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SE DEBILITA SIGNIFICATIVAMENTE LA INFLUENCIA BRITÁNICA EN EL ATLÁNTICO SUR

22.11.2019 09:55
 
El Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte está inmerso en una dura contienda electoral con el resurgimiento de las ideas nacionalistas de secesión. Esa sería una situación posible - cuando no probable - tanto si se da el triunfo de Johnson como si gana Jeremy Corbyn. En el primer caso porque con el brexit terminaría creando las condiciones propicias para un acercamiento entre las dos Irlandas y porque los escoceses tendrían el argumento "perfecto" para distanciarse del reino y acercarse a la Unión Europea. Por su parte Corbyn coquetea con el SNP, el Partido Nacionalista Escocés. Los propios galeses empiezan a poner sobre el tapete la posibilidad de separarse de la corona británica.
 
El aliado histórico del Reino Unido en América del Sur, Chile, arde al borde de la guerra civil. La izquierda comienza a hacerse fuerte. La derecha nacionalista chilena pierde poder, al menos de momento y en los papeles. En tanto Bolivia, enemigo histórico de Chile, da un fuerte vuelco a la derecha. En Argentina ganó las elecciones el kirchnerismo que tiene una postura muy diferente a la del macrismo en su relación con el reino británico, en especial en lo que concierne a Malvinas. Si bien sus embestidas siempre fueron estrictamente diplomáticas, sin un acrecentamiento del poder disuasivo militar, eso podría cambiar. Agustín Rossi, quien podría ser el nuevo Ministro de Defensa, está impulsando una ley que busca incrementar el presupuesto de Defensa argentino. No es que Rossi nos sea simpático pero por ahora el hecho es ese.
 
También bajo el gobierno de Mauricio Macri los militares recibieron algunas pequeñas buenas noticias. Así, por dar solo un ejemplo, la Fábrica Argentina de Aviones entregó a la Fuerza Aérea Argentina cinco aviones de adiestramiento avanzado y ataque ligero IA-63 Pampa nuevos y en su versión más moderna. De hecho la Fuerza Aérea Argentina acaba de realizar un importante ejercicio en el sudeste del país, por así decirlo, casi frente a Malvinas. El mismo incluyó numerosos vuelos nocturnos con visores especiales, lanzamiento de bombas y disparo de misiles aire-aire y búsqueda y rescate en combate (tanto sobre tierra como en el mar) con la participación de Fuerzas Especiales de la FAA. En términos generales las tres fuerzas armadas argentinas están terminando el año con adiestramientos interesantes, incluso algunos conjuntos como el que acaba de realizarse entre la Infantería de Marina de la Armada Argentina y la Fuerza Aérea Argentina. Nuevamente se trató de ejercicios nocturnos: incursiones aéreas y evacuación de heridos con helicópteros.
 
La Marina Real británica todavía tiene problemas muy serios: tiene dos grandes portaaviones pero casi no posee aviones de combate para los mismos. Los buques de escolta son escasos y sólo habría tres destructores Tipo 45 en condiciones operativas. La flota de submarinos de ataque también se encuentra en condiciones muy modestas y con bajo número de unidades operativas. Las unidades de Infantería británicas quedaron diezmadas por diferentes recortes.
 
No queremos subestimar a los británicos pero no es precipitado decir que el rojo de sus finanzas en el área de la Defensa, sus problemas internos, el brexit y algunos factores externos están debilitando significativamente su influencia en el Atlántico Sur.    
 

