EL ROL DE JORGE BERGOGLIO EN EL COMPLOT CONTRA DONALD TRUMP
18.10.2021 11:26
Donald Trump fue el objetivo de diversos ataques, habiendo tenido que soportar dos juicios políticos. En febrero del 2020, el Senado absolvió a Trump por primera vez. En enero del 2021, la Cámara de Representantes votó para iniciar un segundo juicio político contra el expresidente, luego del "asalto" al Capitolio de los Estados Unidos del 6 de enero del 2021. El Senado absolvió a Trump por segunda vez el 13 de febrero de este año. Una de las personas que tuvo mucho que ver con el primer juicio fue Hillary Clinton. Uno de sus abogados acaba de ser acusado por un Gran Jurado Federal. Se lo acusa de haber mentido al FBI sobre presuntos contactos de Trump con un banco basado en Rusia. Ahora queda cada vez más claro que fue Hillary y no Trump quien debe favores a los rusos: ella dio su aprobación para que el gobierno de Barack Obama vendiera uranio estadounidense a los rusos.
El complot contra Trump fue mucho más allá de las mentiras repetidas por Hillary. Las mentiras de Anthony Fauci sobre el origen del Covid-19 también perjudicaron al presidente estadounidense. La prensa liberal, que recibe grandes sumas del Estado Profundo, hizo el resto. Trump también fue afectado por las maniobras conspirativas del Jefe del Estado Mayor conjunto de las fueras armadas estadounidenses, el General Mark Milley. Milley fue contactado telefónicamente por la Presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien - en un hecho gravísimo - habría indicado al General que mantuviera los códigos de lanzamiento de misiles nucleares fuera del alcance de Trump. Milley también tuvo contactos telefónicos con los chinos, por ahora todo indica que a espaladas de Trump. Dicho sea de paso, Bill Clinton, esposo de Hillary, recibió de los asiáticos dinero para su campaña y a cambio les vendió tecnología que era inaccesible hasta para los aliados de los EEUU, por ejemplo, centenares de supercomputadoras. El por entonces presidente Clinton también habría hecho la vista gorda al espionaje industrial chino y facilitó la entrada de China a la Organización Mundial de Comercio.
Vemos quién es el patriota y quien el traidor. Joe Biden, vicepresidene de Obama, tuvo mucha ayuda para convertirse en presidente. Ya señalamos las mentiras de H. Clinton, las de Fauci y la traición del general Milley. Hubo otro personajes poderosos que se pusieron del lado de Biden y le ayudaron a derrotar a Trump con la importantísima colaboración de la prensa comprada por el Estado Profundo. Entre ellos estuvo el mismísimo Papa Francisco. Para entender esto, volvemos a señalar que la Iglesia Católica - un tremendo obstáculo para los planes del Nuevo Orden Mundial - no pudiendo ser derrotada desde afuera, fue pacientemente infiltrada por comunistas y masones. Francisco está muy comprometido con los infiltradores y es resistido a ultranza por los católicos tradicionalistas. Muchos católicos miramos con creciente preocupación y enorme suspicacia a este jesuita ultraprogresista que atenta abiertamente contra numerosas enseñanzas de la Iglesia Católica. Los jesuitas también recibieron mucho dinero de George Soros. En el 2016 Francisco acusó falsamente a Trump de no ser cristiano. En septiembre del 2020 el Cardenal Joseph Tobin, nombrado como tal por Bergoglio, afirmó: "Creo que una persona de recta conciencia podría votar por el Sr. Biden. Yo, francamente, en mi propia forma de pensar tengo más dificultades con la otra opción". La otra opción era el candidato y por entonces Presidente de los EEUU, Donald Trump. Observadores católicos afirman que Tobin es muy cercano al Papa Francisco. De hecho, en junio de este año, fue nombrado para la Corte Suprema de la Iglesia Católica, a pesar de que este cardenal, considerado homosexualista, no tiene ningún título en Derecho Canónico y a pesar de que habría cometido alguna indiscreción grave. Habría sido esa indiscreción lo que impidió que Francisco pudiera ensalzarlo aún más.
Ya en el 2015 el Nuncio Apostólico en los EEUU, el Arzobispo Carlo María Viganó, advirtió a Francisco de la postura de Biden, Pelosi y otros funcionarios demócratas y presuntamente católicos sobre el aborto, el "matrimonio" homosexual y la ideología de género y preguntó a Su Santidad cómo explicaba esa contradicción. Según Viganó el Papa no se inmutó en lo más mínimo. Viganó es considerado un hombre extremadamente fidedigno. Es obvio que el Papa Francisco apoya a Biden y su entorno. Es escandaloso pero casi imposible de refutar. La relación de Francisco con los demócratas y a través de ellos con el Estado Profundo es de larga data. El Pontífice puso su agenda política muy por encima de los valores del catolicismo. Francisco admite que el aborto es un asesinato pero no hace mucho al respecto. Fue Francisco quien entregó a la Iglesia Católica China al gobierno chino. El gestor de esa entrega fue el excardenal McCarrick, reducido al estado laical por sus aberraciones sexuales. Esa maniobra legal dificultó cualquier eventual ulterior investigación eclesiástica del caso. Cuando ese acuerdo sino-vaticano se estaba urdiendo, el presidente de los EEUU era Obama y Biden su vice. Según Viganò, fue McCarrick quien orquestó el nombramiento del ya mencionado Tobin como arzobispo de Newark.
El Presidente Joe Biden, se verá con el Papa Francisco en el Vaticano el 29 de octubre. Según el comunicado oficial, Biden conversará con el Papa sobre cómo "trabajar conjuntamente" para "poner fin a la pandemia de Covid-19, encarar el cambio climático y el cuidado de los pobres". Biden no puede o no quiere poner orden ni en los Estados Unidos que se encuentran inmersos en un caos sin precedente. Él es un hombre perverso pero al menos tiene el atenuante de su senilidad. El Papa Francisco - que prefiere dedicarse a la política globalista en lugar de hacerse cargo de su condición de Vicario de Cristo - es una incógnita mucho mayor. Ninguna de las respuestas que nos vienen a la mente lo beneficia mucho y para quienes somos católicos eso es triste y extremadamente preocupante.
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