SOBRE EL PRESUNTO REARME ARGENTINO

21.06.2024 17:30
 
El 11 de septiembre del 2001 tuvo lugar el atentado al World Trade Center, en Nueva York. La inteligencia americana había advertido sobre un posible atentado terrorista. Hoy por hoy no es ningún misterio el hecho de que el 18 de septiembre de 2001, el viceministro de Defensa de Estados Unidos le presentó a George W. Bush un plan de respuesta norteamericano que incluía el bombardeo e incluso la invasión de la zona denominada de la Triple Frontera. La Triple Frontera es la región limítrofe en la que están la brasileña localidad de Foz de Iguazú, la paraguaya Ciudad del Este y la localidad argentina de Puerto Iguazú. La propuesta de bombardeo figura en el apéndice 75 de los capítulos 10 y 11 del informe del Congreso de Estados Unidos sobre el ataque del 11 de septiembre. La Triple Frontera está ubicada en el corazón de una de las reservas de agua dulce más grandes del mundo: el Acuífero Guaraní.
 
Hace algunas semanas los rusos anunciaron el descubrimiento de una gran reserva de petróleo en la Antártida. El Continente Blanco tiene una gran cantidad de reservas minerales. La Antártida Argentina es una zona de ese continente que se encuentra dentro del cuadrante americano y es reivindicada por la República Argentina, que la considera como parte integral de su territorio. La Antártida Argentina se encuentra superpuesta parcialmente con el área oriental del sector reclamado por Chile. Dicho sea de paso, en los últimos días el gobierno chileno dio muestras de intolerancia ante un pequeño error cometido y reconocido por los argentinos. El mismo ya está siendo subsanado.
 
Buena parte del territorio insular argentino se encuentra bajo el control británico. Las Islas Malvinas en particular son una excelente puerta de entrada al continente antártico y están cerca del paso bioceánico más importante del planeta. Ahí el gobierno de Londres instaló una poderosa base militar con la que logra controlar una buena parte del extremo meridional del Atlántico Sur.
 
IA-63 Pampa
 
Recientemente el gobierno argentino anunció la compra de 24 aviones de combate F-16. Eso parece haber encendido algunas luces de alarma y comenzó a hablarse de un supuesto "rearme argentino". Las Fuerzas Armadas Argentinas padecieron largas décadas de falta de inversión que las dejaron muy limitadas en su capacidad de defender al país. Se compraron algunos remolcadores oceánicos, algunos patrulleros oceánicos de escasa capacidad militar, algunas aeronaves de transporte, unos pocos lanzadores de misiles antiaéreos portátiles y cierta cantidad de munición merodeadora. Por diversas razones las aeronaves SEM compradas a Francia no vuelan. Los aviones Pampa de fabricación nacional son excelentes entrenadores avanzados y pueden cumplir funciones de ataque a tierra pero no mucho más que eso. Argentina no cuenta con ningún submarino operativo, su flota de superficie a duras penas navega, su aviación naval es casi inexistente. Hay en marcha un ambicioso proceso de modernización del Tanque Argentino Mediano que parece haberse acelerado. Hay algunos proyectos de modernización de aeronaves de ataque en marcha. Buena parte del resto de lo que podríamos enumerar no hace demasiada diferencia. Aún así se habla del "rearme argentino". Sería sumamente importante que se cumplieran algunos legítimos anhelos de las FFAA pero en un país empobrecido eso podría llevar décadas. Hablar de rearme es, al menos por ahora, extremadamente exagerado.