LA ESTRATEGIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - VIGESIMOSEGUNDA PARTE: LA BATALLA DE MOSCÚ (fin del capítulo)

21.11.2019 14:04
 
En el primer mes de ataques a Moscú, antes del comienzo de la Operación Tifón propiamente dicha, la Luftwaffe perdió unos 200 pilotos de bombarderos. Las estaciones del subterráneo de la ciudad se convirtieron en refugios antiaéreos y globos aerostáticos dificultaron el accionar de los aviones alemanes. Ni así lograron reducir significativamente la producción de armas en las fábricas de la ciudad y sus alrededores que de hecho por momentos hasta se incrementó ya que la industria se concentró en la producción para la defensa. De todos modos los ataques lograban provocar algunos daños severos, hasta el Kremlin habría sufrido algunos daños menores. Luego, fábricas enteras serían desplazadas hacia el este por ferrocarril. Con el inicio formal de la operación Tifón 1.400 aeronaves alemanas serían dedicadas a las operaciones. Los soviéticos contaban con 670 aparatos. Stalin debió proclamar el estado de sitio.
 
La capacidad soviética total para producir material de guerra había caído un 60%. Los Estados Unidos de Norteamérica comenzaban a proveer material, pero en cantidades aún no significativas. Entre tanto los soviéticos sacrificaban efectivos para buscar la victoria a pesar de las deficiencias de equipamiento. La lucha fue terrible. Así y todo los alemanes se encontraron con una sorpresa: los nuevos tanques T-34 soviéticos, superiores a todos los tanques alemanes. El propio Heinz Guderian admitió que la superioridad blindada alemana había llegado a su fin. Las fuerzas soviéticas eran comandadas por Zhúkov, uno de los militares más hábiles y sanguinarios de la Unión Soviética.
 
El 7 de noviembre de 1941 - día bien frío y estando algunas fuerzas alemanas a apenas 40 kilómetro de Moscú - hubo en esa ciudad un desfile militar por el aniversario de la revolución (por una cuestión de cambio de calendario el aniversario pasó de octubre a noviembre) supervisado por el mismo Stalin. Algunos ven eso como un esfuerzo por elevar la moral de los moscovitas. La mayoría de los soldados, algunos totalmente sin entrenamiento y casi sin municiones, marchaba directamente al frente. 
 
La operación de doble envolvimiento o movimiento de pinza germano (desde el norte y el sur) comenzaba a fracasar. En el norte los alemanes llegaron a posicionarse a 25 kilómetros de la capital rusa; fueron expulsado de allí en menos de 24 horas. El 5 de diciembre, con los alemanes incapaces de hacer mucho más (la resistencia soviética no cedía y hacía muchísimo frío), comenzó el violento contraataque soviético. Así terminó la Operación Tifón. Es imposible entenderla si no se conoce el espíritu de sacrificio de loslindados pueblos eslavos, a quienes Hitler consideraba subhumanos. La capacidad de manipular que tenía Stalin también hizo lo suyo. Son consideraciones que un estratega profesional tendría en cuenta pero el líder nazi estaba enceguecido por su propia arrogancia. Decenas de miles de rusos morirían como una suerte de escudo humano de su capital. Además el equipo soviético funcionaba mejor en esas condiciones extremas. La fuerza aérea alemana redujo mucho su operatividad y la rusa operaba desde hangares calefaccionados y pistas de concreto por ser Moscú un centro con relativamente buena infraestructura. Así y todo cuando las tropas teutonas tuvieron que retroceder la Luftwaffe jugó un papel muy importante en evitar el colapso del frente. Durante la retirada los germanos debieron abandonar parte de su vital equipo pesado. En la primera semana de diciembre Hitler admitió que la victoria no podría ser alcanzada ese año.
 
Según los rusos, la Batalla de Moscú terminó con el mito de la invencibilidad del Ejército Alemán. De hecho por primera vez había sido detenido. Sea como fuere el mismo daría muestras de una gran capacidad de combate casi hasta el mismo final de la guerra. Era una fuerza formidable liderada por un líder soberbio y delirante y su grupo de secuaces.
 
