LAS PUERTAS DEL INFIERNO: AL DIABLO CON LA COHERENCIA

01.08.2021 08:23
 
El Papa Francisco emitió restricciones radicales a las celebraciones del Antiguo Rito, alegando que fue utilizado para alimentar la división y rechazar el Concilio Vaticano II. Francisco, que tanto habla de diálogo y misericordia, anula así la legislación Summorum Pontificum de Benedicto XVI, Papa Emérito y aún vivo. Ahora cada sacerdote que celebra el Antiguo Rito debe obtener el permiso de su obispo para continuar haciéndolo, mientras que cualquier sacerdote ordenado después de la última sentencia debe presentar una solicitud formal a su obispo local. 
 
Para que se entienda, en el Antiguo Rito los sacerdotes dicen las oraciones de la Misa en latín y ad orientem (el celebrante y la congregación miran hacia la misma dirección, dado que están unidos con Cristo en la ofrenda del Sacrificio). Son muchos quienes asisten a estas Misas. Francisco explica en una carta a los obispos que acompaña a su Motu Proprio Traditionis Custodes, que el Antiguo Rito se caracterizó "por un rechazo no solo a la reforma litúrgica, sino al propio Concilio Vaticano II", lo cual no es cierto. Los católicos tradicionalistas no niegan el valor de la Misa en su forma postconciliar. Sí condenan enérgicamente los abusos litúrgico y errores modernistas, a veces graves, que suelen cometerse en esas Misas. Sin ir más lejos, el último sábado de julio, el autor de esta serie de notas escuchó una homilía pronunciada en una de esas Misas (acude exclusivamente a las mismas), donde se hablaba del milagro de la multiplicación de los panes y de los peces como una metáfora del compartir el pan. El sacerdote dijo de que no se debe entender el mencionado milagro como un hecho "mágico" (¡mágico no, sobrenatural sí!), sino como algo que surge de estilo literario de la Santa Biblia. 
 
El Santo Padre afirma que sus intentos de lograr la unidad fueron "explotados para ampliar las brechas, reforzar las divergencias y alentar los desacuerdos que dañan a la Iglesia, bloquean su camino y la exponen al peligro de la división". Los tradicionalistas católicos critican al Papa Francisco, expresando su preocupación porque no ha sido claro al enunciar algunas de las enseñanzas de la Iglesia.
 
Entre tanto el 28 de julio, el Arzobispo Christophe Pierre, nuncio apostólico en los Estados Unidos, se dirigió a un panel de discusión sobre "La comunión, los católicos y la vida pública" diciendo que "el discernimiento es bastante difícil, porque siempre existe el peligro de ser abrumado por las tensiones. Y sabemos que estas tensiones son a menudo tensiones ideológicas que pueden dividirnos". El nuncio habló de "evitar cualquier tipo de guerra ideológica". Los obispos estadounidenses están tratando de redactar un documento de enseñanza sobre la Eucaristía. 
 
La idea del documento surgió después de la elección del presidente Joe Biden quien no acepta las enseñanzas de la Iglesia sobre la sacralidad de la vida desde la concepción, entre otras. Biden, que se dice católico, apoya el aborto financiado por los contribuyentes. La Iglesia, mediante el canon 915 del Código de Derecho Canónico, establece que aquellos que quienes perseveran obstinadamente en un pecado grave manifiesto no deben ser admitidos a la Santa Comunión. Sin embargo algunos obispos norteamericanos no quieren establecer normas nacionales sobre la admisión a la Comunión. Hay que evitar la "guerra ideológica". La norma ya existe...
 
En una carta del 7 de mayo, el director de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Cardenal Luis Ladaria, dijo que cualquier política de este tipo requiere diálogo primero entre los obispos mismos y luego entre los obispos y los políticos católicos que apoyan el aborto. El Vaticano sigue hablando de diálogo, no de enseñanza. Como los tradicionalistas se lo hicieron notar, terminaron siendo castigados. Ladaria advirtió que la organización de un debate sobre el tema podría convertirse en "una fuente de discordia en lugar de unidad dentro del episcopado y de la Iglesia en general en Estados Unidos". Sí, ¿y qué? Si hay discordia en algo tan fundamental entonces hay algunos obispos que deben replantearse qué hacen en sus cargos. Para el pontífice somos Fratelli tutti, hermanos todos: musulmanes, protestantes, masones. Eso sí, mientras sacerdotes alemanes bendicen uniones homosexuales, los tradicionalistas son hostigados por el mismísimo Papa.
 
No se trata de asumir una dureza innecesaria y contraproducente, todos estamos necesitados del perdón de Dios y llamados a la conversión. Se trata de claridad, expresada con mucho amor y por amor, pero claridad al fin. La jerarquía eclesiástica debe ser clara, aún cuando se trate de Joe Biden, cuya agenda "climática" y migratoria el Santo Padre apoya con tanto ardor. Oremos por el Papa. (Continuará)
 
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