FEROCES BOMBARDEOS RUSOS

17.11.2022 20:00
 
Se decía que los rusos ya no tenían misiles. Esta semana Moscú demostró que eso era un error o una mentira. En los últimos diez días los rusos dispararon con sistemas de artillería de lanzamientos múltiples y con lanzallamas termobáricos pesados; lanzaron cantidades impresionantes de misiles y pusieron en acción sus drones. Golpearon infraestructura relacionada con el servicio eléctrico y con la producción de gas. Entre los blancos tampoco faltó alguna planta industrial y material militar. Hoy se produjo la primera nevada del año en Ucrania, el suelo comenzará a cogelarse. Las fuerzas de Moscú se lanzaron contra los últimos bolsones de resitencia en torno a Bakhmut y en zonas cercanas a esa localidad - la última línea fuerte ucraniana está a punto de ceder a una escala suficiente como para que los rusos puedan lanzar un ataque de grandes proporciones. Los rusos reciben nuevo material militar, en especial modernos cazabombarderos Su-34. Por su parte la Fuerza Aérea de Ucrania acusa recibo de los largos meses de guerra y de la inestable, irregular ayuda occidental. Aunque no estén muy dispuestas a admitirlo, las fuerzas de Kiev están fuertemente desgastadas tanto en lo humano como en lo material. Demasiado a menudo la propaganda occidental le dice otra cosa pero los rusos están en posición de lanzar un duro ataque hacia el oeste.
 
Quedó confirmado que el misil que cayó en Polonia fue disparado por los ucranianos. Tal como lo habíamos adelantado probablemente haya sido un S-300. Si bien Zelensky insistió mucho en acusar a los rusos, terminó admitiendo que no sabía qué pasó realmente. Posiblemente lo disparó la defensa antiaérea ucraniana. Al menos de momento no hay elementos como para acusar a Kiev de un ataque de falsa bandera. Tal vez simplemente se trató de un hecho extremadamente desafortunado. Felizmente no pasó a mayores, la OTAN reaccionó con cierto sentido común. Que el hecho sirva para que comprendamos que un error podría provocar una escalada del conflicto y que esa escalada podría involucrar a la OTAN.
 
Lanzallamas pesado ruso TOS-1 - Foto: Kirill Borisenko creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/deed.en (la imagen original ha sido redimensionada)
 
La OTAN está debilitada. Lo comenzamos a afirmar antes del comienzo del conflicto bélico que la Alianza Atlántica y algunos países que no son sus miembros convirtieron en una guerra por poder (proxy). La conflagración agravó ese desgaste. Aún así, minimizar la capacidad de combate de Europa; Canadá y los EEUU sería tan grave como minimizar la de los rusos. Una escalada todavía es posible. La relativa mesura con que la Alianza reaccionó al incidente ocurrido en Polonia no debe ser interpretada con ingenuidad. La falta de voluntad de involucrarse directamante en este momento no necesariamente debe ser percibida como un deseo de lograr la paz. Las armas fluyen hacia el este con lentitud pero siguen fluyendo. Por su parte Moscú tiene muy avanzados los preparativos para lanzar un gran ataque. Estamos en la etapa del fuego de ablandamiento previo. El final de la conflagración aún parece muy lejano. Queda pendiente saber hasta dónde quiere llegar Putin. ¿Hasta el límite del Dombás? ¿Hasta el Dniéper? ¿Hasta la frontera con Polonia? Entre los objetivos atacados en la últimas horas hubo algunos en la zona de Odesa, bien del otro lado del Dnieper - bien hacia el oeste, no lejos de Moldova. Siga rezando.
 
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