PUTIN SÓLO DEBE ESPERAR
03.01.2022 07:28
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Con una ley que entró en vigor el sábado 1 de enero, Ucrania dispuso impedir el ingreso a sus aguas internas a barcos rusos. Un día después, el domingo, el presidente de los EEUU, Joe Biden, habló con su par ucraniano, Volodímir Zelenski, para asegurarle que Estados Unidos y sus aliados responderían de manera decisiva si Rusia invade más territorio de Ucrania. ¿A qué aliados se refiere Biden? ¿A Francia, que no le perdonó la firma del AUKUS que la dejó fuera de un multimillonario plan de construcción de submarinos para Australia? ¿A Gran Bretaña, donde Boris Johnson comienza a ser resistido por miembros de su propio partido? ¿A Alemania, que acaba de cerrar la mitad de sus centrales nucleares y necesita imperiosamente del gas ruso al igual que la mayor parte de Europa? ¿A Turquía, miembro de la OTAN del que nunca se sabe de qué lado está? Joe Biden y su administración ni siquiera pudieron organizar una salida segura de Afganistán y quieren amenazar a los rusos. La salud del presidente estadounidense se deteriora rápidamente y su vice, Kamala Harris, es un cero a la izquierda en materia de política internacional. Los EEUU están atravesando el mayor proceso inflacionario de los últimos treinta años; la ciudades dirigidas por alcaldes demócratas son un caos de criminalidad; la actual administración creó una crisis migratoria que elevó el tráfico de ilegales, drogas y de armas a niveles sin precedentes. Mientras el FBI persigue a padres de familia alarmados por la imposición a sus hijos de la agenda LGBTQI+ y de la Teoría racial crítica, los narcos mexicanos se hacen dueños de la frontera sur norteamericana.
Aeronaves de vigilancia estadounidenses y británicas sobrevuelan Ucrania cerca de la frontera rusa y el Grupo de Batalla del portaaviones USS Harry S. Truman permanece en en Mediterráneo a la espera de órdenes y - según versiones no confirmadas - hostigado por al menos un submarino ruso. El ucraniano Zelenski, cuya popularidad se desplomó hace tiempo y que tiene (o al menos tenía) sus fondos en cuentas offshore, sigue comprando armas extremadamente caras pero que en última instancia y según nuestro criterio, ya no son las que su país más necesita. La OTAN lanza amenazas que difícilmente pueda cumplir. Lo curioso de la caso es que el autócrata Putin va cosechando más simpatías que antipatías. Dice algunas verdades que en algunos sectores conservadores de Occidente caen bien. En una Europa en la que muchos de sus líderes parecen avergonzarse de sus raíces cristianas, el común de la gente escucha a Putin hablar de las aberraciones a las que llevó el liberalismo occidental.
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Diciembre del 2019 - Foto: kremlin.ru (la imagen original ha sido redimensionada)
Israel advirtió que Irán está a semanas de tener uranio utilizable para construir armas nucleares. China sigue presionando sobre Taiwán y Xi Jinping logró infiltrar muchos de sus agentes en Norteamérica. Mientras tanto funcionarios de contrainteligencia de la CIA aseguraron en un cable "ultrasecreto" que trascendió en octubre del año pasado, que la Agencia está perdiendo demasiados informantes, muchos de los cuales se convierten en agentes de sus enemigos, en topos. En Europa comienza el invierno y probablemente el frío empiece a ganar intensidad. No es mucho lo que Putin debe hacer para ganar el conflicto que se generó en la frontera ruso-ucraniana. El presidente de la Federación Rusa puede sentarse, sorber una taza de café y esperar a que la insensatez de sus enemigos haga el resto.
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