LA SITUACIÓN DE LAS FUERZAS ARMADAS BRITÁNICAS SE DETERIORA RÁPIDAMENTE Y LOS INGLESES MIRAN CON PREOCUPACIÓN EL RESURGIMIENTO DE FADEA
29.11.2019 09:50
El Royal United Services Institute, más conocido como RUSI, es un "think tank", una suerte de instituto de investigación británico dedicado a estudiar temas relativos a la Seguridad y la Defensa británicos e internacionales. El RUSI acaba de elaborar un informe sobre el impacto que tendrían la creciente cantidad y sofisticación de los sistemas de defensa aérea rusos sobre las aeronaves de apoyo cercano de la OTAN y sus consecuencias en el campo de batalla. Las fuerzas de la OTAN se quedarían sin ese apoyo en las primeras semanas de una conflicto de alta intensidad en Europa del Este. Esa situación obligaría recurrir al fuego de artillería. También en ese campo los rusos son más fuerte que la OTAN, afirma el think tank británico. El Ejército Británico no escapa a ese problema. RUSI afirma que el British Army debe acrecentar su capacidad de desplegar poder de fuego. No será fácil.
Es cierto que en el último par de años hubo refuerzos presupuestarios para la Defensa británica. La suma de los mismos asciende a casi 3.200 millones de libras (unos 4.128 millones de dólares). Suena a mucho pero no lo es. Los británicos están poniendo a prueba y en servicio dos grandes portaaviones que prácticamente carecen de aviones. Los F-35 adquiridos hasta ahora son muy escasos y tienen problemas varios. El número de aparatos operativos es extremadamente bajo. El Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte está construyendo submarinos nucleares portadores de misiles balísticos (SSBN) y submarinos de ataque (SSN). Los retrasos, problemas y gastos de estos dos programas parecen no tener fin. Construir submarinos de propulsión nuclear no es soplar y hacer botellas y los británicos deberían saber eso pero se obstinan en abarcar demasiado. El proyecto del caza de sexta generación Tempest es otra prueba de ello, también la compra de necesarios pero costosos aparatos antisubmarinos. Entre tanto las arcas de la Defensa, que ya están con un fuerte rojo financiero, se vacían a pesar de los refuerzos presupuestarios.
La situación internacional no ayuda. Los chinos avanzan sobre el Mar del Sur de China, el Golfo Pérsico está al rojo vivo, los rusos se hacen fuertes en el Ártico mientras siguen presionando sobre Ucrania y los países bálticos. La Unión Europea empieza a desentenderse de la OTAN y delira con tener su propio Ejército Europeo. Si con eso no bastara en el Atlántico Sur las Fuerzas Armadas Argentinas están cerrando el año con ejercicios que demuestran claramente que pueden estar disminuidas en sus capacidades pero que están muy lejos de su desaparición. Los propios medios briánicos reflejan la preocupación que eso genera. El ukdefencejournal.org.uk, por ejemplo, no publicaba una noticia sobre Argentina desde principios de febrero del corriente año. El 22 de noviembre, sin embargo, publicó una nota sobre la entrega a la FAA del quinto IA-63 Pampa III y sobre el resurgimiento de FAdeA.
Consumidos por ambiciones desmedidas; por una planificación para la Defensa más preocupada por su industria que por sus fuerzas armadas; reducida su Marina Real que se encuentra dispersa por todo el planeta (con los gastos que eso implica); desgastados por el proceso del brexit que se prolonga en el tiempo y con crecientes amenazas de escisión internas, algunos británicos empiezan a mirar con mucha preocupación el estado de sus fuerzas armadas. Se lo mire por donde se lo mire, el problema no tiene una solución fácil ni económica. Los británicos están en serios problemas.
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