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LA ESTRATEGIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - VIGESIMOSEGUNDA PARTE: LA BATALLA DE MOSCÚ (continuación III)

20.11.2019 14:32
 
El plan de Hitler para Moscú no era tomar la ciudad por asalto con encarnizados combates urbanos. Planeaba sitiarla y dejar que el hambre y las enfermedades hicieran el resto. Pero primero había que llegar hasta la urbe y rodearla, cercarla. Las condiciones, tal como las hemos descrito en el capítulo anterior, distaban mucho de ser las ideales. El mes perdido por el desvío de blindados hacia el norte y hacia el sur empezaba a evidenciarse como un error grave del máximo jerarca alemán que - una vez más - había desoído a sus generales. Es cierto que se había conquistado algo de terreno pero se había perdido la oportunidad de neutralizar la capital rusa. "¡La artillería debe abrir el camino!", se escucha en las grabaciones de los noticieros alemanes de la época. La artillería estaba, tal como ya lo comentamos, escasa de munición. Las dificultades logísticas impedían su llegada normal al frente. La Luftwaffe hacía grandes esfuerzos por cumplir el rol de ablandar las posiciones defensivas soviéticas. Lo hacía volando a baja altura. En algunos lugares las mencionadas defensas eran densas y tenían una profundidad de 14 kilómetros. Las tropas de las SS y los blindados cargaban con el peso de perforarlas. Según los propios corresponsales alemanes la resistencia era feroz. Los teutones reforzaron el accionar de su artillería con cañones antiaéreos. De noche los combates proseguían y los germanos echaban mano a la munición trazante (trazadora).
 
Para que se comprenda lo que tenían que enfrentar los alemanes describiremos lo que - según sus crónicas - eran las defensas en torno a una de las carreteras que conducían a Moscú; no se precisa cuál, aunque de todos modos en esa época eran muy pocas e inferimos que se trataba de la que conectaba la ciudad con Minsk. En primer lugar había una línea de lanzallamas automáticos; detrás zanjas antitanques en zig-zag; después un río en cuyo lecho y delante y detrás del mismo se había colocado alambre de púas; detrás había una zanja antitanques longitudinal; detrás de la misma erizos checos; a continuación se ubicaba una línea de búnkeres y finalmente artillería de diversos calibres, incluida la antiaérea, protegida por trincheras de infantería. Se comprenderá por que los Stukas y los bombarderos de la Luftwaffe jugaron un rol importante en apoyo a las fuerzas terrestres. Sus ataques contra Moscú propiamente dicha, si bien masivos, se vieron dificultados por las defensas antiaéreas de la ciudad y sus efectos reducidos por las dotaciones de bomberos formadas con los civiles que la habitaban. (Continuará)
 
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LA ESTRATEGIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - VIGESIMOSEGUNDA PARTE: LA BATALLA DE MOSCÚ (continuación II)

19.11.2019 15:58
 
El 2 de octubre, finalmente, comenzó lo operación Tifón, la batalla por Moscú. Algunos consideran esta operación y no la lucha por Stalingrado como el punto de quiebre de la Segunda Guerra Mundial. Antes de iniciar el avance hacia Moscú, Hitler ordenó a los blindados volver al centro. La relación atacantes-defensores era de aproximadamente 1 a 1. Lo alemanes eran más hábiles, más experimentados y más móviles pero los soviéticos estaban aprendiendo mucho sobre como defenderse. Casi todas las mujeres, ancianos y adolescentes de Moscú fueron movilizados para construir fortificaciones y cavar tres círculos concéntricos de zanjas antitanques alrededor de la ciudad. Algunos aseguran que se movieron cerca de tres millones de toneladas de tierra en el proceso. El 6 de octubre comenzaron las precipitaciones níveas y pluviales. Los caminos se transformaron en barro y desaceleraron tremendamente el avance. El mal tiempo duró un mes.
 
