LA SITUACIÓN DE THERESA MAY ES MUY COMPLICADA

04.05.2019 11:32
 
El ex Ministro de Defensa Gavin Williamson, echado por Theresa May por la supuesta filtración de información sensible, reclama que se le entregue el informe al respecto. May se niega y alega que la investigación se llevó a cabo de manera apropiada. La versión anterior de May era que la evidencia era "convincente". Las dudas son suficientes como para enfurecer a los fanáticos de Gavin Williamson que persiguen la recuperación del poder militar británico y una especie de restauración del Imperio Británico. Ellos encontraban en el ambicioso Williamson al ministro ideal para llevar adelante esos proyectos. Quienes apoyan al ex ministro afirman que su expulsión fue una venganza política. No faltan los observadores que afirman que la premier británica podría sufrir duros embates por parte de su ex encargado de Defensa, quien había contribuido mucho para que ella pudiera llegar al cargo que actualmente ostenta.
 
No es todo, la falta de una solución respecto al brexit hizo que dos partidos sufrieran fuertes pérdidas de votos en las elecciones locales llevadas a cabo el jueves y el viernes de esta semana. Conservadores y Laboristas fueron castigados por los votantes. Los Liberal Demócratas podrían parecer los grandes ganadores pero no es así. La derecha británica que no forma parte del Partido Conservador no presentó candidatos para los comicios locales. Uno de los partidos que no se presentaron es el recientemente formado Partido del  Brexit. Los euroescépticos y conservadores no aglutinados en el partido de la premier siguen siendo muchos y no todos están conformes con lo actuado por May, es más, son muchos los que se sienten decepcionados porque ella no cumplió con su palabra de abandonar la Unión Europea el pasado 29 de marzo.
 
Si antes la posición de May era difícil y muchos exigían su renuncia, es posible que ahora se torne aún más complicada. May intentó complacer a los miembros de la oposición para ganar un apoyo que por ahora le es esquivo. Al hacerlo se ganó la antipatía de los euroescépticos más firmes de su partido. Ahora su futuro político es incierto. Tal vez la decisión de echar a Williamson y negarse presentar pruebas contundentes para su acusación sea la primera muestra grosera de nerviosismo de alguien cuyo cargo pende de un hilo bastante delgado. Si se demostrara que Gavin Williamson fue echado por una mera sospecha o, peor todavía, sin el menor fundamento, Theresa May podría convertirse en un cadáver político y pasar a la historia con una imagen de estadista manipuladora y mendaz.
 
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