NUESTRO ANÁLISIS DE LA PRIMERA EDICIÓN DEL JOINT WARRIOR 2013

29.04.2013 15:53

 

La primera edición del Joint Warrior 2013 impresionó por su magnitud y por la cantidad y variedad de los medios desplegados durante el mismo. Condiciones meteorológicas a menudo muy alejadas de las óptimas no detuvieron el adiestramiento, por el contrario, le agregaron realismo.

 

Si bien hubo muchos países participantes, la cooperación anglo-francesa tuvo un lugar destacado. La base RAF Leuchars acogió a un destacamento del  Grupo Aéreo de Portaaviones de la Marina francesa. El mencionado destacamento estuvo compuesto por aeronaves Rafale, Super Etendard y E2C Hawkeye. Esas aeronaves operaron junto a aviones Eurofighter Typhoon y un pequeño destacamento de aeronaves Hawk, del 100 Escuadrón de la RAF. También participaron aviones Tornado de la RAF.

 

Estos aviones fueron parte de un contingente mixto, que se centró en la capacitación operacional para tripulaciones aéreas, incluyendo misiones de ataque de largo alcance con reabastecimiento en vuelo, misiones de apoyo cercano a tropas sobre el terreno (CAS o Close Air Support), de ataque marítimo y defensa de objetivos de interés puntuales, tales como buques.

 

El énfasis estuvo puesto en la interoperabilidad de la RAF con la Royal Navy (incluidos los Royal Marines) y con el Ejército Británico. También hubo un esfuerzo particular en llevar a cabo misiones combinadas entre la RAF y el elemento aéreo francés. Constantemente se hizo referencia a la preparación para un eventual accionar combinado de pilotos británicos y franceses, aunque se evitó meticulosamente decir cuál podría ser el eventual escenario para tal accionar. Se habló de misiones pasadas, como la de Libia, pero se evitó a rajatabla mencionar a Siria.   

 

También paracaidistas británicos y franceses entrenaron para desplegarse juntos en eventuales operaciones en diferentes zonas del mundo. La 16ª Brigada de Asalto Aéreo británica y el Regimiento Paracaidista de la 11ª Brigada francesa trabajaron en un escenario ficticio de la costa oeste de Escocia, para el caso de que tengan que hacerlo en forma conjunta.

 

De todos modos no todo marchó como sería deseable. Parece que durante el ejercicio se puso de manifiesto cierto “feudalismo” entre los mando de las tres fuerzas británicas, a las que les estaría costando trabaja en forma conjunta. Como argentinos conocemos las consecuencias de ese tipo de actitudes, por las que hubo que pagar un precio muy alto durante la Guerra de Malvinas. Las Fuerzas Armadas argentinas parecen haber aprendido - al menos parcialmente - una lección que las británicas todavía no asimilaron.

 

Finalmente queremos destacar que tanto británicos como franceses hablan de la guerra, no como se habla de una hipótesis, sino como se habla de una experiencia cercana. Afganistán, Irak, Libia, Mali y otros escenarios en que participaron explican esa forma de ver la guerra.