Los soviéticos estaban siendo empujados hacia su logística, los alemanes se alejaban de la suya. El inmenso desafío logístico que representaba unos tres millones de soldados presentes en territorio soviético se veía agravado por la  distancia al objetivo y por la Rasputitsa, término que significa literalmente la época sin caminos (a causa de las mencionadas precipitaciones). Ese era un fenómeno que ocurría todos los años y los germanos no lo ignoraban. Recordemos que las acciones alemanas debían concluir antes de la llegada del otoño. El deterioro de caminos no complicaba solo la logística sino todas las maniobras de las fuerzas mecanizadas. 
 
El tren logístico alemán dependía mucho de caballos poco aptos para ese terreno. Eran animales de gran porte y acostumbrados a recibir una dieta bien balanceada que terminaban muriendo por el sobreesfuerzo y la inanición. Luego fueron reemplazados por caballos rusos más pequeños y acostumbrados a alimentarse de los pastos disponibles pero de una capacidad de tiro bastante inferior. También la infantería avanzaba mayormente a pie. Contrariamente a lo que se suele creer buena parte de la infantería alemana no era mecanizada, insistimos, avanzaba a pie por los lodazales que se formaban a causa de la lluvia y de la nieve y que parecían no tener fin. El barro favoreció a los defensores. Las maniobras se volvieron lentas. Los efectivos se enfermaban por la humedad. También se redujo la afluencia de la munición para la artillería, la cual era muy importante para la Wehrmacht. Finalmente las precipitaciones cesaron y empezó el frío. A los alemanes les faltaba ropa de abrigo ya que los medios de transporte apenas podían abastecer a las fuerzas con municiones y combustible. El barro se congeló y nuevamente las maniobras de los vehículos sin orugas se volvieron sumamente difíciles. La pesadilla logística se acentuaba. (Continuará)
 
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LA ESTRATEGIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - VIGESIMOSEGUNDA PARTE: LA BATALLA DE MOSCÚ (continuación)

18.11.2019 17:08
 
Los teutones atacaron con tres Grupos de Ejércitos: el Norte; el Centro y el Sur. El Centro era el más fuerte. Contaba con  la cobertura aérea de la Segunda Flota de la Luftwaffe. Inicialmente el mayor esfuerzo se concentró en el centro, incluido el de la fuerza aérea. Recordemos que iniciada la invasión, la Luftwaffe llevó a cabo un ataque masivo contra 66 aeródromos rusos, destruyendo en tierra nada menos que 1.200 aparatos del enemigo. 
 
De fines de junio a fines de agosto hubo una seguidilla de victorias alemanas. El ejército estaba interesado en tomar Moscú, Hitler no tanto. Para Hitler Moscú era solo una ciudad. No comprendió su importancia como centro poblacional (en 1941 Moscú tenía 4 millones de habitantes), como centro político, como símbolo y como núcleo de numerosas vías de comunicación. Lo mejor de la infraestructura soviética se concentraba en un radio de unos 150 kilómetros alrededor de la capital rusa.
 
Insistimos, para Hitler - un estratega no sin cierto sentido práctico pero aficionado al fin - Moscú era solo una ciudad. Por eso en septiembre, luego de la caída de Smolensko (acaecida aproximadamente el 1 de agosto, aunque los combates en torno a la ciudad prosiguieron), decidió detener el avance en el centro. Como Leningrado seguía sin ser rodeada y era una ciudad industrial con una población importante, con vías férreas que la atravesaban conectando el interior ruso con ciertos puertos y como allí, tal como en torno a Kiev (también con industria), los soviéticos todavía eran relativamente fuertes, despojaría al centro de buena parte de sus blindados y los mandaría al norte y al sur. 
 
