SISTEMA DE MISILES DE DEFENSA AÉREA RUSO S-500: TECNOLOGÍA Y ESTRATEGIA DE DESPLIEGUE Y EMPLEO - (Segunda parte)

25.02.2019 13:18
 
En mayo del 2018 trascendió que Rusia había realizado la prueba de misiles tierra-aire de mayor alcance con su S-500. El primero medio en informar sobre el desarrollo fue CNBC que citó fuentes anónimas familiarizadas con la inteligencia de Estados Unidos en materia del programa ruso. No se precisó cuándo ocurrió el lanzamiento. De acuerdo con los individuos anónimos, el S-500 alcanzó un objetivo a casi 300 millas (unos 483 kilómetros) de distancia, lo que está a unas 50 millas (unos 80 kilómetros) por encima del récord anterior. El alcance establecido del sistema S-400 existente cuando se usa el misil 40N6 es de casi 250 millas.
 
Cuando se ponga en funcionamiento, este sistema de defensa aérea podría aumentar significativamente las capacidades de denegación de áreas del ejército ruso en Europa, Asia Oriental y otras regiones.  
 
Si consideramos un alcance máximo de casi 300 millas, el sistema presentará una amenaza muy considerable en un rol tradicional de defensa aérea, especialmente cuando se tiene el propósito de combinarlo con el S-400. Si Moscú colocara los misiles en su enclave de occidental y europeo de Kaliningrado, el anillo de alcance cubriría a todos los países bálticos; la mayor parte del Mar Báltico y gran parte de Polonia. Colocar sistemas adicionales en Crimea - en este momento de expansionismo ruso en esa región - tendría un valor estratégico de peso mayúsculo. Dejaría una buena parte del espacio aéreo sobre el Mar Negro bajo el control del Kremlin. Si se las desplegara en el extremo oriental de Rusia, Corea del Sur y Japón quedarían dentro del alcance de las baterías de S-500. El sistema en cuestión también podrían cambiar las reglas de juego en Siria con resultados impredecibles, desde allí se podría controlar a toda la región. Como se ve, estamos hablando de regiones completas aún cuando los valores de diferentes parámetros que estamos utilizando son inferiores a los proporcionados por Almaz-Antey.
 
Ya dijimos que una versión naval del S-500 es el armamento probable para los nuevos destructores de defensa aérea clase Lider que entrarían en servicio en 2023-25. Si eso se concreta las posibilidades de despliegue se multiplicarán sustancialmente. En ese caso buena parte de los cálculos anteriores perderían sentido. 
 
Rusia y China están desarrollando sistemas de radares y radares aerotransportados de alerta temprana capaces de detectar aviones furtivos como el F-22; el F-35 y el B-2. Todos estos aviones son extremadamente caros y poder neutralizarlos con un sistemas de misiles tendría un valor estratégico descomunal. Los aviones furtivos pueden ser detectados por radares pero no es fácil rastrearlos; aún así se están logrando avances en la materia. Para neutralizar esos avances se están desarrollando equipos que irían montados en aviones de alerta temprana y que generarían "ruido" tendiente a confundir las redes de radares chinas y las que eventualmente podría desarrollar Rusia (si es que ya no lo hizo). El problema es que esos aviones de alerta temprana no son furtivos y quedarían dentro del alcance de los S-500. En el año 1997 el costo total de un bombardero estratégico furtivo B-2 (incluyendo gastos de desarrollo, ingeniería y pruebas) se estimaba en 2.200 millones de dólares por unidad; un misil disparado por el sistema S-500 podría destruirlo. La paz es mucho más barata pero a la industria bélica no le interesa. Sus arcas se están llenando con la sangre de muchísimos. (fuentes: thedrive.com; armyrecognition.com; nationalinterest.org; thediplomat.com; Sputnik Mundo; Wikipedia y archivo de GEOESTRATEGIA).
 
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