El avance ruso en la zona de Kharkiv (Jarkov) sigue a gran velocidad. Los propios ucranianos comienzan a advertir de que no se construyeron líneas defensivas importantes, a pesar de que el dinero para tal fin fue enviado. Los ucranianos se entregan prisioneros, se retiran o o mueren. La punta de lanza de los rusos son diferentes grupos de mercenarios, entre ellos el Wagner. Zelensky quiso enviar como uno de los frenos a la 3ª Brigada de Asalto, el ex Batallón Azov, que nuevamente se negó a cumplir una orden. Los ultranacionalistas saben que serían carne de cañón y sospechan que el enviarlos es un intento de Zelensky por deshacerse de ellos. Los rusos bombardean en profundidad varias decenas de kilómetros en salidas que ya pasan del centenar desde que comenzó el ataque. Los bombardeos se ven reforzados por el lanzamiento de diversos tipos de misiles tanto sobre la región de Kharkiv como la de Sumy. A los ucranianos les queda una defensa antiaérea modesta. Tienen lanzadores para misiles Patriot, pero los misiles como tales no son producidos en cantidad suficiente y muchos de los que llegan a Ucrania son destruidos por los rusos antes de poder ser usados. Como las bombas FAB-500 rusas tienen guía y cierta capacidad de planeo y los SU-34 que las lanzan son rápidos y ágiles, escapan con facilidad a cualquier intento de derribarlos, máximo cuando las bombas pueden ser lanzadas desde una distancia bastante segura.
El comandante ucraniano, Oleksander Syrskyi, no manda muchas reservas al sector, ya que aparentemente sospecha que el ataque hacia Kharkiv es una maniobra de distracción rusa. Aun asumiendo que esa haya sido la intención original de Moscú, es posible que el importante avance logrado motive a seguir atacando en esa zona. No es fácil suponer que haya un ataque frontal a la la segunda ciudad de Ucrania, aunque no habría que descartarlo. Sin embargo un sitio sería más factible y posiblemente igual de doloroso. Las bombas aniquilan no solo a los combatientes sino también las reservas y la logística, incluidas las líneas por las cuales circula esa logística. Las líneas férreas, las carreteras, las propias fábricas e instalaciones que todavía quedan en pie son bombardeadas. La propia OTAN se ve sorprendida por la velocidad del avance ruso en Kharkiv, pero todavía no atinó a tomar medidas para contrarrestar la embestida. Las reservas humanas ucranianas están disminuyendo velozmente. Reclutar y entrenar nuevos soldados lleva tiempo. Si el entrenamiento se hace de forma apresurada, la efectividad de las tropas es muy baja; se transforman en mera carne de cañón. Para el colmo, los altos mandos ucranianos, en lugar de batir posiciones militares rusas, demasiado a menudo atacan poblaciones provocando bajas civiles, hecho totalmente contraproducente e insensato.
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Sukhoi Su-34 - Foto: Mil.ru
Los problemas ucranianos no terminan en Kharkiv y Sumy. Informes de inteligencia dicen que habrían abandonado su base, dos submarinos y una fragata rusos con misiles a bordo. Estarían preparados para disparar una nutrida salva desde el Mar Negro. Con una clara superioridad en número de tropas, munición de artillería, aviación táctica y estratégica y en calidad de misiles, los rusos siguen avanzando.
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El comandante ucraniano, Oleksander Syrskyi, no manda muchas reservas al sector, ya que aparentemente sospecha que el ataque hacia Kharkiv es una maniobra de distracción rusa. Aun cuando eso haya sido la intención original de Moscú, es posible que el importante avance logrado motive a seguir atacando en esa zona. No es fácil suponer que haya un ataque frontal a la la segunda ciudad de Ucrania, aunque no habría que descartarlo. Sin embargo un sitio sería más factible y posiblemente igual de doloroso. Las bombas aniquilan no solo a los combatientes sino también las reservas y la logística, incluidas las líneas por las cuales circula esa logística. Las líneas férreas, las carreteras, las propias fábricas e instalaciones que todavía quedan en pie son bombardeadas. La propia OTAN se ve sorprendida por la velocidad del avance ruso en Kharkiv, pero todavía no atinó a tomar medidas para contrarrestar la embestida. Las reservas humanas ucranianas están disminuyendo velozmente. Reclutar y entrenar nuevos soldados lleva tiempo. Si el entrenamiento se hace de forma apresurada, la efectividad de las tropas es muy baja; se transforman en mera carne de cañón. Para el colmo, los altos mandos ucranianos, en lugar de batir posiciones militares rusas, demasiado a menudo atacan poblaciones provocando bajas civiles, hecho totalmente contraproducente e insensato.
Los problemas ucranianos no terminan en Kharkiv y Sumy. Informes de inteligencia dicen que habrían abandonado su base, dos submarinos y una fragata rusos con misiles a bordo. Estarían preparados para disparar una nutrida salva desde el Mar Negro. Con una clara superioridad en número de tropas, munición de artillería, aviación táctica y estratégica y en calidad de misiles, los rusos siguen avanzando.