Con las unidades blindadas adicionales, los Grupos de Ejércitos Norte y Sur alcanzaron algunos objetivos pero los mismos no fueron definitorios para la guerra. Los soviéticos tuvieron tiempo de preparar la defensa de Moscú. Tal como pensaban muchos altos mandos del ejército alemán, Moscú sí era - poblacional, política e infraestructuralmente importante. Los germanos volvieron a centrarse en Moscú después de un mes, con el inicio del otoño. (Continuará)
 
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LA ESTRATEGIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - VIGESIMOSEGUNDA PARTE: LA BATALLA DE MOSCÚ

18.11.2019 11:59
 
Para ser comprendida, la batalla de Moscú debe ser analizada en el contexto de la invasión de la Unión Soviética, es decir la Operación Barbarroja. El objetivo alemán para la URSS era rodear y destruir al Ejército Rojo lo más cerca posible a las fronteras.  Las acciones de destrucción debían durar unas 10 semanas. Si bien inicialmente las maniobras de cerco y destrucción fueron exitosas, no funcionaron tan bien como en la etapas previas de la guerra (Frente Occidental y Polonia) porque muchos soviéticos seguían peleando encarnizadamente aún rodeados, con el consiguiente desgaste para los alemanes. Aún así, los prisioneros eran tomados de a decenas de miles o centenares de miles. Con mucha anterioridad a la guerra los soviéticos asumieron que las guerras modernas serían guerras de desgaste por lo que debían ser capaces de reponer la totalidad de sus fuerzas en 8 a 10 semanas. Cuando los alemanes cruzaron la frontera, las fuerzas eran relativamente parejas en número de efectivos pero los comunistas tenían 14,5 millones de reservistas con algún grado de entrenamiento militar. Eso les permitiría la rápida reposición de fuerzas.
 
La densidad de caminos y vías férreas era inferior en Ucrania y Rusia que en Europa Occidental, de hecho muy inferior. Los alemanes perdieron un poco la noción de esa diferencia. Con caminos malos, escasos y las grandes distancias los vehículos se deterioran mucho, acrecentando las dificultades logísticas. 
 
Los alemanes asumieron que los soviéticos no pelearían por Stalin. De hecho seguramente no lo hicieron por él pero sí por su patria, por sus tierras y hogares. La inteligencia soviética sabía del ataque pero sorprendentemente Stalin prefirió meter la cabeza en el hoyo para no verlo, no estaba listo para pelear y simplemente ignoró las advertencias, dando órdenes de no provocar a los alemanes. Esa fue una de las razones por las que la reacción soviética fue extremadamente lenta.
 
Cabe destacar también que la industrialización soviética recién había comenzado y los productos militares dejaban bastante que desear. Por lo dicho tampoco tenían - inicialmente - muchos técnicos capaces de reparar vehículos y tenían cierto rechazo a producir repuestos, preferían todo nuevo. Además los soviéticos previeron que en caso de guerra tomarían medios de transporte de los civiles. Como se ignoró las alertas, para cuando empezó la guerra ya era tarde.
 
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ROMPEHIELOS ARA "ALMIRANTE IRÍZAR"

13.11.2019 15:51
 
Un rompehielos es un barco especial diseñado para moverse y navegar a través de aguas cubiertas por el hielo. Para que una nave sea considerada rompehielos requiere tres componentes: un casco especial reforzado; una forma del casco que le facilite dispersar el hielo y la potencia suficiente para abrirse paso.
 
El rompehielos ARA Almirante Irízar (Q-5) (RHAI), perteneciente a la Armada Argentina, fue construido en 1977 en los Astilleros Wärtsilä en Helsinki, Finlandia. El 15 de diciembre de 1978, fue entregado a la República Argentina y recibió el Pabellón Nacional. En marzo de 1979 Tandanor le obsequió su pabellón de guerra. Desde entonces participó año tras año en el abastecimiento de las bases antárticas Argentinas y de otros países y es el buque insignia de la Fuerza Naval Antártica, siendo el  rompehielos más grande de todo el hemisferio sur. Su desplazamiento es 14.899 toneladas a plena carga, sus dimensiones de 121,3 x 25,2 x 9,5 metros y su tripulación de 135 hombres más 45 pasajeros y dotación aérea embarcada.
 
