LA FLOTA BRITÁNICA EN EL FONDO DEL MEDITERRÁNEO

22.11.2021 07:51
 
En el Mediterráneo Oriental, no muy lejos de la base naval rusa situada en el puerto sirio de Tartus, yace un avión furtivo F-35B británico de 130 millones de dólares. Cayó en el mar hace unos días - el miércoles 17 - y se encuentra a unos 1.500 metros de profundidad. Es el tercer aparato de la variante de despegue corto y aterrizaje vertical que se pierde en vuelo y el primero británico que tuvo ese tipo de percance. Es el primer F-35B que operaba desde un portaaviones en estrellarse. Los británicos pidieron ayuda a los estadounidenses para acelerar la búsqueda. En Tartus, la única base de su tipo que tienen los rusos fuera de los límites de la ex Unión soviética, hay submarinos. Para el rescate del F-35 siniestrado serán necesarias naves especiales, capaces de sumergirse a grandes profundidades.
 
Desde un primer momento advertimos de los riesgos del primer despliegue operacional del Grupo de Batalla del portaaviones Queen Elizabeth (CSG21). Efectivamente, durante el mismo el destructor Tipo 45 HMS Diamond sufrió dos desperfectos que los obligaron a separarse del grupo. En pleno despliegue del Grupo de Batalla los chinos probaron un misil hipersónico con capacidad nuclear que podría obligar a replantearse totalmente el uso de portaaviones. Recordemos que el principal objetivo del CSG21 era hacer una demostración de fuerza en el Mar del Sur de China. A diferencia de los rusos, los chinos no mostraron hostilidad contra el grupo. Las pruebas de misiles hipersónicos casi indetectables y por ahora imposibles de interceptar, fueron más que elocuentes.
 
Robot submarino CURV-III de la Armada de los Estados Unidos. Una versión más moderna del mismo podría ser decisiva para el rescate de los restos del F-35 que cayó en el Mediterráneo.
 
A nuestro criterio los británicos tomaron pésimas decisiones a la hora de renovar su flota, parcialmente destruida durante la Guerra de Malvinas y totalmente venida a menos después de la Guerra Fría. En lugar de concentrar sus esfuerzos en la construcción de submarinos de ataque y buques de escolta, quisieron restaurar el Imperio Británico bajo el nombre de La Gran Bretaña Global mediante naves SSBN y dos grandes portaaviones que llevan a bordo aparatos F-35B, variante con escasa autonomía y baja capacidad de cargar armas. Seguramente ahora recrudecerá la disputa entre la RAF y la Marina Real. La RAF siempre quiso aparatos F-35A, incapaces de operar desde portaaviones pero con mucha mayor autonomía. Los dos submarinos de la clase Trafalgar que aún permanecen en servicio pronto serán retirados, la nueva Clase Astute está retrasadísima y no exenta de problemas. Las fragatas Tipo 23 están siendo canibalizadas para mantener navegando a algunas de ellas. Hay en marcha un plan de construcciones navales excesivamente ambicioso; el dinero no abunda y los productos de la industria naval británica perdieron su excelencia. 
 
En el actualmente complejo panorama mundial, todo lo proyectado podría llegar demasiado tarde. Mientras los rusos presionan sobre Ucrania y el Báltico y los chinos amenazan a Taiwán, los ingleses buscan frenéticamente un avión perdido en el fondo del Mediterráneo. Dudamos que ese haya sido su plan original. 
 
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