RUSIA SE PREPARA PARA DAR EL PRÓXIMO GRAN GOLPE

10.09.2022 11:17
 
La ofensiva ucraniana en Kherson fracasó estrepitosamente. Uno 15.000 efectivos de Kiev lograron algunos pequeños avances territoriales totalmente efímeros a un gran costo humano y material. Ahora los ucranianos iniciaron otra contraofensiva en la zona de Kharkov, muy probablemente correrá la misma suerte que la primera. La acción es totalmente irracional. Pasar de la defensiva a la ofensiva expone a las propias fuerzas al accionar de la artillería y la aviación enemigas, en especial cuando se abandona una línea fortificada para atacar a un enemigo muy superior en poder de fuego. Habrá algunas ganancias territoriales iniciales, claro, pero Zelenski está volcando recursos que no posee para una operación que tiene mucho más de mediática que de militar. Los rusos se retiran de la zona de Izyum. Quien crea que eso es una derrota se engaña mucho. El Kremlin están redibujando la línea del frente para golpear a los ucranianos en sus propios términos. Nuevamente las fuerzas de Kiev marchan hacia una trampa. Los propios mandos ucranianos admiten que carecen de suficiente munición, en especial para su artillería. La victoria táctica inicial amenaza con convertirse en una estrepitosa derrota estratégica. La logística rusa proviene del otro lado de la frontera, la ucraniana, del otro lado del Atlántico. Saque sus propias conclusiones. Cuánto más avanzan los ucranianos, más débiles se vuelven. Occidente lo sabe, los polacos buscan armas desesperadamente, toda la OTAN corre a defender sus fronteras. ¿Por qué, si creen que una victoria ucraniana es posible? Moscú todavía no inició ninguna movilización forzosa, Putin aún no termina de desperezarse. No tiene apuro, el invierno llegará cuando llegue y comenzará a jugar fuertemente a su favor. La paradoja es extraña, Europa transpira por la falta de combustibles. Claro, algunos gobernantes siguen queriendo incrementar las sanciones. La idea no es destruir Rusia, el plan es destruir Europa. El problema es que los acontecimientos se están saliendo de control. Quien crea que Rusia está agotada se engaña, todo el país se está preparando en silencio para el siguiente gran golpe.
 
El contraataque ucraniano en Kherson está prácticamente paralizado. Antes y durante esa contraofensiva Putin reforzó fuertemente toda la zona. No hay indicios de que esas fuerzas hayan sido redesplegadas hacia el este. Buena parte de las tropas podría esperar a que los ucranianos se desgasten para luego golpear hacia Odesa o hacia el norte.
 
Entre tanto, en los EEUU, a dos meses de las elecciones de medio término, los demócratas enfrentan un panorama desolador. Habiendo dado un duro golpe a los pujante economía norteamericana; habiendo dado luz verde a todo tipo de crímenes; habiendo borrado del mapa la frontera con México y promovido con ello el tráfico de personas, de armas y de drogas; habiendo provocado a los chinos a agravar su conflicto por Taiwán; habiendo permitido que Afganistán se convirtiera nuevamente en un refugio de terroristas, Joe Biden no tuvo mejor idea que demonizar a la oposición, fomentando el odio con un tono que haría palidecer de vergüenza a cualquier líder populista latinoamericano. Este anciano diabólico, influenciado por los comunistas chinos a través de su hijo Hunter (un adicto al crack y a las prostitutas) se vale del FBI y del organismo federal de recaudación de impuestos para perseguir a "terroristas domésticos", es decir a padres de familia que no quieren que a sus hijos se les hable de transexualidad desde los niveles iniciales de la educación; a opositores políticos; a todo aquel que se oponga al avance de su demencial agenda liberal. Este hombre inmoral, que está con un pie en la tumba y con el otro en el infierno, es el aliado número uno de Volodímir Zelenski. Es por eso que Ucrania se desangra en una guerra absurda, es por eso que sirve de escudo entre Bruselas y la ira de Putin, quien supo ser el más proamericano de los mandatarios rusos pero que un buen día dijo basta a esa alianza "defensiva" llamada OTAN que lo acorraló hasta que reaccionó. Quien siembra vientos, recoge tempestades. A un par de meses del inicio del invierno boreal, Putin está cerrando las llaves de paso de los oleoductos que llevan petróleo y gas al Viejo Continente. Después será él quien decida hasta dónde quiere que lleguen sus tropas. Varsovia, Vilna, Tallin... quién sabe, en Europa ya nada parece lejos. Por raro que parezca, podrían ser los rusos lo que restauren la cordura que Occidente perdió hace mucho tiempo. La lección no será gratuita, claro.
 
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