Estuvo fuera de servicio durante más de diez años (entre abril de 2007 y octubre de 2017) por reparaciones que debió afrontar tras un incendio desatado en la nave durante su regreso de la Campaña Antártica del 2007.
 
Durante la guerra de las Malvinas integró la Fuerza de Tareas 40 junto a los destructores ARA "Santísima Trinidad" y ARA "Hércules"; las corbetas ARA "Drummond" y ARA "Granville"; el submarino ARA "Santa Fe" y los buques ARA "Cabo San Antonio" y ARA "Isla de los Estados". El 2 de abril de 1982, día de la recuperación de las islas Malvinas por parte de la Nación Argentina, el ARA Almirante Irízar participó de la Operación Rosario realizando el 3er movimiento táctico mediante el envío de buzos tácticos en una operación helitrasportada sobre Moody Brook, a las 4:30, cerca de Puerto Argentino. Luego antes del amanecer el buque comenzó a transportar tropas helitransportadas al aeropuerto y a Mullet Creek. El 3 de junio de 1982 se dispuso transformar al RHAI en buque hospital, realizándose las tareas en menos de 48 horas en la Base Naval Puerto Belgrano, dotándoselo de 160 camas de internación, una sala de terapia intensiva, quirófanos y otros medios sanitarios. Posteriormente fue enviado a las Malvinas nuevamente. Ahí operó como buque hospital hasta el final del conflicto. Tras la caída de Puerto Argentino, el 18 de junio de 1982 el buque trasladó a 420 heridos en los combates a la ciudad de Comodoro Rivadavia; el 22 de junio a ex prisioneros a Ushuaia y el 27 de junio a otros 500 ex prisioneros a Puerto Madryn.
 
En el año 2002 fue enviado a una dificultosa misión de rescate del buque de transporte polar alemán Magdalena Oldendorff, que se encontraba sirviendo a la base rusa de Novolazarevskaya y que quedó atrapado en el invierno antártico - a una temperatura cercana a los -50ºC - sin poder salir del mar congelado. El RHAI, avanzando sobre 330 km de hielo y aprovisionó al buque con medicinas; combustibles y alimentos. En 2012, el Correo Argentino emitió una estampilla conmemorativa a diez años de la Operación Cruz del Sur.
 
Normalmente, entre mediados de la primavera y el otoño, el RHAI participa de las Campañas Antárticas, utilizando la Base Naval Ushuaia (BNUS) como punto de reaprovisionamiento propio, se dirige a las bases que las Fuerzas Armadas Argentinas poseen en el continente blanco, las reaprovisiona, recoge los residuos que producen y traslada al personal de recambio en las mismas. Generalmente se establecen distintas etapas en las que el buque regresa a la BNUS a completar su reaprovisionamiento y cruza nuevamente el Pasaje de Drake.
 
Actualmente se encuentra en al Puerto de Buenos Aires luego de haber llevado a cabo pruebas de máquina en preparación para la Campaña Antártica de Verano 2019/2020, tal como lo muestra la foto, gentileza del Ingeniero Juan Mario Lavric.
 
 
Fuentes: Ministerio de Defensa de la República Argentina; wikipedia.org; ara.mil.ar; gacetamarinera.com.ar y archivo de GEOESTRATEGIA
 
 

LA ESTRATEGIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - VIGESIMOPRIMERA PARTE: JARKOV Y EL GRAN ERROR DEL MARISCAL ZHÚKOV

13.11.2019 11:35
A medida que los soviéticos avanzaban los alemanes procuraban retroceder ordenadamente aplicando la táctica de tierra arrasada, destruyendo todo a su paso. Contra los deseos y órdenes de Hitler, Von Manstein abandonó la importante ciudad de Járkov, la segunda más importante de Ucrania y la cuarta de la Unión Soviética. El Mariscal de campo germano expresó lacónicamente que el Ejército alemán no estaba dispuesto a sacrificar ninguna unidad por defender Járkov. Eso le permitió salvar muchas fuerzas de élite y contragolpear hacia el sur, tal como lo hemos explicado en el capítulo anterior. Las tropas de élite rusas que iban al frente quedaron separadas de las tropas bisoñas y de la logística y buena parte de ellas perecieron o cayeron prisioneras. Hoy no es fácil entender por qué el Mariscal Zhúkov dejó que sus líneas avanzaran tanto, al punto de quedarse - al menos en algunos casos - sin combustible. 
 
