poder disuasivo real. La respuesta es obvia: no. Los buques tendrán más una importancia simbólica y diplomática que un valor militar. De todos modos la decisión tiene sus riesgos. La presencia global de la Marina Real británica implica un fuerte debilitamiento de su poder en aguas mucho más cercanas a sus islas, donde submarinos y buques rusos (estos días hasta algunos iraníes), navegan a sus anchas. Los británicos hacen un uso extremadamente especulativo de su flota, lo que implica no pocos riesgos.
 
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