Así como Hitler presionaba a Von Manstein para que no retrocediera, así Stalin incitaba a Zhukov a castigar a los alemanes por la aplastante victoria (al menos inicial) que éstos obtuvieron durante la Operación Barbarroja, la invasión de la Unión Soviética. Por su parte Zhúkov quería restaura la imagen del humillado Ejército Rojo. Además el mariscal soviético era implacable con sus subalternos más inmediatos y hasta fue responsable de la ejecución de jefes de división que no acataban las órdenes de ataque. Sabía que estaba avanzando muy rápido y muy lejos pero a la vez se preguntaba si detenerse no significaría perder la oportunidad de aniquilar todo el frente sur alemán y con ello la ocasión de comprometer todas las operaciones germanas en la Unión Soviética. Apostó y perdió. Cuando Von Manstein volvió a contragolpear - esta vez hacia el norte - recapturó Jarkov. Esa acción formó una saliente soviética que penetraba en las líneas teutonas conocida como la saliente de Kursk. Von Manstein quiso avanzar sobre Kursk de inmediato pero Hitler le ordenó esperar los nuevos tanques, entre ellos los Panther y los Ferdinand. Fue un error que dio tiempo a Zhúkov de prepararse para repeler el ataque. Sería recién en el verano de 1943 que tendría lugar allí otra de las batallas más conocidas de la Segunda Guerra Mundial. Antes, con la llegada de la primavera y con el derretimiento de los hielos, el suelo de la estepa se cubrió de barro obligando a ambos bandos a hacer una pausa. 
 
 
 
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LA ESTRATEGIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - VIGÉSIMA PARTE: LA DEFENSA MÓVIL DE VON MANSTEIN

11.11.2019 13:49
 
A medida que los alemanes retrocedían ante la embestida de los soviéticos y éstos recuperaban terreno, en el frente germano fue abierta una nueva brecha, de hecho todo el frente su corría riesgo de sucumbir con consecuencias impredecibles. Parte de las unidades de ese frente se hacían fuertes frente a la ciudad de Járkov, la segunda más grande de Ucrania. Otras, más al sur, trataban de hacerse fuertes detrás del río Miús. Entre ambos sectores se formó una brecha de 100 kilómetros por la cual avanzaron unidades del Ejército Rojo tratando de acorralar a las tropas del Miús contra el Mar Negro y - más hacia el norte - de llegar hasta el Río Dniéper. Fue en el extremo noroccidental de las tropas del Miús donde se libraron las luchas más intensas pero los alemanes lograron resistir las embestidas. Mientras la infantería sostenía el frente los blindados avanzaron por detrás de la misma, se dirigieron hacia el norte y cortaron la logística y las comunicaciones del frente soviético con su retaguardia. Al norte de la brecha Von Manstein cedió la ciudad de Jarkov lo que le permitió enviar blindados a cortar la logística de las tropas que avanzaban hacia el Dniéper. Ahora fueron los atacantes los que quedaron cercados. Parte de ellos se retiró hacia el este por entre las líneas alemanas, muchos no lo consiguieron.
 
Cabe destacar que la retirada y los contragolpes alemanes no habían sido planificados con anterioridad, que Manstein improvisaba, aunque lograba prever algunos movimientos rusos y obrar en consecuencia. Los teutones, como durante casi toda la guerra, tenían un mando flexible, basado en directivas, no en órdenes específicas. Las mencionadas directivas daban un importante margen para diferentes maniobras e iniciativas a casi todos los niveles. Los soviéticos tenían un sistema de comando y control rígido, con planes detalladamente preestablecidos. La flexibilidad en los niveles bajos de mando era casi nula. Eso les jugó en contra. La libertad que se tomó Manstein para ceder terreno (en contra de los deseos y órdenes de Hitler) indujo a los rusos a extender en exceso sus líneas logísticas en pleno invierno y permitió al Mariscal de campo germano acortar las propias. Eso, sumado al desgaste de los combates del Ejército Rojo, permitió a los alemanes frenar su ofensiva y propinarles una serie de duros contragolpes. Otro factor que jugó en contra de los soviéticos fue la falta de cooperación entre armas. Cada una de ellas se había desarrollado por separado, sin integración con las otras. Los alemanes por su parte tenían tanques, infantería mecanizada y blindada, ingenieros blindados y artillería blindada. Supieron aprovechar esa gran movilidad (y relativamente baja vulnerabilidad) para asestar duros contragolpes. En el próximo capítulo describiremos los acontecimientos en torno a Járkov.    
 
 
 
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LA ESTRATEGIA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - DECIMONOVENA PARTE: RETIRADA ALEMANA DEL CÁUCASO

09.11.2019 14:32
 
Cuando la batalla de Stalingrado ya estaba casi perdida, a fines de diciembre de 1942, los alemanes veían como los rusos abrían una brecha de 150 kilómetros de ancho en su frente sur debido al desmoronamiento del Octavo Ejército Italiano. Así los soviéticos quedaban en posibilidad de dirigirse al sur, hacia el río Donets en su confluencia con el Don y hacia la localidad de Rostov, en la desembocadura del Don en el Mar de Azov. De ese modo parte de las tropas del Eje que se encontraban en el sur de Ucrania y todas las tropas que avanzaban en el Cáucaso corrían el riesgo verse separadas del resto de las fuerzas germanas. 
 
El Mariscal de campo Von Manstein comprendió que era posible cerrar la brecha si los tanques eran concentrados en la zona de la perforación soviética en lugar de estar desparramados por todo el frente. Para cerrar esa brecha también necesitaba las tropas del Cáucaso lo cual implicaba una cesión del terreno ganado. Retirada era una palabra que Hitler no quería escuchar. Alegaba que Alemania necesitaba el petróleo de Bakú. Eso podía ser cierto pero implicaba un altísimo riesgo de perder todas las fuerzas de la región caucásica. Además Manstein quería tratar de sacar al Sexto Ejército alemán de Stalingrado y si eso no era posible al menos restablecer la continuidad del frente. El Primer Ejército Panzer, por ejemplo, estaba a 600 kilómetros al sudeste de Rostov. Para salvarlo el Cuarto Ejército Panzer debía mantener abierto un paso cerca de Rostov para permitir el retroceso de las tropas del Cáucaso. 
 
No sería fácil: durante las conversaciones de Hitler con Manstein, la tropas soviéticas ya había cruzado el Donets y amenazaban con encerrar no sólo al Primero Panzer sino también al Cuarto Panzer. El pronto rescate del Primer Ejército Panzer era vital para poder retrasar el avance ruso hacia el Mar de Azov antes de que ambos Ejércitos Panzer quedaran cortados del frente que se estaba derrumbando y antes de que las líneas de comunicaciones en Dnepropetrovsk fueran alcanzadas por el enemigo.
 
No viene al caso analizar si Hitler cedió o si Manstein interpretó a su mejor conveniencia las órdenes y los silencios del líder alemán pero hacia fines de enero el Primero Panzer cruzó por la zona de Rostov, se puso a salvo y golpeó hacia el norte protegiendo el tambaleante flanco izquierdo de Von Manstein. Comenzaba así una de las retiradas más memorables y mejor conducidas de la Segunda Guerra Mundial.
 
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